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viernes, 12 de junio de 2020

El Nacimiento de los Titanes y de los Dioses Olímpicos (genealogía de las deidades griegas)


La Mitología Griega es una ciencia que alberga un sinnúmero de mensajes y alegorías mistéricas, muchas de ellas provinientes de culturas incluso más antiguas, como la mesopotámica o la indoeuropea, que sin duda son fuente innata de sabiduría ancestral. La concepción de los Dioses griegos y de cada uno de los detalles que componen su cosmología; no responde al mero azar o a la imaginación humana, sino que a rigurosos estudios, ya sean astrológicos, astronómicos, metafísicos, espirituales, etc., y que nuestros antepasados intentaron transmitir a través de "mitos". 

Es por ello que en esta oportunidad retornaremos al génesis de esta importante cultura; al mismísimo nacimiento de los Dioses y Titanes, los padres de la religión griega, y detallaremos la compleja genealogía divina que envuelve a estos seres, desde la creación del Universo, el surgimiento de los primeros Dioses Primigenios, el nacimiento de los Titanes y posteriormente de los Olímpicos, así como otras entidades significativas para la cultura helénica, y por supuesto; para todos los seguidores del conocimiento ancestral y mundo "pagano".


1. Origen del Universo y nacimiento de los Dioses Primigenios. 

Los textos griegos nos dicen que en un principio no existía el cosmos ni la materia, y por ende; tampoco existían los planetas ni ninguna forma de vida; ni Dioses, ni Titanes, ni humanos, ni espíritus, nada. Todo se concentraba únicamente en un masa negra, desordenada, caótica y primitiva, la cual no albergaba las condiciones suficientes y necesarias para sustentar la vida. El poeta, historiador y filósofo Ovidio, en sus "Metamorfosis", describe que este "universo" fue una masa confusa y sin forma, de peso inerte, compuesto por gérmenes dispares de los elementos de las cosas, sin vínculo entre ellos. Del mismo modo, en la Teogonía del filósofo Hesíodo, se dice que este universo era una mezcla caótica de los elementos materiales del mundo, rodeados por una inmensa oscuridad y desorden, al que denominaron; "Caos" (χάος), palabra que deriva del griego "ςος", que significa "vacío" o "abismo". Todos los pensadores también coinciden en decir que el Caos era potencialmente vivificante, y que en cosa de tiempo se establecería un orden que permitiese engendrar vida, y así fue, ya que del Caos surgieron las aguas primordiales y oscuras, de donde nacerían los primeros Dioses.

Cabe decir que en el lenguaje moderno, la palabra "caos" se asocia a "desorden" o "confusión"; en referencia al estado en que se encontraba este universo primitivo, ya que de allí proviene etimológicamente.



De estas aguas primigenias y oscuras, que también son narradas por un sinnúmero de civilizaciones antiguas como la sumeria, la hindú y la egipcia; emergen los primeros Dioses griegos; el Dios "Érebo" y la Diosa "Nix"; que representan arquetípicamente a la oscuridad y a la noche. Luego, del Caos emergen los Dioses "Éter" (el brillo) y "Hemera" (el día), creándose así la luz. 

El conjunto de estos cuatro Dioses polariza al universo con luz y oscuridad, creando en consecuencia el día y la noche. Érebo oscurecía la luz de Éter, y Nix traía consigo la noche, y luego; Hemera despejaba la oscuridad de Nix y Éter traía el brillo nuevamente. Estos Dioses eran encarnaciones arquetípicas de la luz y la oscuridad, polarizados en su forma femenina y masculina, similar al Yin Yang chino. 


Luego de este acontecimiento comienzan, a emerger y a engendrarse otros Dioses primigenios, los cuales también representan polarizaciones necesarias para el sostén de la vida, como Tánatos (la muerte), Hipnos (el sueño), Moros y las Moiras (el destino), Ker (la perdición), Geras (vejez), Némesis (venganza), Eris (discordia), Apate (engaño), Filotes (amistad), Momo (burla), Ezis (dolor), y las Hespérides (ninfas protectoras). De Hipnos y de Nix surgen 1.000 Dioses más; los Oniros, que son personificaciones del sueño, entre los cuales destaca Morfeo, Fobétor y Fantaso.


2. Nacimiento de Gaia (Gea), Urano y los Titanes.
Cuando el Universo primitivo ya se encontraba completamente polarizado y formado; del Caos emergió una nueva generación de Dioses primigenios; "Gaia" (la Madre Tierra, también llamada Gea), y "Eros", el más hermoso de todos los Dioses, ya que polarizaba el amor, la belleza y el deseo, además, junto con ellos también se formó el "Tártaro" (inframundo). 

Fue Gaia quien puso orden en la Tierra y quien separó las aguas primigenias del Caos; otorgando todos los principios necesarios para engendrar vida física. En consecuencia, los antiguos sabios consideraron a Gaia como una Diosa creadora y hacedora, madre de todas las criaturas vivientes y fuente eterna de vida, por algo es la Madre Naturaleza. Más tarde, también se le atribuyeron poderes místicos y adivinatorios, debido a su polarización como energía femenina.

Este proceso creativo y de limpieza, conllevó a que naciera el cielo, es decir, Urano, el Señor del Firmamento. 

Sin aguas primigenias y sin oscuridad; el cielo (Urano) y la tierra (Gaia) se unieron en pareja y engendraron muchos hijos.

Por otro lado, cabe decir que la palabra griega "Γαῖα" (Gaĩa) significa "Tierra", aunque su origen es desconocido, y puede que tenga raíces pre-indoeuropeas y protogriegas. En el idioma micénico por ejemplo (período prehelénico), se utilizaba la palabra "Ma-ga" para referirse a la "Madre Tierra", y, como vemos; contiene la raíz "ga". En consiguiente, podríamos concluir que ambas culturas hacían referencia a la misma entidad.

Por su parte, el nombre "Urano" (Οὐρανός) también tiene un origen confuso, y hasta el día de hoy sigue siendo objeto de debate. Si bien su nombre en griego significa literalmente "cielo", etimológicamente podría provenir del sánscrito hindú, derivado de la palabra "varṣa" (lluvia), de modo que "Urano" también podría significar algo como: "el que da la lluvia" o "fuente de lluvia", y aveces se le compara con el Dios elemental del hinduismo; Váruṇa.

Gaia y Urano fueron un pilar fundamental para sostener la vida en nuestro planeta, ya que Urano continuamente vertía lluvia fertilizante sobre Gaia, haciendo que ésta quedase embarazada. 

De tal acto nacieron los árboles, las plantas, las hierbas, y toda clase de vegetación. También crearon las Oureas (montañas y volcanes), y a Ponto (el mar). Gea y sus hijos presidían distintos aspectos de la naturaleza, desde ninfas y espíritus protectores hasta seres bestiales y monstruosos. Por su parte, Urano se transformó en la máxima autoridad entre los Dioses, y gobernó por casi toda la "Edad de Oro"; una época perfecta de paz, abundancia y dicha, en la cual no existían guerras, crímenes, violencia, pecado ni vicios, al contrario, las sociedades vivían armónica y fraternalmente, los seres vivos eran espirituales, intelectuales y equilibrados, habiendo respeto por toda clase de vida. Las condiciones climatológicas eran perfectas y no había necesidad de practicar la agricultura ni la caza, puesto que la tierra naturalmente entregaba alimento. 


Con el paso del tiempo, Gea y Urano también engendraron a tres generaciones de razas terrestres. Ellos fueron:

  • Los Cíclopes, los cuales se caracterizaban por tener solamente un ojo, posicionado justo en el centro de la frente. Se describe que estas criaturas estaban dotadas de una gran estatura, además de una increíble fuerza física. Fueron tres los miembros de esta raza: Bronte, Estéropes y Arges.
  • Los Hecatónquiros: criaturas colosales de tamaño estratosférico, y que se caracterizaban por tener 100 brazos y 50 cabezas cada uno. Fueron tres los Hecatónquiros: Briareo, Giges y Coto.
  • Y finalmente, los Titanes: 12 seres majestuosos que adquirieron la esencia divina de sus antepasados. Estos fueron: Océano, Ceo, Hiperión, Crío, Japeto, Cronos, Tía, Rea, Temis, Mnemosine, Febe y Tetis, 6 hombres y 6 mujeres respectivamente, y a quienes Gea adoraba con todo su ser.

3. Cronos Castra a Urano. Nacimiento de la segunda generación de Dioses y Titanes.
En un principio, la unión entre Gaia y Urano fue muy sana, beneficiosa y necesaria para sostener el orden del cosmos y la vida. Sin embargo, con el tiempo; todo se tornó caótico y demencial; Urano fue adquiriendo más y más poder, y dejó de ser un rey benefactor y benevolente. Un día, Urano tomó a todos sus hijos y los desterró a las profundidades del Tártaro, temiendo a que alguno de ellos intentase derrocarlo. Este miedo infundado hizo que Urano llegase a odiar y a despreciar a todos sus hijos, transformándose en un padre cruel y déspota.

Gaia se encontraba sumamente dolida ante tal hecho, y no pudo hacer nada para impedir el destino de sus hijos, quienes yacían en las fosas del Tártaro.


Es así como Gaia decide tomar venganza por su cuenta, ideando un plan para poder castigar y derrocar a su ahora cruel esposo. Para ello, decidió descender personalmente al Tártaro, con la intención de liberar a Cronos, quien era el Titán más joven y audaz. Gaia le entregó a Cronos una hoz que ella misma había fabricado con diamantes, siendo un arma ideal para poder liderar la contienda. Un día, cuando Urano yacía acostado junto a su esposa; Cronos se acercó sigilosamente hacia él, empuñando el arma dada por Gaia. Es ahí cuando Cronos ataca a su padre y lo castra; cortándole los genitales. De este modo, Cronos se proclamó rey supremo de los Dioses y liberó a sus hermanos del Tártaro.

Otras versiones mencionan que Gaia liberó a todos los Titanes, pero que solo Cronos se atrevió a enfrentar a su padre. El resto de la historia se mantiene igual.


Cronos lanzó los genitales de su padre al mar, en donde la sangre y su semen se mezclaron con la espuma del agua, que, lógicamente, también formaba parte de Gaia. Esta accidental fecundación provocó el nacimiento de la Diosa Afrodita, cuyo nombre de hecho deriva de la palabra griega "aphros" (ἀφρός), que significa "espuma". También emergieron las Erinias (ninfas personificadoras de la venganza), los Gigantes (grandes guerreros con fuerza descomunal), y las Melíades (ninfas de los árboles y los prados).


La emasculación de Urano también se narró en la religión hitita-hurrita milenios antes, cuando "Kumbarbi" castra al rey y Dios del cielo; "Anu", recuperando así el trono y vengando a los otros Dioses.

Los textos no mencionan si Urano murió por la herida o si se retiró de la Tierra, pero sí se sabe que dejó una profecía; vaticinando que Cronos también sería derrocado por uno de sus hijos. 

Cronos gobernó durante el final de la Era de Oro + toda la Era de Plata, trayendo prosperidad, armonía y abundancia a la Tierra. También liberó inmediatamente a sus hermanos Cíclopes y Hecatónquiros del Tártaro, y luego tomó como esposa a su hermana Rea, con quien engendraría a 6 de los 12 Dioses Olímpicos; Hestia, Deméter, Hera, Hades y Poseidón. Por su parte, Gaia se casó con Ponto, y ambos engendraron a los Dioses del mar; Nereo, Taumante, Forcis, Ceto y Euribia.

Los otros Titanes también se casaron y tuvieron descendencia, dando por inicio a la denominada "Segunda Generación de Titanes" y a la "Segunda Generación de Dioses". Océano se casó con Tetis, y ambos engendraron a 3.000 oceánides; que eran ninfas de las aguas, entre ellas se destaca Electra, Metis, Doris, Filira, Asia, Calipso y Estigia. Jápeto se casó con Asia, y ambos engendraron a Prometeo, Atlas, Menecio y Epimeteo. Ceo se casó con Febe y tuvieron a Leto, Asteria y Lelanto. Crío se casó con Euribia y tuvieron a Astreo, Palas y Perses. Hiperión se casó con Tía, y ambos engendraron a Helios, Selene y Eos. Estigia se unió con Palas y tuvo a Zelo, Niké, Cratos y Bí. Cronos también tuvo un hijo con la oceánide Filira; Quirón, el sabio centauro. Por otro lado, Taumante se casó con Electra, y tuvieron a Iris y Arkes (Diosas angelicales) y a las Harpías. Forcis se casó con Ceto, engendrando a las Gorgonas (Medusa, Esteno y Euríale) y a la ninfas acuáticas, entre ellas destaca Equidna, Toosa y Escila. Eos se unió a Astraeus, con quien tuvo a Boreas, Zephyrus, Notus y Eurus (Dioses del viento).

4. Nacimiento de los Dioses Olímpicos y la caída de Cronos a manos de Zeus.
Con el paso del tiempo, Cronos se fue obsesionando cada vez más con la idea de que sería derrocado por uno de sus hijos, tal como había profetizado Urano. Incluso llegó a sospechar de sus propios hermanos Cíclopes y Hecatónquiros; a quienes decidió desterrar al Tártaro, tal como lo había hecho su padre anteriormente. Una vez encerrados, les asignó una carcelera especial: Campe, un demonio del inframundo.

Más tarde, Cronos cometió un acto brutal; en su desesperación por impedir que sus hijos vivieran, los fue devorando uno por uno conforme nacían. Cada vez que Rea daba a luz, Cronos tomaba al infante y se lo comía, en un intento de modificar su destino. Poco a poco, el brillante y próspero reinado de Cronos se iba apagando para convertirse en un vil reflejo de lo que fue el reinado de Urano en sus últimos días, iniciando así una etapa oscura y caótica; la Edad de Bronce.


Cronos ya había devorado a 5 de sus hijos, y Rea se encontraba  completamente devastada ante tal situación. Más tarde, la Diosa volvería a quedar embarazada, pero esta vez no estaría dispuesta a permitir que Cronos asesinase cruelmente a otro de sus hijos, así que recurrió desesperadamente ante Gea, pidiendo auxilio y consejo. Gea se encargó de ocultar el embarazo de Rea, y posteriormente ayudó a ocultar al niño recién nacido, cuyo nombre era Zeus, en una cueva del Monte Ida, el pico montañoso más alto de la Isla de Creta, donde fue criado y alimentado por las ninfas del bosque y una familia de pastores, además de otras Deidades como Metis, quien, como ya nombré; era hija de Océano y Tetis, y también por Temis, la Titánide, y Amaltea; una ninfa que lo alimentaba con miel y leche de cabra, y que se describe como una de sus principales cuidadoras. Todo este grupo de Deidades se encargó de proteger, educar y alimentar a Zeus, y por supuesto, de esconderlo.


Sin embargo, solo era cosa de tiempo para que Cronos se enterase de esto, y así ocurrió. Furioso por la desobediencia de su esposa, Cronos ordena que Zeus fuese traído ante su trono, para así, ser devorado. Sin embargo, Gea, haciendo uso de su magia, fabrica con piedras una replica exacta del niño, y se la ofrece a Cronos, quien lo devora inmediatamente. Así fue como Zeus logró sobrevivir. En su infancia fue educado en todos los saberes y oficios, posteriormente aprendió el arte de la guerra y de la batalla, al ser educado por una compañía de guerreros. Esto transformó a Zeus en un hombre completo, ilustre, sabio, y extremadamente poderoso, puesto que además por sus venas fluía la gracia divina de sus antepasados

Pronto llegó el día en que Zeus fue lo suficientemente maduro como para reclamar el trono, vengar a sus hermanos, y terminar con la opresión de su padre.

Según la versión, ocurrió lo siguiente:

A. Versión no violenta: Zeus se presentó para trabajar como el copero y servidor de Cronos, sin jamás mencionar su verdadera identidad. Astutamente y con la ayuda de Metis; Zeus fabrica un brebaje que inducía al vómito, y lo añadieron en una de las bebidas de Cronos, quien, sin saberlo; lo bebió. Esto ocasionó que todos los hijos devorados fuesen expulsados y devueltos a la vida. Zeus confiesa su verdadera identidad ante Cronos y se da por inicio la Titanomaquia: la guerra entre Dioses y Titanes.
B. Versión violenta: Zeus se presenta ante Cronos con una actitud desafiante, revelando inmediatamente su identidad e intenciones. Empuñando un arma; Zeus logra abrirle las entrañas a Cronos, rescatando a sus hermanos. Cronos logra huir y se da por iniciada la Titanomaquia. 

Para ambas versiones, el desenlace es siempre el mismo: Cronos logra huir y se reúne con los otros Titanes para preparar la defensa, mientras que Zeus viaja al Tártaro, lucha contra Campe y libera a los Cíclopes y a los Hecatónquiros, quienes deciden luchar a su lado, al igual que Hestia, Deméter, Hera, Hades y Poseidón.

Incluso hubo Titanes que no lucharon para el bando de Cronos, sino que se aliaron con Zeus, como Prometeo, Epimeteo y Estigia, al igual que muchas oceánides, ninfas y Diosas. Los Cíclopes eran expertos en forja y en la fabricación de armas, y en forma de agradecimiento y admiración; decidieron crear algunos artefactos sumamente poderosos, que serían cruciales para el transcurso de la guerra, como el tridente de Poseidón, el casco de invisibilidad de Hades, y por supuesto; el rayo de Zeus. Mientras tanto, el bando de los Titanes fue liderado por Cronos, Ceo, Crío, Hiperión, Jápeto, Atlas y Menecio, además; también se unieron a ellos los Gigantes y diversas criaturas del Tártaro, como Typhon.

Los siguientes Titanes permanecieron completamente neutrales, y no lucharon para ninguno de los dos bandos: Océano, Tía, Temis, Mnemósine, Febe y Tetis.


Mi intención en esta publicación no es detallar ni profundizar en los acontecimientos de esta gran guerra, la cual duró una década, sino que continuar con la genealogía de los Dioses, ya que muchos nacieron en consecuencia de este suceso.

Tras la victoria de los Dioses Olímpicos, el planeta se dividió en 3 reinos iguales: Hades tomó control del Inframundo, Poseidón tomó control de los Mares, y Zeus tomó control del Cielo, y se transformaron en los 3 Dioses más importantes e imponentes del Olimpo.


Zeus tomó como esposa a muchas mujeres, y tuvo una gran descendencia. Muchos de sus hijos se transformaron en cabecillas del Olimpo, y estuvieron dotados de gran sabiduría, perspicacia y atributos. Por ejemplo, Zeus se casó con Hera, con quien tuvo a Hefesto, Ares y Hebe. También tomó a la Titánide Metis, de cuyo fruto nace la Diosa Atenea (sin embargo, otras versiones mencionan que Atenea nace sin intervención femenina, sino que como una proyección de la mente de Zeus). También tuvo un hijo con Sémele, naciendo Dionisio, con la Pléyade Maia, naciendo Hermes, y con la Diosa Leto; naciendo Artemisa y Apolo. Todos los hijos de Zeus fueron incluidos en el Olimpo, conformando así el panteón principal de 11 grandes Dioses + la incorporación de Afrodita, 12 en total.

Cabe decir que Zeus tuvo también una hija con Deméter; Perséfone, pero ella no fue incluida dentro de los 12 grandes olímpicos. También tuvo 9 hijos con la Titánide Mnemósine; "las Musas", que acompañaban a Apolo.

Zeus también se relacionó con mujeres mortales, naciendo así los llamados semidioses. Por ejemplo, con Alcmena tuvo a Heracles (Hércules), con Dánae tuvo a Perseo, y con Leda tuvo a Helena de Troya. 


Por otro lado, Perséfone se casó con Hades, transformándose en la reina del Inframundo, y de esta unión nace Melínoe y Macaria. Hades también tuvo dos amantes; las ninfas Mente y Leuce, con quienes no tuvo hijos. Poseidón en tanto, se casó con la oceánide Anfitrite, y tuvieron a Tritón. El Dios del Mar también fue amante a la oceánide Toosa, con quien tuvo al cíclope Polífemo.

Por su parte, la Diosa Hestia permaneció siempre virgen y no tuvo descendencias ni consorte.

Los Dioses olímpicos de segunda generación también tuvieron hijos. Dionisio se casó con la princesa Ariadna, y tuvieron a Toante, Estásfilo, Enopión y Pepareto. Afrodita se casó forzosamente con Hefesto, pero de esta unión no nace ningún hijo, aunque sí los tuvo con otros Dioses, ya que con Ares engendró a Deimos, Anteros, Fobos y Harmonía, y con Hermes tuvo a Hemafrodito. Hermes por su parte también tuvo otras mujeres además de Afrodita; se casó con la princesa Herse, y tuvieron a Céfalo, y también se unió con Polimele, de cuyo fruto nace Eudoros, y con Dríope; con quien tuvo a Pan, y con Eupolemía, con quien tuvo a Etálides. El Dios Apolo es probablemente la Deidad con más mujeres y descendencia, llegándose a nombrar en los textos a decenas de esposas e hijos, entre ellos destaca su unión con la musa Calíope, de cuyo fruto nace Orfeo y Yalemo, también se casó con Arsínoe, con quien tuvo a Eriopis, y con Coronis, con quien tuvo a Asclepio, y con Urania, con quien tuvo a Lino. Por otro lado, la Diosa Artemisa y la Diosa Atenea permanecieron siempre vírgenes, sin consorte ni descendencia, aunque más tarde, Atenea criaría a un hijo adoptivo; Erictonio, hijo de Hefesto y Gea.


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