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lunes, 28 de septiembre de 2020

Mūrti Pūjā: la adoración de imágenes en el Hinduismo, una práctica espiritual beneficiosa


  • La importancia de las imágenes; conociendo el verdadero significado de la mal llamada "idolatría".

La adoración de imágenes va en conformidad con el espíritu básico del Hinduismo. 

Para esta corriente espiritual, una imagen puede concentrar y canalizar la energía del devoto, y por ende, funcionar como un vehículo entre su fe y la divinidad asociada, induciendo a una conexión psicológica y espiritual. 

El hinduismo también sostiene que todos los objetos del mundo se encuentran impregnados por la gracia divina, y esto no excluye a las estatuas o cualquier otro tipo de imagen. 

Algunos detractores podrían alegar que nadie conoce la verdadera forma de Dios, y que por lo tanto, las imágenes son creaciones humanas. Pero esto no es así, ya que el hinduismo enseña que las imágenes (sean pinturas, estatuas, etc.), son realmente un instrumento alegórico que busca acercar la mente del devoto a la esencia divina.  Durante miles de años, los sabios de la India descubrieron una realidad trascendental a través de la meditación más compleja, y, para intentar acercarle esa realidad a los hombres comunes y corrientes, decidieron plasmar a los Dioses con formas y atributos que sean fáciles de comprender y recordar. El devoto hindú, sabe perfectamente que detrás de un Dios con forma de elefante, de león, de mono, o de un Dios con 10 cabezas y 10 brazos, se esconde un profundo mensaje espiritual y un ser divino completamente diferente.

Por todas estas razones, los hindúes aceptan gustosamente la adoración de ídolos como una forma sencilla de expresar su fe, amor y devoción. Un hindú devoto no se avergüenza de ir a un templo e inclinarse ante un ídolo, o de construir un altar en casa para decorarlo con todo tipo de imágenes, brindándoles un hogar. De hecho, la práctica de adorar a los Dioses mediante el uso de ídolos se llama "Mūrti Pūjā" (que significa "adoración de imágenes"), y es una de las prácticas de devoción o "Bhakti"  más comunes y antiguas. 


BREVE INTRODUCCIÓN

Imaginemos que debes visualizar el aire en tu mente, ¿puedes hacerlo? probablemente no. ¿Puedes representarlo? Tampoco. ¿Podrías dibujar el aire para que otra persona lo conozca y comprenda? Difícil. Resulta que el aire es invisible, incoloro, y no posee ningún tipo de patrón visual que pueda ayudarnos a mentalizarlo. Pero si yo dibujo al aire con rasgos humanos y lo adorno con elementos simbólicos que te recuerden su funcionamiento y sus características, entonces, comprenderás esa forma y empezarás a relacionarte con ella.

Por ello, la adoración de imágenes en el hinduismo no puede compararse con la adoración de imágenes en otras religiones. Por ejemplo, dentro del cristianismo, la rama católica es la que principalmente adora imágenes. Pero la diferencia entre ambas es grande; el hindú sabe que detrás de la forma de una estatua se esconde una Deidad completamente diferente y trascendental, y que cada una de sus atributos y características corresponden a elementos simbólicos. Además, la mayoría de los Dioses hindúes no tiene la forma de un ser humano común y corriente; muchos poseen forma de animal, pieles de muchos colores, muchas cabezas, etc., por lo que no existe un modelo humano detrás de ellos. 

En cambio, el católico las adora literalmente, creyendo que su imagen es la representación fidedigna de su dios o santo, y se encomiendan ante ellos. Incluso, los católicos desconocen que gran parte de sus representaciones son en realidad ficticias o motivadas por intereses humanos; por ejemplo, adoran a un Jesús de rasgos europeos, blanco, de ojos azules, o adoran la imagen del actor Robert Powell, quien interpretó a Jesús en la famosa película de 1977, de igual modo, adoran las pinturas de Miguel Ángel, sin saber que en realidad se están postrando ante su novio; Tommaso Cavalieri, a quien Miguel Ángel utilizó como modelo para retratar a Jesús en sus pinturas. 

Nada de eso ocurre en el hinduismo.

Cualquiera que crea que la adoración de ídolos es una práctica primitiva, pagana o supersticiosa; está completamente equivocado, puesto que es el vehículo que el devoto utiliza para canalizar su concentración y energía, y así inducir a estados meditativos o emocionales que lo conectarán siempre con su Deidad, entiendo lógicamente lo que se esconde detrás de una imagen.

El hindú no duda en pararse frente a una estatua y hablarle como si estuviera hablando con otra persona. Es posible que los ídolos no le hablen, pero él sabe que sus oraciones serán escuchadas, y que su devoción y amor por la Deidad serán correspondidos. Incluso si sus oraciones no son respondidas, continuará su adoración considerándola parte de su Karma, destino, o la forma en que Dios a veces elige responder. En el fondo de su corazón sabe que está involucrado en una práctica espiritual, y al final solo le hará bien y lo acercará más a Dios.

Las imágenes que se utilizan en la Mūrti Pūjā vienen en diversas formas, tamaños y formatos, según el propósito y la duración del mismo. Normalmente se utilizan estatuas, tallados, esculturas, pinturas, cuadros, entre otros. Esta práctica es hermosa, puesto que el devoto guarda un intenso cariño por sus ídolos, razón por las cuales los instala en un lugar limpio y seguro, como un estante, una mesa o una habitación, y les entrega todo tipo de ofrendas, ya sea todos los días o en días específicos, acompañándolos en su rutina diaria. En los templos, las imágenes deben ser limpiadas ritualmente (prāṅa pratiṣṭha) por pujaris (sacerdotes) calificados antes de ser instaladas y adoradas. 

El Hinduismo es una corriente hermosa; la Mūrti Pūjā no exige que sus devotos realicen grandes inversiones en ella o que adquieran imágenes de alto valor, al contrario; los Dioses aceptarán gustosamente la pūjā siempre y cuando sea entregada con el corazón. 

Por ejemplo, en el Bhagavad-gītā el Señor Krishna nos dice:


"Si alguien Me ofrece con amor y devoción una hoja, una flor, una fruta o agua, Yo la aceptaré"



Los antiguos rishis (sabios videntes) y gurús (maestros espirituales) que escribieron los textos sagrados hace miles de años, concibieron la imagen de los Dioses de manera simbólica, para que de este modo, el estudio de los mismos resulte ser más "amigable" o "comprensible" para la mente humana, que es terrenal e ignorante. 

Me explico. Muchos padres del hinduismo fueron ascetas extremos. Ellos vivían como ermitaños; alejados de toda la sociedad y sus comodidades. Esto lo hicieron con el objetivo de dedicar sus vidas completas a la meditación. Gracias a ello, lograron alcanzar estadíos de conciencia sumamente elevados, con los cuales fueron capaces de salir de sus cuerpos y unirse directamente a Dios. Esto se conoce como ""Samādhi", que significa "Unión con el Universo" o "Unión con Dios", y es el estado espiritual más alto al que se puede llegar en vida, ya que se proyecta el cuerpo astral a otros planos de conciencia. Con Samādhi, los rishis y gurús trascendieron la realidad física,  pudieron conocer a Dios, además de explorar los registros akáshicos, que son la memoria cósmica en donde se albergan todos los acontecimientos del universo. Cabe mencionar que estas habilidades no son sobrenaturales, milagrosas ni nada por el estilo, y que de hecho cualquier ser humano puede alcanzar dichos estadíos si dedica su vida a ello.

Entonces; ¿Cómo los rishis y maestros les mostrarían esta realidad a los hombres comunes y corrientes? ¿Cómo una persona que vive su día a día podría acercarse a este conocimiento sin ser un estricto asceta y un anacoreta? Las imágenes y la descripción alegórica de los Dioses fueron una opción realmente útil, puesto que de este modo, el devoto, al ver la estatua de su Dios, entendería sus características, su energía, su gracia, su funcionamiento. Y es por estas razones que muchos Dioses hindúes tienen formas de animal, así como múltiples cabezas, brazos, piel azul, gris, roja, etc., o el mismo caso del Señor Ganesha, quien se caracteriza por tener cabeza de elefante, o el Señor Hanumān, que tiene forma de mono. Nada de esto es literal, si usted de verdad cree que existe algún Dios con cabeza de elefante o piel azul con cuatro brazos descansando en algún lugar del universo encima de un loto, es porque no ha entendido el verdadero mensaje del hinduismo. 

Y aquí debo comentar algo importante, históricamente han existido dos tipos de religiones; la "exotérica", y la "esotérica". Una religión exotérica siempre es abierta, sencilla, básica, fácil de entender, y sobre todo, literal. Por ejemplo, tenemos el cristianismo, el judaísmo, y el islamismo. Por otro lado, las religiones esotéricas son completamente diferentes. La palabra "esoterismo" viene del griego "esoterikós" (ἐσώτερος), que significa, "oculto", "intimo", "reservado" e "interior", y en sánscrito (idioma en el cual se escribieron los textos hindúes) se utiliza el término "Rahasya" (रहस्य), que significa lo mismo. De aquí también deriva la palabra "hermetismo", que significa "impenetrable". 

Y el Hinduismo es por lejos uno de las mejores representantes de dichas corrientes, puesto que sus creencias y mensajes se hayan envueltos bajo profundas capas de alegorías, misticismo y metáforas herméticas que una persona no iniciada jamas llegaría a entender. Y esto no solo abarca los relatos y creencias, sino que también la mismísima apariencia de nuestros Dioses. Un devoto verdadero sabe el mensaje y la intención que se oculta detrás de un Dios con diez cabezas y doce brazos, pero dicha imagen solo causaría confusión o rechazo en una persona que jamás haya estudiado la razón, y solo se dejaría llevar por lo que ve, es decir, por lo "exotérico". 


En conclusión, la religión hindú siempre ha buscado el mecanismo para poder representar físicamente las polarizaciones energéticas de Dios, para que así, sea más fácil acercarnos a Él, ya que es mejor disponer de una imagen compuesta por elementos familiares y amigables que lo identifiquen, en lugar de una simple descripción abstracta. Cada atributo que tenga un Dios hindú en una estatua o en una pintura, tiene un significado esotérico o alegórico que debemos comprender. Y una vez que eso ocurra se profundizará la conexión psicológica y espiritual con la Deidad en cuestión. 

Aconsejo empedernidamente leer una de mis publicaciones anteriores para poder comprender realmente la cosmovisión de la religión hindú. Aquí adjunto el enlace:

Si usted leyó la publicación adjunta, entenderá que existe únicamente un solo Dios supremo y absoluto en el hinduismo, pese a la noción de que existen miles. Su nombre es Brahman, y de Brahman brotan todos los demás Dioses, como si fuesen raíces o prolongaciones de su poder. Cada uno de los Dioses cumple una función específica, y son ellos a quienes se le retrata en imágenes. 

Y esto lo menciono porque el hindú siempre retratará en forma de ídolo a las extensiones de Brahman, como Vishnu, Shiva, Ganesha, Hanumān, y a los cientos de Dioses hindúes, ya que son ellos son los encargados de entregarnos herramientas para nuestro espiritual, y también, para poder llevar una vida justa y armónica. Pero NUNCA se ha retratado la imagen de Brahman; de Él no existen imágenes, ni estatuas, ni pinturas, ni representaciones artísticas de ningún tipo.

Entonces, el argumento de que no se puede adorar imágenes porque nadie sabe la verdadera forma de Dios, también es respetada y asumida por los hindúes. Nuestras imágenes no retratan al Dios supremo, sino que a sus manifestaciones, las cuales fueron concebidas según su correspondiente frecuencia energética, para así hacerlos más amigables o comprensivos para la mente humana.

Para complementar lo anterior explicaré lo siguiente: en los Upanishads y en el Bhagavad-gītā, entre otros textos sagrados, se nos habla de dos conceptos importantes: "Nirguna" y "Saguna".

"Nirguna" es la forma abstracta y sin forma de Dios. Es la eterna conciencia divina y omnipresente. De hecho, "Nirguna" significa "sin atributos".

En cambio, "Saguna" es la manifestación de Dios en forma física y con atributos tangibles. 

Entendiendo lo anterior, Brahman se venera como Nirguna, y los demás Dioses son venerados como Saguna.

Generalmente, los hindúes que adoran a Dios sin forma se denominan "trascendentalistas" o "jñāna-yogīs", mientras que aquellos que lo adoran con atributos tangibles se denominan "bhakti-yogīs". El maestro Bhaktivedanta Swami Prabhupada, señala en sus comentarios del Bhagavad-gītā, que el sendero de los jñāna-yogīs resulta ser mucho más complejo para las personas corrientes, y que por lo mismo, recomienda la senda del bhakti-yoga:

"El proceso de jñāna-yoga, aunque en fin de cuentas lo lleva a uno a la misma meta, es muy dificultoso, mientras que el sendero del bhakti-yoga, el proceso de estar al servicio directo de la Suprema Personalidad de Dios, es más sencillo y natural para el alma encarnada [...]. Claro que, la adoración de la Suprema Personalidad de Dios en la forma que Él tiene en el templo (imágenes) no es idolatría. En la literatura védica se constata que la adoración puede ser "saguṇa" y "nirguṇa": del Supremo con atributos físicos o sin ellos. La adoración de la Deidad en un templo es adoración saguṇa, ya que al Señor se lo representa con cualidades materiales. Pero la forma del Señor, aunque se represente por medio de elementos materiales tales como la piedra, la madera o un óleo, etc., no es de hecho material. Esa es la naturaleza absoluta del Señor Supremo. En relación con esto se puede dar un ejemplo de la vida diaria. En la calle hay unos buzones de correo, y si ponemos en ellos nuestras cartas, es seguro que estas llegarán a su destino sin dificultades. Pero un buzón antiguo, o uno de imitación que encontremos en alguna parte y que no esté autorizado por la oficina de correos, no nos servirá. De igual manera, Dios tiene una representación autorizada en su forma física, que se denomina "arcā-vigraha". Ese arcā-vigraha es una encarnación del Señor Supremo. Dios aceptará a través de esa forma el servicio que se le preste a Él. El Señor es omnipotente, todopoderoso; por lo tanto, mediante Su encarnación como arcā-vigraha podrá aceptar los servicios del devoto, tan solo para la conveniencia del hombre que se encuentra en la vida condicionada. Así que para el devoto no hay ninguna dificultad en dirigirse al Supremo inmediata y directamente por medio de imágenes, pero para aquellos que están siguiendo el camino impersonal hacia la iluminación espiritual, el sendero es difícil. Ellos tienen que entender la representación no manifestada del Supremo a través de Escrituras védicas y los Upaniṣads, y tienen que aprender el idioma, entender los sentimientos que no se perciben, y comprender a la perfección todos esos procesos. Eso no es algo muy sencillo para un hombre común. La persona consciente de Kṛṣṇa, dedicada al servicio devocional, dedicada a la guía del maestro espiritual genuino, dedicada a ofrecerle reverencias a la Deidad, tal como se estipula, y dedicada a oír hablar de las glorias del Señor, y simplemente por comer los remanentes de la comida que se le ofrece al Señor, llega a comprender de un modo muy fácil a la Suprema Personalidad de Dios".

A continuación veremos algunos puntos principales para defender y justificar la realización de esta práctica.

  • Justificación para la adoración de imágenes

1) Es una técnica muy poderosa para cultivar la pureza y relacionarse con la Deidad.

La adoración de ídolos es una práctica mucho más eficaz que la oración, ya que se complementa con otras técnicas espirituales, como la concentración, la meditación y la ofrenda. Por ende, cuando adoras a los ídolos con devoción y entrega; estás combinando todas estas energías al mismo tiempo, creando una fuerza poderosa entre ambos, impregnando también el lugar. Es por eso que los devotos experimentan paz y se sienten llenos de energía después de realizar la adoración, ya sea en un altar casero o en un templo. 

La adoración de imágenes es beneficiosa, conveniente, directa, personal y transformadora. A pesar de lo que argumentan los críticos, no es pecaminosa, supersticiosa ni decadente, sino que una forma muy humilde, inocente y eficaz de expresar tu amor y devoción a las Deidades. Tal como se mencionó anteriormente, existen otras vías para acercarse a lo divino, pero resultan ser difíciles o complejas para el hombre común. Sin embargo, la más sencilla y práctica de todas, es el uso de imágenes.

Dado que Dios es omnisciente y está impregnando todo; cada objeto material es también digno de adoración y veneración. Al adorar sus imágenes, reconoces su presencia universal y vives con la seguridad de que estás rodeado por él, vigilado por él, custodiado por él, y que tiene miles de manos, pies, ojos y oídos en todas partes y en todas direcciones. Dios impregna toda su creación. Está escondido en todo. Por lo tanto, si está decidido y enfocado; puedes encontrar a Dios en cualquier objeto en el que fijes tu mente. Y esto no solo ocurre con estatuas o mūrtis, algunos hindúes también le rinden tributo al sol, al agua, a los árboles, a las plantas, a los animales, al fuego, al viento etc., ya que Dios está en todos lados. 


2) Es la forma más fácil de infundir fe y devoción en las personas.

La gente común y corriente, que está ocupada con sus propias vidas y deberes y/o que no está bien versada en el conocimiento de las escrituras o la erudición religiosa, puede tener dificultades para captar el conocimiento más profundo del Ser, o las nociones abstractas de un Dios invisible y sin forma. 

Para ellos, los ídolos y las imágenes concretas son sumamente útiles y convenientes para expresar su simple devoción y así, poder conectarse con la idea de Dios a nivel mental, emocional, psicológica, y en los términos más personales. Una imagen puede atraer directamente a un devoto y llevarlo instantáneamente a un estado reverencial y devocional. En su mente, la imagen se va convirtiendo gradualmente en una presencia viva, por ende, la idolatría es una forma conveniente y sencilla de comunicarse con los Dioses. En la adoración de imágenes, la relación entre usted y las Deidades es directa y personal. Es como tener un apoyo invisible de otro mundo. Durante el culto y la puja (veneración) te comunicas directamente con tus Dioses, sin intermediarios. En su presencia, entras mentalmente en su compañía y abres tu corazón a su amor y bendiciones. A través de la oración personal y la conversación directa; puedes expresarles tus sentimientos o confiar en ellos. 

Sí; sabemos que el ídolo es sin duda inerte e inactivo, a nivel físico es solo un pedazo de piedra, arcilla, madera, yeso, o algún otro material. Sin embargo, en la mente del devoto cobra vida cuando vierte su amor y devoción en él y le hace ofrendas. Vuelvo a citar al maestro Prabhupada: "Pero la forma del Señor, aunque se represente por medio de elementos materiales tales como la piedra, la madera o un óleo, etc., no es de hecho material", ya que en el fondo Dios también los impregna.

Se afirma que no todos los ídolos son iguales; aquellos que son adorados con más frecuencia por más personas acumulan mayor poder en proporción a las ofrendas que reciben. Esto se basa en el concepto de que el Universo no puede soportar un vacío. Por lo tanto, al pedir algo, la reciprocidad sería el curso natural; y eso se puede solucionar con una ofrenda, la cual también sirve como un regalo para los Dioses. Y una excelente forma de hacerlo: es entregándoles ofrendas en sus respectivos altares y a sus correspondientes imágenes.


3) Los ídolos ayudan a que el devoto pueda estar siempre conectado con sus Deidades.

Un hindú adora a sus Dioses favoritos ya sea en los templos o en casa para llenar su mente con pensamientos positivos, y se mantiene en un cierto estado de reverencia y devoción mientras se dedica a actividades rutinarias y deberes obligatorios, como el estudio, el trabajo, etc. La práctica de las imágenes refuerza su fe y su confianza para afrontar los problemas y dificultades de la vida. Cuando los ídolos de los Dioses se instalan en la casa o en un puja mandir (lugar de adoración), la misma se convierte en una morada de los Dioses por sí mismo, o incluso como una extensión del templo. Con su sola presencia en la casa, los ídolos recuerdan a sus moradores sobre la presencia divina, y la necesidad de vivir religiosa y éticamente para mantener la casa limpia, sagrada y libre de malas influencias. Por lo mismo, las estatuas o cualquier tipo de mūrti debe ser tratado con respeto y cordialidad, tal como si estuviésemos tratando a un invitado de honor. 

De hecho, las imágenes que adoras en tu casa serán parte de tu vida y de tu familia; ellas vivirán contigo y compartirán tu comida. En los hogares hindúes, los niños continúan la tradición cuando crecen y cuando tienen sus propias familias. Durante generaciones, muchos hindúes adoran a las mismas Deidades e incluso las mismas imágenes, que se van conservando con el paso de las generaciones. Con el tiempo, las imágenes que adoras crecen sobre ti y se convierten en tus Deidades guardianas. También adquieren fuerza y ​​poderes místicos de acuerdo con tu devoción, pureza y sinceridad, ya que los objetos absorben la energía que las personas emanan, sobretodo cuando van dirigidas directamente hacia ellos.


4) Se encuentra amparado por los textos sagrados.

Como he evidenciado a lo largo de la publicación, las escrituras sagradas del hinduismo aprueban la adoración de ídolos como una práctica legítima y totalmente aceptada, e incluso se incentiva, como se vio en puntos anteriores y en la introducción.

Sin embargo, parece ser que las religiones abrahámicas (cristianismo, judaísmo, islamismo) no entienden el concepto de libertad religiosa, puesto que suelen criticar este tipo de prácticas, e incluso recitan pasajes de sus libros para recriminar el comportamiento de otras culturas, lo cual es absurdo y a su vez, intolerante. Por ejemplo, ellos citan el Éxodo 20:4-6, el cual dice: "No te harás ídolo ni semejanza alguna [...] No te inclinarás ante ellos ni los servirás". Señores, el Hinduismo es el Hinduismo, las religiones abrahámicas son las religiones abrahámicas. Si nuestros libros sagrados promueven el uso de imágenes, estamos en nuestro derecho y libertad de hacerlo gustosamente, y si para ustedes está prohibido, una pena, pero no pueden obligar a las demás culturas a que acaten sus reglas. Un hindú no tiene por qué obedecer lo que diga un mandato de un libro que le es ajeno, ni debe importarle lo que un dios extraño imponga o no. Además, los judíos únicamente rechazaron el uso de ídolos para poder diferenciarse de las prácticas de otras religiones circundantes, puesto que los antiguos israelitas tendían a copiar y a sincretizar las prácticas de otras culturas. 

Cuando alguien dice; "Dios es esto o aquello", lo está limitando. Cuando dicen; "Dios debe ser adorado de esta o aquella manera, y no de esta otra", lo está limitando nuevamente, e incluso encasillándolo bajo sus propios métodos de adoración. Esto es grotesco porque un simple ser humano no puede definir la forma en la cual se debe adorar a Dios. Por eso el hinduismo es flexible, ya que le permite a sus devotos explorar diferentes caminos de adoración, y uno de ellos es el Mūrti Pūjā.

Ahora podemos plantearlo de otra forma; ¿Acaso los abrahámicos no realizan ofrendas a su dios? ¡Claro que sí! Pero resulta que ese dios tampoco los puede ver u observar, pero aún así le ofrecen tributo y sacrificios, ¿cuál es la diferencia de hacer lo mismo que ellos pero con una imagen simbólica acompañándonos? Inclusive la mayoría de los cristianos critican la práctica de la idolatría, pero son los primeros en colgar imágenes de Jesús, cruces, vírgenes y santos en sus casas e iglesias, o realizan mandas y procesiones cargando estatuas, o adornan sus árboles de navidad con representaciones religiosas y luego se postran ante ellas, o decoran sus libros con dibujos de Jesús y otros personajes, ¿no es esto también "idolatría"? Incluso aquí hay otro punto importante que recalcar; en el arte cristiano podemos ver retratos de su dios supremo; Yahvé o Jehová, e incluso lo humanizan con atributos físicos, en cambio, los hindúes jamás han retratado ni personificado a Brahman, entonces ¿quién está dándole forma a un Dios sin forma? ¿los hindúes o los cristianos?


5) Es una forma de reconocer la omnisciencia y omnipresencia de Dios.

Si Dios es omnipresente, entonces todo en el universo, incluido el ídolo que uno adora, está lleno de Su energía y presencia. Todo en el universo es igualmente sagrado y digno de adoración, ya que Dios lo impregna por igual y está presente en todos, y este es uno de los principios fundamentales del hinduismo, incluso se añade que una imagen puede llegar a albergar la presencia divina en su interior. Con el paso del tiempo, los ídolos se convierten en realidades vivas, respirando en el subconsciente de los devotos, e incluso sentirá dolor o reacción emocional si alguien las profana o les falta el respeto. Los ídolos también nos enseñan a tratar a toda la creación con respeto y a reconocer la presencia de Dios en todos los objetos. Es por ello que, como mencioné anteriormente; en el hinduismo también se veneran a los elementos de la naturaleza, como el sol, el agua, los árboles, las rocas, el fuego, el viento y los animales, y la razón por la cual Prabhupada dice que los ídolos no son "materiales" pese a que están hechos de yeso, madera etc., como bien se explicó más arriba. 

La imagen, atributos y formas de los Dioses hindúes responden netamente a complejas canalizaciones energéticas llevadas a cabo por los antiguos rishis y gurús de la India, en un intento de querer, básicamente, acercar lo divino al plano terrenal, con el objetivo de que los humanos comunes y corrientes pudiesen comprender a Dios mediante el uso de figuras que resulten amigables para la mente humana, y así, pudiesen ahorrarse el arduo camino del ascetismo y la espiritualidad trascendental. Es por ello que muchos Dioses tienen cuerpos de animal o formas afables que resulten familiares para la mente humana, así como múltiples brazos o cabezas; cada brazo y cada cabeza tiene su propio significado oculto, esotérico, alegórico, nada es literal. 


6) Es una declaración de fe simple en la presencia universal de Dios.

Brahman está más allá de la mente y los sentidos. Nadie puede comprender lo infinito, absoluto, trascendental y oculto que significa, y solo podemos obtener una comprensión parcial de ella, o varias perspectivas limitadas. Por ende, adorar a un Dios invisible y sin forma no te dará una mejor comprensión o conocimiento de Él que aquellos que lo adoran a través de ídolos. Ambos están sujetos a las mismas limitaciones de conocimiento y comprensión. La adoración de ídolos es una simple declaración de fe en una realidad de Dios desconocida e incomprensible. Un devoto que adora a los ídolos no se desanima por ninguna de las limitaciones a las que estamos sujetos. Los toma con calma o los ignora y conduce su adoración con completa fe, reduciendo la infinidad de Dios a una imagen concreta y sosteniendo que es la verdad completa. Es como si estuviera contento con su conocimiento limitado, sin inmutarse por su ignorancia, y entendiendo a Dios como un poder omnisciente y omnipresente, que escucha todas las oraciones y vela por todos sus devotos. 


7) Es una práctica transformadora y purificadora

La adoración de ídolos es una práctica transformadora que contribuye al predominio de sattva (pureza). Muchos no saben que antes de que un devoto adore un ídolo de la manera más reverencial; tendrá sumo cuidado en instalarlo ritualmente, y darle prāṇa (energía vital) por medio de diferentes técnicas. Lo mismo se hace cuando se adora a un símbolo o a un diagrama tántrico (yantra). Respirar en el ídolo es otra forma de prāṅa pratiṣṭha, ya que el prāṇa que viertes en el ídolo proviene de ti, es tu energía vital la que simbólicamente pones en ella. Cuando la ceremonia o adoración termina, el prāṇa que vertiste en él vuelve a ti, purificado y elevado. 




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Nota final: esta publicación ha sido reeditada y reposteada desde el sitio web "Hinduismo Sagrado", del cual yo también soy dueño y administrador.

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