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domingo, 18 de octubre de 2020

Agni (अग्नि): Dios elemental del Fuego



Agni, Vayu y Varuna son las antiguas deidades elementales del hinduismo, personificando esotéricamente al fuego, al viento y al agua, respectivamente. En la presente publicación nos enfocaremos en Agni, el señor del fuego, cuyo culto se remonta 
desde tiempos inmemoriales. 
Incluso, como dato curioso, Agni (अग्नि) es el primer dios nombrado en toda la literatura védica e hindú, ya que hace su primera aparición en la primera línea de la primera estrofa del primer himno del Rig Veda, el texto hindú más antiguo:

"Alabo a Agni, el sacerdote elegido, Dios, ministro del sacrificio. El invocador, el más prodigioso de la riqueza. Digno es Agni de ser alabado por vivir como los antiguos videntes. Él traerá acá a los Dioses. Gobernante de los sacrificios, Guardia de la Ley eterna, el Radiante que crece en su propia morada. Sea para nosotros de fácil acercamiento, como un padre a su hijo: Agni, quédate con nosotros para nuestro bienestar".

En efecto, Agni es el sumo sacerdote de los dioses y el primero en ser invocado en cada adoración, además, su rol como heraldo divino lo transforma en una entidad imprescindible para realizar cualquier juramento o ceremonia. Agni es quien consume y transmuta las ofrendas, y el primero en recurrir a la invocación humana , por lo que es visto como el mediador entre el cielo y la tierra.

En esta publicación veremos el significado esotérico y la importancia de este gran dios y señor, el cual ha sido adorado ininterrumpidamente a lo largo de 5.000 años y más.


(Nota inicial: esta publicación será reeditada y reposteada al sitio web HINDUISMO SAGRADOdel cual yo también soy dueño y administrador). 

Agni es el Dios del fuego, su piel es roja, tiene dos cabezas (lo que sugiere sus cualidades destructivas y benéficas), tres piernas (ya que su manifestación es triple; fuego, sol y relámpago), de dos a siete brazos (que representan rayos luminosos), siete lenguas (que consumen las ofrendas para posteriormente transformarlas en humo), cabello oscuro, ojos negros y una corona rodeada de llamas. Generalmente porta una espada, un hacha o una lanza, junto con una antorcha, guirnaldas, un abanico, un libro (el Rig Veda) y varios implementos utilizados en ceremonias de fuego. Habitualmente se desplaza a través de un carnero o macho cabrío, que es el animal de sacrificio por excelencia. Además, es el guardían del sureste, por lo que en muchos templos se colocan imágenes de Agni orientados en esta cardinalidad, para así obtener su protección. Algunas veces, Agni porta su arma sagrada, el "Agneyastra", la cual descarga llamas inextinguibles.

Etimológicamente el término "agni" deriva de una palabra protoindoeuropea para "fuego", la cual influenció a otras lenguas, como el latin "ignis", lituano "ugnis", esclavonio "ogni", polaco "ogień", serbio "oganj", checo "oheň", y ruso "огонь" (ogon), todas estas palabras significan "fuego" y derivan de la misma raíz, además del  inglés "ignite" (encender). 

Como Dios del fuego, Agni es el conducto y mensajero entre el reino humano y el reino celestial, de hecho, los textos sagrados afirman que los sacrificios quemados a través de él van directamente a las deidades del cielo, por ello; se considera que Agni es el sumo sacerdote y heraldo de los dioses. 

Agni es el director supremo de ceremonias y deberes religiosos, sirviendo como el sumo sacerdote que lleva las oblaciones directamente a los dioses. Se le concede este papel ya que su jurisdicción abarca tanto el cielo como la tierra, lo que le permite convertirse en el punto de encuentro entre los mundos celeste y terrestre. Sus muchas lenguas consumen las ofrendas de sacrificio y luego las transfiere en forma de humo, para que así puedan presentarse a los Dioses del cielo. 

Agni también atrae a los dioses al altar, es por ello que siempre hay fuego en las ceremonias y ritos, ya sea prendiendo grandes hogueras y fogatas, o a través de una simple vela. Por ejemplo, en los templos y hogares hindúes existe un "vedi" o "altar de fuego", generalmente elaborado con ladrillos o piedras, en donde los devotos van y queman sus ofrendas en honor a los Dioses. Ésta práctica sagrada se conoce como "Yajñá", y es Agni quien preside este ritual, funcionando como portal místico entre nuestro mundo y el mundo divino; es él quien transmite la ofrenda de los humanos. Agni metaboliza la intención del Yajñá y la ofrenda del devoto, especialmente la manteca, el sándalo, el cúrcuma, el arroz, flores y otras diversas sustancias de la tierra. Esto es importente porque las cosas que estamos ofreciendo al fuego tienen una cualidad muy sáttvica (pura), que cuando se transmuta de su dimensión física burda por Agni; se transforma en sustancia celestial (soma), que los Devatas (Dioses) usan como alimento.


Por lo mismo, también se le apoda con el epíteto "Boca de los Dioses", producto de su función de puente, comunicador y transmutador, razón por la que siempre hay fuego en cualquier ceremonia.


En el arte hindú, el fuego se representa simbólicamente como el puente para contactar a los dioses:


Tradicionalmente, se le ordenaba a los brahmanes que hicieran la primera de sus oblaciones diarias en honor a Agni. Este ritual se conoce como "agnihotra", siendo uno de los principales métodos para invocar al señor del fuego. En este proceso se frotan piezas de madera para así poder crear una fricción vigorosa que genere llamas. Cada uno de los palos son considerados sus padres, por lo que se dice que Agni renace milagrosamente cada día a través de este ritual. Los rituales de Agni sobrevivieron a la transición de los tiempos védicos antiguos al hinduismo moderno, y el método sagrado para iniciar el fuego del templo por fricción todavía se usa hoy en día, incluso existen los "sacerdotes del fuego", cuyo deber específico es presidir estos rituales. El agnihotra se practica tanto al amanecer como al atardecer, junto con la recitación de mantras védicos y la quema de ofrendas, también se arrojan granos de arroz, que simbolizan los pecados extinguiéndose. Su objetivo es adorar a las Deidades y purificar el ambiente, puesto que el humo que emana de la hoguera es sagrado y tiene cualidades depuradoras, sobre todo si se queman hierbas y materiales orgánicos.


También cabe decir que Agni es un dios santo, ya que el fuego es el único de los elementos que no puede ser contaminado, impurificado ni corrompido. No hay otro elemento que sea tan puro como Agni en KaliYuga. En un pasado lejano (Satya Yuga), los humanos solían ser tan puros como los elementos en sí mismos. Podrían tener la visión de Dios directamente si así lo desearan. No había necesidad de rituales, leyes, restricciones, etc. Todas las almas tenían karma puro y, por lo tanto, no tenían cabida para los pecados. Sin embargo, con la caída de edades posteriores, todas las almas cayeron en la ilusión y poco a poco se volvieron impuras. Un total de 1/4 de almas fueron corrompidas en Treta Yuga, 1/2 en Dwapara y casi el 100% en KaliYuga. En esta era de oscuridad, casi no queda ningún ser humano que no sea tocado por el odio, la lujuria, el ego y el pecado. Pero es el fuego lo único que permanece puro: no se puede corromper como el agua y el aire. El aire está contaminado, la Tierra está contaminada, incluso las fuentes de agua más pura como el Ganges están contaminadas. Solo el Fuego permanece puro a lo largo de todas las edades de la existencia.


Dado que es el único elemento que no se contamina, en cualquier ceremonia de matrimonio hindú, las parejas jóvenes deben hacer un voto frente a Agni como testigo, ya que una boda hindú se considera totalmente consagrada solo cuando es presenciada por fuego. Esto se denomina "Agnisakshi" (अग्निसाक्षी), que significa "Agni como testigo", y también "Saptapadi", que significa "Siete pasos", en referencia a que los novios deben dar siete pasos alrededor del fuego como parte de su compromiso con Agni.

Por otro lado, el fuego es el máximo destructor de este mundo y de todas las ilusiones. El fuego destruye la forma física de todas las cosas materiales y hace que tu alma se despierte de la ilusión y el apego a la materia, es por eso que en Asia casi no existen los cementerios, ya que la mayoría de la población es cremada al morir, y no enterrada. Los beneficios esotéricos de la cremación ya los profundicé en una publicación anterior, la cual adjunto en el siguiente enlace:


Agni preside todos los grandes acontecimientos de la vida de una persona, y al final, es Agni a través de las llamas de la pira funeraria quien acepta el cuerpo como última ofrenda (Antieshti). Luego, el Señor Shiva termina el proceso de destrucción, se cubre con las cenizas del difunto, y reinicia el ciclo de vida.

Los textos indican que Agni impregna al ser humano a nivel psicológico y fisiológico en tres aspectos: "kama-Agni" (fuego de la pasión y el deseo), "krodha-Agni" (fuego de la ira) y "udara-Agni" (fuego de la digestión), este último 
se debe a que los antiguos médicos decían que Agni es el fuego biológico que gobierna la digestión, el metabolismo y también el sistema inmunológico. Por ejemplo, Agni crea el calor que se requiere para digerir los alimentos cuando están en el estómago. Los textos también establecen que Agni existe como el fuego en el alma de todos nosotros, y que es la energía térmica que ilumina las estrellas y el sol. 

La veneración y el temor por el fuego de una forma u otra se encuentra en todos los sistemas religiosos y metafísicos. Las velas y las hogueras existen en las tradiciones occidentales desde la wicca hasta el cristianismo en general, y en el antiguo Israel, dios era adorado con el fuego de los holocaustos y sacrificios. Sin embargo, en el hábito histórico de considerar la propia tradición como verdadera y todas las demás como falsas; los cristianos han tendido a ridiculizar a dioses como Agni, tratándolos de primitivos e idólatras. Sin embargo, el único encuentro directo con el dios viviente registrado en la biblia tiene al dios Yahvé apareciendo como fuego (Éxodo 3). Por lo tanto, en el panteón hindú, Lord Agni existe como la manifestación de lo que es claramente divino y siempre místico, además de ser una manifestación del Absoluto Supremo, es por ello que los devotos lo respetan y adoran.


Aquí adjunto algunos cánticos y oraciones en honor a Agni, tomadas directamente del Rig Veda:

"Con adoración te glorificaré, Agni, como un corcel de cola larga, Señor Imperial de los ritos sagrados.  Tú, el Hijo de la Fuerza que avanza a grandes zancadas, el portador de gran felicidad, que derrama sus dones como lluvia, sea con nosotros. Señor de toda vida, de cerca o desde lejos, tú, Oh Agni, protégenos del hombre pecador para siempre. Oh Agni, anuncia con gracia nuestra oblación a los dioses, y nuestra más reciente canción de alabanza. Que este Dios nuestro, grande, ilimitado, con banderolas de humo excelentemente brillantes, nos impulse a la fuerza y ​​al pensamiento santo. Rico Señor de los hombres, Agni el estandarte de los Dioses, Refulgente, escúchanos a través de nuestras alabanzas. ¡Gloria a los dioses, los poderosos, los menores y mayores!. Si tenemos poder, rindamos culto a Dios: no hay mejor oración que esta, oh Dioses, reconocedlo".
"Elegimos a Agni el mensajero, el heraldo, maestro de todas las riquezas, muy hábil en este, nuestro sacrificio. Con llamamientos siempre invocámos a Agni, Señor de la Casa, Portador de la Oblación, el muy amado. Él trae a los dioses aquí, oh, Agni, nacido para el que esparce la hierba sagrada: Tú eres nuestro heraldo, reunidos estamos para alabanza. Despierta a los Dioses dispuestos, ya que tú, Agni, realizas la embajada: Siéntate en la hierba sagrada con los Dioses. Oh, Agni, radiante, a quien se vierte el aceite sagrado, quema a nuestros enemigos a quienes protegen los demonios". 
"Agni, el brillante, trae los dioses para el que ofrece santos dones. Adóralos, Purificador, Sacerdote. Hijo de ti mismo, presente, oh sabio, quien hoy vigila nuestro sacrificio. Dulce al gusto, para que se deleiten. Querido Narasamsa [Alabado por todos los hombres], dulce de lengua, dador de oblaciones, te invoco para nuestro sacrificio. Agni, en tu carro más ágil, glorificado, trae aquí a los Dioses, ya que Manu te nombró sacerdote. Derrama, oh sabio, la hierba sagrada que gotea con aceite en el orden debido, donde se contempla al Inmortal. Abiertas sean las Puertas Divinas infalibles que asisten al rito, para realizar el sacrificio hoy y ahora". 



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