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martes, 3 de agosto de 2021

Pegaso: significado esotérico y espiritual del corcel alado

La religión griega es un profundo mar de conocimiento, sabiduría y misticismo. Sin embargo, la mayoría de sus enseñanzas y mensajes se encuentran ocultas bajo alegorías y complejas metáforas filosóficas, las cuales, debemos descifrar para poder entenderlas con absoluta plenitud, puesto nada de esto es literal. La razón es sencilla; los antiguos sabios decidieron crear una religión esotérica, palabra que etimológicamente viene de "ἐσώτερος" (esoterikós), que significa "oculto", "intimo", "reservado" e "interior". El  objetivo era que solo los verdaderos iniciados y buscadores de la verdad pudiesen comprender sus enseñanzas, para que de este modo el conocimiento fuese resguardado y protegido eternamente, sin caer en la tergiversación o corrupción. De hecho, el mecanismo esotérico de la religión griega, es el mismo que se empleó en el hinduismo y otras antiguas corrientes. 

En el día de hoy vamos a entender el verdadero mensaje esotérico de una de las criaturas mitológicas mas famosas y queridas del antiguo mundo: Pegaso, el corcel alado que acompañó fielmente a diversos héroes en sus travesías y misiones, ganándose el corazón de los Dioses y hombres por igual.

Pegaso fue concebido como un arquetipo guía que nos dice que jamás debemos descuidar nuestras obligaciones espirituales, morales e intelectuales, ya que estas herramientas serán realmente útiles para afrontar cualquier dificultad en este plano, y así acceder a mundos superiores tras la muerte.



  • Pegaso

El nombre "Pegaso" deriva etimológicamente de la palabra "πηγή", que significa; "fuente", "de la fuente", o bien, "el que brota de la fuente". Hesíodo explica esto en su Teogonía, diciendo: "Y este se llamó así porque fue cerca de las fuentes oceánicas donde nació".

Este caballo alado personifica la manifestación de la magia en el plano material, y está muy arraigado con la concepción griega del Karma, puesto que nos invita a:

1. Dedicar nuestras vidas al cultivo de sabiduría y conocimiento.

2. A obrar de buena manera sin esperar recompensas a cambio.

3. A luchar contra el ego, el orgullo, la arrogancia y la maldad. 

4. A vibrar en una frecuencia más alta, ya que en el fondo; atraemos lo que vibramos.

 

Y aquí recalco las palabras que dije al comienzo de la publicación; Pegaso fue concebido como un arquetipo guía. Esto quiere decir que al entender su verdadero significado esotérico lograremos poner en marcha algunos consejos que nos ayudarán a transformarnos en mejores personas, y así cultivarnos en todos los sentidos posibles, a saber; espiritual, moral e intelectual. Esto será extremadamente útil para trascender las dificultades del plano terrenal y en consiguiente; lograr un mejor destino tras nuestra partida del mundo físico. 

Lo anterior también se profundiza en el siguiente enlace, puesto que Pegaso, al ser hijo de Poseidón, engloba un mensaje muy importante para nuestra evolución interna, y es por ello que los textos dicen que el corcel alado nace de un fluyente de agua:



Pegaso le ha demostrado al hombre que puede revolucionar su vida de formas mágicas con una concentración mental prístina y una base terrenal firme. Debemos intentar elevarnos espiritualmente mientras cursamos el rumbo de nuestras vidas físicas, que de por sí vendrán acompañadas por caos, tentaciones y sufrimiento. 

Primero que todo debemos entender que el caballo es un animal que personifica fuerza, poder, pasión, libertad, nobleza, conquista, agilidad, victoria, longevidad y progreso. Y el hecho de que Pegaso sea un caballo alado no hace más que potenciar y reforzar sus cualidades innatas. Esto le permite trascender las barreras y limitaciones físicas para proyectarse a los cielos, que simbolizan lo divino, lo sagrado.

Los griegos, al decir que Pegaso es totalmente blanco, afirman su naturaleza excepcional y divina, ya que el gen que provoca el nacimiento de un caballo blanco es extremadamente raro e inusual. De hecho, la mayoría de los caballos blancos no nacen con este color, sino que se van despigmentando con el paso de los años, como los tordos por ejemplo. Ademas, el blanco representa pureza, inocencia, integridad, amor, limpieza, equilibrio y plenitud, y en todos los textos griegos, Pegaso es retratado con estas cualidades, ganándose el favor de los Dioses y protagonizando diversas proezas y hazañas.


Por ejemplo, Pegaso ayudó al héroe Belerofonte en su lucha contra la Quimera. Hay diversas historias sobre cómo Belerofonte encontró a Pegaso; la más común, es que Polyeidos, un sabio vidente, le dijo al héroe que durmiera en el templo de Atenea, en donde la Diosa lo visitaría por la noche para entregarle una brida de oro. Y así ocurrió. A la mañana siguiente, aún aferrado a la brida, Belerofonte encontró a Pegaso bebiendo en el manantial Periano, en donde lo atrapó y domó. Tras esto, se convirtieron en grandes amigos y lucharon hombro a hombro contra la Quimera y otros adversarios.

Pegaso igualmente fue utilizado por el héroe Perseo para rescatar a la princesa Andrómeda y luchar contra Cetus, un terrible monstruo marino que aterrorizaba las costas de Etiopia. 

También se le atribuye la creación de la Hippocrène, una fuente divina cuyas aguas entregaban inspiración y sabiduría para quien la bebiera. Incluso, la belleza de este manantial era tan increíble y admirable, que los mismos Dioses descendían de los cielos para poder apreciarla. Según se narra en los textos, la Hippocrène nace luego de que Pegaso le diera un vigoroso golpe con su pezuña a la tierra, de la cual comenzó inmediatamente a brotar agua y a transformar el paisaje. Otra asociación que nos muestra su parentesco con Poseidón. 

En sus últimos años, Pegaso tuvo la función de servir como un corcel real en el Monte Olimpo, en donde se le entregó la tarea de portar los rayos de Zeus y de dirigir los carros celestiales de los Dioses, logrando disfrutar de un estatus casi divino. En recompensación a sus años de fiel servicio, Zeus decide concederle vida eterna, y para ello lo transforma en una constelación. De este modo, el noble y fiel Pegaso seguiría surcando los cielos eternamente.


El simbolismo de Pegaso nos invita a mantenernos puros y rectos pese a todos los vaivenes de la vida, y que debemos luchar sin miedo contra la adversidad y la oscuridad que nos pueda tentar, tal como  Belerofonte hizo al enfrentar a todas las criaturas y amenazas que interfirieron en su vida. 

Además, que Pegaso haya sido un regalo a Belerofonte por parte de Atenea, símbolo de la combatividad y sabiduría sublime, significa que solo un hombre recto y culto podrá superar la exaltación del plano material. 

Pegaso simboliza principalmente la elevación de los deseos esenciales de la espiritualidad frente a la banalización y perversión del mundo físico, representada por la Quimera, a quien enfrentó y venció. 

Pero atención: nuestras victorias y logros en el plano material no deben separarnos del camino de la rectitud, ni tampoco deben interferir en nuestra búsqueda de conocimiento e iluminación. 

Recordemos que Belerofonte fue invadido por una enfermiza arrogancia producto de sus continuas rachas y victorias, y en un acto de orgullo utilizó a Pegaso para alcanzar el Monte Olimpo, ya que se autoproclamó un Dios. Esto fue fatal, ya que Belerofonte fallece en el intento tras caer al vacío. Hay diversas fuentes sobre esto. Algunas dicen que Zeus, para evitar tal sacrilegio, puesto que la entrada no autorizada de un mortal al palacio de los Dioses estaba prohibida, envió a un tábano o a una avispa para que atacase a su caballo alado. En efecto, Pegaso se volvió loco por la picadura, y Belerofonte, perdiendo el control, se cae. Otras fuentes cuentan que el héroe simplemente no soportó el vértigo de semejante altura, y terminó cayendo por culpa de su propia intrepidez. No importa la versión del hecho, lo que importa es que debemos mantener la pureza y no dejarnos llevar por el ego, la arrogancia y las victorias materiales. ¿Sabes quien sí logró entrar al Monte Olimpo? Exacto, Pegaso. 

Como dije anteriormente, Zeus lo llevó a sus establos celestiales y posteriormente fue convertido en una constelación, para así vivir eternamente, mientras que Belerofonte terminó pereciendo por culpa de su pecado.

Por otro lado, la figura psicopompa del caballo en la religión griega parece derivar de su conexión con el agua, que simboliza la frontera entre el mundo de los vivos y el más allá. El caballo, en particular Pegaso, es el encargado de llevar el alma del difunto más allá de esta frontera, así como permitirle al chamán realizar su viaje extático. Son varios los relatos que cuentan que Pegaso guía el alma de los difuntos tras la muerte, lo cual perfectamente podría equivaler, nuevamente, a la concepción griega del karma: "los buenos actos, acompañados por una vida justa y honrada (representados por los ideales de Pegaso), conducen a un mundo de paz y dicha eterna (es decir, a los Campos Elíseos, un paraíso mas allá del Inframundo en donde solo las almas puras y nobles logran acceder)".

Entonces, Pegaso fue retratado como el guía kármico que nos permite acceder a planos superiores de conciencia tras la muerte. Si permanecemos puros en este mundo, seremos recompensados por nuestros méritos, tal como enseña el karma hindú (religión que por cierto tuvo una gran influencia en la griega). Las buenas acciones, la búsqueda de conocimiento y la pureza moral y espiritual conducirán siempre hacia el Reino Superior. Pegaso logró llegar al Monte Olimpo para luego ser inmortalizado, pero no producto de sus deseos egoístas, sino que autorizado y bendecido por Zeus (que funciona como juez kármico, al igual que Osiris en la religión egipcia). En cambio, Belerofonte no logró ser recompensado, al contrario, terminó muriendo por la intrepidez de sus propias acciones, ya que un alma corrompida no puede entrar a los reinos celestiales. 

Por todo lo anterior, Pegaso es fuente de conocimiento espiritual, y las aguas puras que emanan de su fuente, la Hippocrène, están destinadas a saciar la sed del peregrino que busca acceder a la verdad y la iluminación. Pero la Hippocrène no se encuentra en un lugar remoto, se encuentra dentro de nosotros mismos. Pegaso representa el deseo humano de elevarse más allá del mundo material, y también se relaciona con los viajes astrales. En todas las prácticas chamánicas, el hombre que emprende un viaje espiritual accede a los cielos con alas de ave, generalmente asistido por otro animal, como un caballo. Bajo esta interpretación esotérica, Pegaso es también un guía del éxtasis, del trance y de la meditación. La caída de Belerofonte sugiere que este conocimiento íntimo proporcionado por Pegaso puede enorgullecer a una persona y empujarla a sentirse superior a los demás. Esto también se encuentra en el mito de Ícaro, con el que presenta un paralelo evidente: un héroe logra volar, se enorgullece, ya no escucha los consejos y cae. 

Pegaso representa la sabiduría, siendo la muerte de Medusa el comienzo de la misma. En el contexto filosófico, Medusa representa el terror y el miedo que se yuxtaponen a la sabiduría, impidiendo su desvelo. Pegaso nace tras la muerte de Medusa, ya que el miedo, fruto de la sinrazón, se disipa y se reduce a nada, y la sabiduría entra en la mente de todos los seres vivos. Con sus alas, la sabiduría sobrevuela lo que existe en el mundo a la velocidad del pensamiento, y es por ello que se enfrenta, como primera misión, contra la Quimera, que representa la perversión del mundo físico. Pegaso, como el caballo de las Musas, representa el arte y la elevación a través de la belleza. Él es es lo opuesto a la fealdad de Medusa, de la cual provino. Lo sublime de la imaginación creadora que surge de la perversión y la corrupción resultan ser la clave para llevar una vida plena y correcta. 

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