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viernes, 18 de septiembre de 2020

Ahiṃsā (अहिंसा): Principio de paz y no violencia


En el mundo oriental, las principales corrientes religiosas y espirituales llevan como emblema un principio base primordial: el "Ahiṃsā" (अहिंसा): un precepto filosófico que busca reprimir cualquier tipo de acción o pensamiento que evoque violencia, para así poder establecer la paz, la comprensión, la misericordia y el respeto mutuo entre todas las criaturas vivas, sean humanos, animales o vegetales. Y no solamente por razones o cuestiones éticas y morales, sino que también por las repercusiones kármicas que la violencia conlleva.

La palabra en sánscrito "Ahiṃsā", significa literalmente; "no violencia" o "no dañar", y se remonta a los antiguos textos védicos, escritos hace más de 4.000 años atrás en la India. Los sabios hindúes definen el Ahiṃsā como una actitud de benevolencia universal en donde todos sus practicantes deben abogar por la paz, y esto se debe a dos principales razones:


1. Primero porque todos los seres vivos tienen una chispa divina en su interior, por lo tanto, herir a otro ser viviente es herirse a uno mismo, y también a la divinidad suprema que mora dentro. ¿Cómo podría asesinar o herir a otra criatura en cuyo interior también vive Dios?
2. Y en segundo lugar por las consecuencias kármicas que contrae la violencia, afectando directa y perjudicialmente el desarrollo evolutivo de los seres humanos en cada reencarnación. 


En el hinduismo, la violencia solo puede justificarse como último recurso y solo después de que se agotan los métodos pacíficos de resolución de conflictos. Existe extensa literatura hindú que discute el "cómo y cuándo" un practicante del Ahiṃsā podría recurrir a la violencia sin que se considere "pecado", o sin que evoque daños kármicos. Todo esto será analizado en la presente publicación.



  • ¿Qué es el Ahiṃsā?

Ahiṃsā es una virtud muy respetada y seguida a lo largo de la historia india, la cual expresa la creencia de que todas las criaturas están compuestas por una parte divina y sagrada, y por ende; insta a evitar cualquier forma de daño y/o violencia. En un sentido más amplio, Ahiṃsā significa amor y compasión universal. Los antiguos rishis (sabios videntes) no solo enfatizaron la no lesión física sino que también nos enseñaron la no violencia verbal y mental. En efecto, la práctica de este principio implica abstenerse de causar dolor físico y psicológico a cualquier ser vivo, sea en pensamiento, acción o palabra. Los Upaniṣad se refieren al Ahiṃsā como una disciplina ética, y enfatizan la necesidad de cultivar la compasión. En el Mahābhārata, uno de los textos sagrados más importantes del hinduismo, podemos leer:


"Ahiṃsā es el Dharma más alto. Ahiṃsā es el autocontrol más alto. Ahiṃsā es el regalo más grande. Ahiṃsā es la mejor práctica. Ahiṃsā es el sacrificio más alto. Ahiṃsā es la fuerza más fina. Ahiṃsā es el mejor amigo. Ahiṃsā es la mayor felicidad. Ahiṃsā es la verdad más elevada. Ahiṃsā es la enseñanza más grande".

 

Y en el Jabala Darshana Upaniṣad 1.7-1.8 leemos:


"Cometer asesinato o causar dolor a alguien, ya sea en pensamiento, palabra o hecho, de forma leve o severa, o realizar cualquier tipo de acto que no esté autorizado por los Vedas: es violencia. Bajo la inspiración de la benevolencia (kṣamā), el hombre debe comportarse con todas las criaturas vivientes, ya sea en pensamiento, palabra o acción; de la misma forma en que le gustaría ser tratado. Una mente dedicada a servir a la humanidad lo mejor que pueda, llegará a establecer la benevolencia, cuya importancia es confirmada por aquellos que conocen los Vedas. "


Incluso Gandhi, quien era hindú y quien predicó el Ahiṃsā, dijo:

"Ahiṃsā es la base para la búsqueda de la verdad. Estas búsquedas son inútiles si no se basan en Ahiṃsā . Todos estamos hechos de la misma masa, todos somos hijos del mismo Creador y por ende, los poderes divinos en nosotros son ilimitados. Intimidar a un ser humano significa intimidar a estas fuerzas divinas y, por lo tanto, causará daño no solo a esta criatura, sino que también al mundo entero. Siempre ha sido un misterio para mí saber cómo la gente puede considerar honorable la humillación de su prójimo". 


Átharva-veda:


"Aquellas almas nobles que practican la meditación y otras formas de yoga, que siempre se preocupan por todos los seres y que protegen a todos los animales, son las almas que realmente se toman en serio las prácticas espirituales". 


Dado su importancia, el Ahiṃsā constituye un pilar fundamental dentro de las principales corrientes filosóficas de la India, es decir, el Dárshana. En el sistema yóguico por ejemplo, el Ahiṃsā es el primero de los 10 Yama (principios y normas básicas de comportamiento), constituyendo así un pilar del Aṣṭāṅgayoga. Todo lo anterior se profundiza más en este artículo:



Y también se analiza en:



Practicar el Ahiṃsā requiere valor, ya que solo aquellos que pueden resistirse a reaccionar pueden practicar Ahiṃsā. 


Los beneficios incluyen: 


  • Aumenta la fuerza de voluntad y el control de los impulsos.
  • Cultiva la compasión. 
  • Desarrolla el amor por uno mismo y por los demás.
  • Purifica los pensamientos. 
  • Ayuda a construir tranquilidad y paz interior.
  • Evita consecuencias kármicas y mitiga el mismo.
  • Nos ayuda a alcanzar el estado de Mokṣa.
  • Nos asegura una mejor vida tras la muerte.

Aquí es importante recordar el simbolismo del loto. El loto es una flor hermosa e inmaculada que emerge desde las profundidades del agua estancada, y a pesar del entorno turbio y sucio en el que nace y crece; jamás se ensucia. Esta alegoría sirve para indicar que así mismo deberíamos vivir en este mundo; permaneciendo limpios de la contaminación que impregna nuestro entorno, entre ellos la violencia y todos los males que contrae. Por ende, esta flor es símbolo de pureza, riqueza espiritual, armonía, abundancia y evolución. 


Sin embargo, también es cierto decir que a veces la violencia parece inevitable, incluso el hinduismo justifica el uso de la violencia en determinadas circunstancias, siempre y cuando sea para defender causas justas, para refrenar la maldad y lógicamente; para cuando se agoten las alternativas pacíficas.

El Bhagavad-gītā por ejemplo, entre otras cosas, habla sobre el uso adecuado de la violencia en el contexto de la autodefensa y la guerra justa frente a una amenaza tiránica, incluso, el mismo Señor Krishna incita a que su discípulo Arjuna vaya a la guerra.  En general, los textos hindúes establecen al menos 3 causas en donde la violencia puede utilizarse sin que el Ahiṃsā se rompa: guerras, autodefensa y normas penales, cada una de ellas con sus respectivas limitaciones. Veamos cada caso:

  • Guerras:  El hinduismo siempre tratará de evitar la guerra y cualquier tipo de conflicto armado, abogando por resolver los problemas a través de un diálogo justo, pacífico y veráz, siendo la fuerza la última de las opciones. Ahora, si la guerra es inevitable; las personas y devotos podrán participar en ella, siempre y cuando luchen por una causa justa, con un propósito virtuoso y con el objetivo de imponer la paz. Sin embargo, es importante señalar que el hinduismo tiene limitaciones muy estrictas en cuanto a la guerra, por ejemplo; se prohibe la crueldad con el oponente, así como la tortura y el dolor innecesario, incluso los antiguos hindúes aprobaban el uso de flechas, pero no de flechas envenenadas. Los principios de los kshatriyas (la casta de guerreros hindúes y actual milicia india) son muy estrictos al respecto, llegando a prohibir el ataque a enemigos desarmados o que no estén dispuestos a pelear.  Por otro lado, los enemigos que hayan resultado heridos o capturados en batalla no deben ser asesinados ni torturados, mucho menos si se trata de civiles. De igual modo, las armas empleadas deben ser proporcionales a la fuerza enemiga y jamás avasalladoras. En los libros sagrados del hinduismo se narran muchas guerras y conflictos bélicos, pero éstos siempre están enfocados en la defensa del Dharma (justicia, rectitud, seguridad, moral, ética), por lo tanto son guerras justas, y no habrán consecuencias kármicas en ello. 

  • AutodefensaEl Ahiṃsā apoya la autodefensa, e invita a que el poder se utilice como escudo, pero nunca como arma. El Ahiṃsā no ampara la actividad criminal, y las escrituras hindúes apoyan efectivamente el uso de la violencia si una persona se ve amenazada por la acción de un atacante o de un criminal. Así es como por ejemplo nace el Aikidō; un arte marcial japonés basado en las enseñanzas del Ahiṃsā, el cual incluso vela por la seguridad del criminal; someterlo pero no lastimarlo. El Ahiṃsā no nos detiene de la autodefensa, pero sí de lastimar a otras personas por razones egoístas, personales, vengativas, impulsivas etc. De hecho el sistema Ahiṃsā de autodefensa es una de las principales enseñanzas de las artes marciales en cualquier parte del mundo; un maestro o instructor jamás usará sus habilidades de pelea para fines egoístas o criminales, al contrario; solo las utilizará para defenderse en casos de emergencia, y estas palabras siempre las difunden entre sus alumnos. Eso es Ahiṃsā.

  • Normas Penales: El hinduismo no ampara ni protege a los criminales, de hecho, la condena a muerte es un derecho penal totalmente vigente en la India, así como en otros países asiáticos. Una autoridad pública está en todo el derecho y obligación de castigar a los criminales, pero siempre de forma justa y proporcional, evitando ejecuciones crueles. Actualmente, el Código Penal de la India reconoce la legitimidad de la pena de muerte en casos de asesinato, guerra contra el gobierno, fomento del suicidio, fabricación de pruebas falsas, secuestro y robo con asesinato. En el libro sagrado, "Manu-smriti", se sostiene que un asesino debe ser condenado a muerte para que en su siguiente vida no tenga que sufrir por el gran pecado que ha cometido, por ende, no hay consecuencia kármica en la sentencia del juez o en la acción del verdugo. Cabe decir que el jainismo y el budismo no aprueban la pena de muerte, pero sí el hinduismo y el sijismo.


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