Agni, Vayu y Varuna son las antiguas deidades elementales del hinduismo, personificando esotéricamente al fuego, al viento y al agua, respectivamente. En la presente publicación nos enfocaremos en Agni, el señor del fuego, cuyo culto se remonta desde tiempos inmemoriales. Incluso, como dato curioso, Agni (अग्नि) es el primer dios nombrado en toda la literatura védica e hindú, ya que hace su primera aparición en la primera línea de la primera estrofa del primer himno del Rig Veda, el texto hindú más antiguo:
"Alabo a Agni, el sacerdote elegido, Dios, ministro del sacrificio. El invocador, el más prodigioso de la riqueza. Digno es Agni de ser alabado por vivir como los antiguos videntes. Él traerá acá a los Dioses. Gobernante de los sacrificios, Guardia de la Ley eterna, el Radiante que crece en su propia morada. Sea para nosotros de fácil acercamiento, como un padre a su hijo: Agni, quédate con nosotros para nuestro bienestar".
En efecto, Agni es el sumo sacerdote de los dioses y el primero en ser invocado en cada adoración, además, su rol como heraldo divino lo transforma en una entidad imprescindible para realizar cualquier juramento o ceremonia. Agni es quien consume y transmuta las ofrendas, y el primero en recurrir a la invocación humana , por lo que es visto como el mediador entre el cielo y la tierra.
En esta publicación veremos el significado esotérico y la importancia de este gran dios y señor, el cual ha sido adorado ininterrumpidamente a lo largo de 5.000 años y más.