El Hinduismo siempre ha enseñado la existencia de multiversos, planos y dimensiones distintas, las cuales, se extienden a lo largo y ancho de un vasto océano cósmico de billones y cuatrillones de sistemas planetarios. Según los Vedas y otras escrituras sagradas; la cantidad de universos resulta ser completamente inconmensurable e incuantificable, existiendo vida en cada uno de ellos. De hecho, la cosmología hindú nos dice que existen millones de universos brotando por los poros de Vishnu, y millones mas siendo destruidos por Shiva. Cada vez que Vishnu respira, se crean infinitos universos a partir de los poros de Su cuerpo divino. Y cuando exhala, se disuelven de nuevo mediante la intervención de Shiva, quien es el encargado de disolver la materia, funcionando como transformador cósmico. Esto es lo que se conoce como "Año de Brahmā", que ya expliqué AQUI. Curiosamente, la ciencia moderna afirma que nuestro universo se encuentra sujeto a un ciclo interminable de nacimiento (Big Bang) y muerte (Big Crunch), y que todo responde a un efecto rebote denominado "Big Bounce", que perfectamente equivale al Año de Brahmā hindú. Los científicos de nuestra era también se encuentran de acuerdo en que el Big Bang produce la creación de miles de universos adicionales al nuestro, y que tarde y temprano serán destruidos.
Por ejemplo, en el texto sagrado, Bhāgavata Purāṇa, se lee:
"[...] Hay innumerables universos además de este, y aunque son ilimitadamente grandes, se mueven como átomos dentro de ti [...] Ilimitados universos pasan a través de los poros de Tu cuerpo, tal como las partículas de polvo pasan a través de las aberturas de una ventana con mosquitero"
Y en el "Vasishta Yoga Samhita", leemos:
"Puede ser posible contar las partículas de los rayos solares, pero no el número de universos que abundan en el Espíritu Supremo".
En la presente publicación veremos lo que dicen las escrituras con respecto a este tema, brindando también una explicación científica que la acredita.
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Los textos sagrados del hinduismo, mencionan que hay universos ilimitados que coexisten simultáneamente con el nuestro. También afirman que el universo es multidimensional, según la física védica; el espacio dentro de cada universo alberga cerca de 64 dimensiones principales, y cada dimensión se divide en muchas subdimensiones. Esto quiere decir que existe vida en cada rincón del cosmos y del multiverso, incluyendo vida en planos que no pueden verse a simple vista, pero que coexisten con el nuestro.
La línea de tiempo y la cosmología referente al funcionamiento del universo, según el hinduismo, es por lejos la más compleja y sofisticada de todas las religiones del planeta, y en consiguiente; la más cercana a los postulados y teorías modernas de la ciencia.
Por ejemplo, el hinduismo postuló la teoría del Big Bang hace miles de años. La cosmología nos dice que un acto de auto-creación; el Señor Vishnu emerge del caos primigenio en su forma de "Mahā-Viṣhṇu"; un Dios celestial que se haya en un profundo y constante estado de sueño, el cual le permite expandir su mente a niveles creativos inconmensurables. En un momento dado, Mahā-Viṣhṇu soñó con crear el universo físico, y en ese instante brotó una flor de loto de su ombligo, de la cual emanó una energía llamada "Púrusha", que luego concibió a los primeros principios de la materia; "Prakriti". La mezcla de Púrusha y Prakriti formó una especie de "huevo dorado" denominado "Hiranyagarbha", en donde todo el potencial creativo de Mahā-Viṣhṇu (energía, tiempo y materia) estaban siendo fecundados en su interior. La eclosión del huevo generó una explosión inmensa que terminó creando cientos y miles de universos materiales, entre ellos el que nosotros habitamos.
Los primeros principios de energía y materia; junto con la eclosión del huevo cósmico, son idénticos al proceso científico del Big Bang, y si miramos la narración bajo esa perspectiva, entonces, todo se torna lógico y científico. En la cosmología hindú, Vishnu representa la conciencia del universo en su forma no manifestada, que nace del caos primigenio (Mahā-Viṣhṇu). Luego, Vishnu engendra el Púrusha, que perfectamente podría equivaler al "período de recalentamiento" del Big Bang; aquella fase transitoria en la que el universo estaba comenzando a formar las primeras partículas y constituyentes del futuro universo. Luego, la eclosión del huevo equivale a lo que establece el bosón de Higgs con los inflatones; los responsables de producir la gran explosión.
El hinduismo sugiere que la explosión de dicho huevo cósmico, actualmente conocido como Big Bang, no es el comienzo de todo, sino que solamente es el comienzo de un ciclo presente precedido por un número infinito de creaciones y destrucciones, que la ciencia confirma con el Big Bounce. Nuestro actual universo, por ejemplo, nació hace aproximadamente 13.700 millones de años. En ese momento, muchos otros universos nacieron, y al mismo tiempo; otros más se destruyeron. Los científicos modernos afirman que nuestro universo llegará a su fin dentro de unos 5.000 millones de años, y que luego volverá a nacer, tal como afirma el hinduismo. El Big Bounce se define como un "modelo cíclico", implicando que el universo se extiende temporalmente más allá de la vida de cada universo individual, y sigue ciclos autosuficientes infinitos o indefinidos. Cada uno de esos universos comenzaría con un Big Bang y termina en un Big Crunch, lo que genera las condiciones necesarias para que se produzca un nuevo Big Bang.
Como vemos, la ciencia moderna le da la razón a todos los principios y creencias hindúes, incluyendo el nacimiento y la muerte del universo.
El renombrado científico, Stephen Hawking, afirmó que nuestro Big Bang era solo uno en un número infinito de Big Bangs que ocurrieron simultáneamente, cada uno de ellos creando su propio universo separado:
"Algunos de estos universos están completamente vacíos, y otros están llenos de agujeros negros, y otros tienen estrellas, galaxias y vida".
"La religión hindú es la única de las grandes religiones del mundo dedicada a la idea de que el propio Cosmos sufre un inmenso, de hecho, infinito número de muertes y renacimientos. Es la única religión en la que las escalas de tiempo corresponden a la cosmología de los científicos modernos. Sus ciclos van desde nuestro día y noche ordinarios, hasta el día y la noche de Brahmā, de 8,64 mil millones de años, más largos que la edad de la Tierra o el Sol y aproximadamente la mitad del tiempo desde el Big Bang ".
Por su parte, se suele retratar a Shiva ejecutando su Danza que destruye y desintegra la materia, y en consiguiente, a los universos:
Ahora compare todo lo anterior con las religiones abrahámicas.
El judaísmo, la religión madre del cristianismo y del islam, afirma que la tierra tiene unos 6000 años, y que todo se creó en una semana, incluyendo la absurda y contradictoria afirmación de que las plantas y vegetales se crearon antes que el sol. El cristianismo y el islam no desafiaron estos puntos de vista. Ambos no miraron más allá, teniendo ideas muy primitivas sobre el funcionamiento del cosmos. El cristianismo enseñó que la tierra es plana y estática, y que el sol se mueve sobre ella (geocentrismo). Dicha enseñanza imperó durante toda la edad media occidental, de la mano de una iglesia totalitaria que perseguía y asesinaba a quienes intentasen demostrar lo contrario, tal como ocurrió con Giordano Bruno y muchos otros científicos más, por no nombrar el caso de Galileo Galilei. El islam también apoya el geocentrismo y a su vez, considera que la tierra es plana, y que las montañas fueron creadas para estabilizarla.
Entonces, naturalmente, estas religiones no mencionan al universo porque simplemente no tenían idea al respecto. Ellos destruyeron el impulso natural de descubrir la verdad sobre nosotros mismos y el cosmos, limitándonos. Sólo desde que el cristianismo perdió su poder para castigar puntos de vista que no están en sintonía con las enseñanzas de la iglesia, la ciencia despegó en Occidente. No hay duda de que el tremendo y repentino progreso de la ciencia en los últimos siglos se inspiró en gran medida en el conocimiento indio. Muchos científicos occidentales lo han reconocido. Einstein dijo: “Les debemos mucho a los indios”. Científicos famosos como Heisenberg, Schroedinger, Oppenheimer, Sagan, Tesla, y el mismo Einstein, estudiaron la sabiduría ancestral de la India. Y Mark Twain opinó: “Nuestros materiales más valiosos y constructivos en la historia del hombre se atesoran solo en la India”.
Por lo tanto, al no estar confinados y restringidos por un mito de Adán y Eva y una fábula de creación geocéntrica y contradictoria de 7 días; en el hinduismo se enseña que apenas somos un grano de arena entre millones de universos y planos existenciales.
En fin.
Entiendo todo lo anterior es que recién podremos continuar con el tema que nos convoca el día de hoy. Y para ello citaré algunos pasajes de los textos sagrados que hablan sobre innumerables mundos y universos.
Vasishta Yoga Samhita:
"Hay algunos mundos maravillosos en el universo, y otros aún más maravillosos que ellos; algunos de ellos son luminosos y brillantes, y otros cuya luz nunca les ha llegado. Hay innumerables mundos dispersos en el vacío de la esencia de Brahma, y todos están rodando arriba y abajo como olas en el océano. Los esplendores de los mundos se ven en el Supremo como olas en el mar, y como el espejismo en el desierto arenoso; permanecen en Él como flores en el árbol de mango. Puede ser posible contar las partículas de los rayos solares, pero no el número de mundos que abundan en el Espíritu Supremo".
Garga Samhita:
"Las entidades vivientes nacen en muchos universos, tal como los mosquitos en muchas frutas udumbara".
Brahma Vaivarta Purāṇa:
"¿Y quién buscará a través de los anchos infinitos del espacio para contar los universos uno al lado del otro, cada uno conteniendo su Brahma, su Vishnu, y su Shiva? ¿Quién puede contar los Indras en todos ellos, esos Indras uno al lado del otro, que reinan a la vez en todos los innumerables mundos?".
Bhāgavata Purāṇa:
"Aunque durante un período de tiempo pudiera contar todos los átomos del universo, no podría contar todas Mis opulencias que manifiesto en innumerables universos".
"Porque Tú eres ilimitado, ni los señores del cielo ni Tú mismo podrán alcanzar el fin de Tus glorias. Los innumerables universos , cada uno envuelto en su caparazón, son obligados por la rueda del tiempo a vagar dentro de Ti, como partículas de polvo que vuelan por el cielo".
"Cada universo está cubierto por siete capas: tierra, agua, fuego, aire, cielo, la energía total y el ego, cada una diez veces mayor que la anterior. Hay innumerables universos además de este, y aunque son ilimitadamente grandes, se mueven como átomos en Ti. Por lo tanto, eres llamado ilimitado".
"Las capas o elementos que cubren los universos son cada uno diez veces más gruesos que el anterior, y todos los universos agrupados parecen átomos en una gran combinación".
"Dentro del tallo del loto hay catorce divisiones de sistemas planetarios, y los planetas terrestres están situados en el medio".
"Después de separar los diferentes universos, la gigantesca forma universal del Señor, que salió del océano causal, el lugar de aparición del primer puruṣa-avatāra, entró en cada uno de los universos separados, deseando yacer en el agua trascendental creada".
En el Bhāgavata Purāṇa también se ilustra brillantemente la idea de los multiversos. Para ello, se nos cuenta una historia entre los Dioses Krishna y Brahmā. Por cierto, Brahmā es el Dios creador del universo material; quien le dio forma y cimiento a todo lo que eclosionó del Big Bang o Hiranyagarbha.
Resulta que Brahmā quería poner a prueba a Krishna, y para ello, secuestró a todos los amigos y animales que vivían en su aldea, trasladándolos a "Brahmā-Loka" (su plano espiritual), y los escondió allí. Krishna, siendo el Todopoderoso, entendió la situación perfectamente, y para solucionar el problema, se copió a sí mismo en la forma de todos los ciudadanos y animales desaparecidos. Después de un tiempo, Brahmā regresó a la misma aldea para averiguar el transcurso de la situación, pero se sorprendió al notar que allí estaban todos los ciudadanos y animales; viviendo sus vidas como si nada hubiese pasado. Brahmā sintió curiosidad, no podía explicarse cómo aquellos seres podían existir simultáneamente en dos planos distintos. Brahmā desconcertado le preguntó a Krishna cómo esto era posible. Krishna entonces, conmovedoramente cerró sus ojos y le ofreció una visión; Brahmā vio un número incontable de otros Brahmās en todas las formas de existencia y en diferentes universos; algunos tenían 10 cabezas, algunos 100, otros miles. Krishna luego le dijo cortésmente a Brahmā que él es solo el creador de este Universo, pero que hay otros Universos infinitos, cada uno teniendo su propio Brahmā, y cada uno manteniendo su propio ciclo de nacimiento y muerte.
Esto es impactante porque Brahmā pudo ver una versión de sí mismo, pero con diferentes aspectos y en diferentes mundos. Todos ellos funcionando de manera independiente, al igual que los aldeanos secuestrados. Se narra que el Brahmā que rige nuestro plano posee un total de cuatro cabezas, siendo uno de los números más bajos, ya que hay algunos con más de mil (cada cabeza se encuentra asociada con una característica o atributo en específico que hace alusión al funcionamiento del universo). Así, hay Señores Brahmās que tienen cientos de miles de cabezas, gobernando sistemas planetarios que tienen dimensiones proporcionalmente similares a ello. Nuestro sistema planetario (brahmaanda), por ejemplo, mide 93.000 millones de años luz. Muy lógicamente, hay brahmandas que son millones de veces más grandes que los nuestros, y en ellos; su respectivo Brahmā tendrá un mayor número de cabezas. Y esto también está respaldado por la ciencia. Hay infinitos universos y cada universo tiene su propio Brahmā, Vishnu y Shiva. La personalidad del Señor Vishnu y del Señor Shiva sigue siendo la misma, pero diferentes almas toman el manto del Señor Brahmā.
Otro relato interesante que hace referencia al multiverso, es aquel narrado en el Bhagavad-gītā, cuando Krishna le revela a su discípulo Arjuna su forma cósmica y universal.
Durante los eventos del Bhagavad-gītā, Arjuna se da cuenta de que su maestro y amigo no era un ser humano común y corriente, sino que era la mismísima personalidad encarnada de Dios. En consiguiente, Arjuna le pide a Krishna que le revele su forma celestial:
"Oh Señor Supremo, Tú eres precisamente lo que declaras ser. Ahora deseo ver tu divina forma cósmica, oh la más grande de las personas. Oh Señor de todos los poderes místicos, si crees que soy lo suficientemente fuerte para contemplarlo, entonces amablemente revélame esa forma cósmica imperecedera".
"El Señor Supremo dijo: He aquí, oh Arjuna, Mis cientos y miles de maravillosas formas de diversas formas, tamaños y colores. He aquí en mí, oh descendiente de los Bharatas, los doce hijos de Aditi, los ocho vasus , los once rudras , los gemelos Ashwini Kumars, así como los cuarenta y nueve maruts y muchas otras maravillas nunca antes reveladas. Mira ahora, Arjuna, el universo entero, con todo lo que se mueve y lo que no se mueve, ensamblado en Mi forma universal. Cualquier otra cosa que desee ver, obsérvelo todo dentro de esta forma universal. Pero no puedes ver Mi forma cósmica con estos ojos físicos tuyos. Por lo tanto, te concedo la visión divina. ¡Contempla Mi majestuosa opulencia!".
"En esa forma cósmica, Arjuna vio rostros y ojos ilimitados, decorados con muchos adornos celestiales y empuñando muchos tipos de armas divinas. Él observó muchas guirnaldas en Su cuerpo y fue ungido con muchas fragancias celestiales de olor dulce. Se reveló como el Señor maravilloso e infinito cuyo rostro está en todas partes. Si mil soles resplandecieran juntos en el cielo, no igualarían el esplendor de esa gran forma. Allí Arjuna pudo ver la totalidad del universo entero establecido en un solo lugar, en ese cuerpo del Dios de los Dioses. Entonces, Arjuna, lleno de asombro y con los cabellos de punta, inclinó la cabeza ante el Señor y se dirigió a Él, con las manos juntas. Arjuna dijo: Oh Señor Krishna, contemplo dentro de Tu cuerpo a todos los Dioses y huestes de diferentes seres. Veo a Brahmā sentado sobre la flor de loto; Veo a Shiva, a todos los sabios y a las serpientes celestiales. Veo Tu forma infinita en todas direcciones, con innumerables brazos, estómagos, caras y ojos. Oh Señor del universo, cuya forma es el universo mismo, no veo en Ti ningún principio, intermedio o fin. Veo Tu forma, adornada con una corona y armada con el garrote y el disco, brillando en todas partes como la morada del esplendor. Es difícil contemplarte en el fuego resplandeciente de Tu refulgencia, que irradia como el sol en todas direcciones. Te reconozco como el supremo ser imperecedero, la Verdad Última a ser conocida por las escrituras. Eres el sostén de toda la creación; Eres el eterno protector de Sanātana Dharma (hinduismo); y Tú eres la eterna Suprema Personalidad Divina. No tienes principio, medio ni fin; Tu poder no tiene límites. Tus brazos son infinitos; el sol y la luna son como tus ojos, y el fuego es como tu boca. Te veo calentando toda la creación con Tu resplandor. El espacio entre el cielo y la tierra y todas las direcciones está impregnado solo por Ti. Al ver Tu forma maravillosa y terrible, veo los tres mundos temblando de miedo, oh, el más grande de todos los seres. Todos los Dioses celestiales se refugian en Ti entrando en Ti. Con asombro, algunos te alaban con las manos juntas. Los grandes sabios y los seres perfeccionados Te ensalzan con himnos auspiciosos y oraciones profusas. Los rudras, adityas, vasus, sadhyas, vishvadevas, Ashwini Kumars, maruts, ancestros, gandharvas, yakshas, asuras y siddhas te contemplan maravillados. Oh poderoso Señor, en veneración de Tu magnífica forma con sus muchas bocas, ojos, brazos, muslos, piernas, estómagos y dientes aterradores, todos los mundos están aterrorizados, y yo también. Oh Señor Vishnu, al ver Tu forma tocando el cielo, refulgente en muchos colores, con la boca abierta de par en par y enormes ojos resplandecientes, mi corazón tiembla de miedo. He perdido todo valor y paz mental. Habiendo visto Tus muchas bocas con Tus terribles dientes, semejantes al fuego furioso en el momento de la aniquilación, olvido dónde estoy y no sé adónde ir. Oh Señor de señores, Tú eres el refugio del universo; por favor, ten piedad de mí".
"Veo a todos los hijos de Dhritarashtra, junto con sus reyes aliados, incluidos Bheeshma, Dronacharya, Karna, y también a los generales de nuestro lado, lanzándose precipitadamente a Tus temibles bocas. Veo a algunos con la cabeza aplastada entre Tus terribles dientes. Como muchas olas de los ríos que fluyen rápidamente hacia el océano, así son todos estos grandes guerreros entrando en Tus bocas llameantes. Como las polillas se lanzan con gran velocidad al fuego para perecer; así todos estos ejércitos entran con gran velocidad en Tus bocas. Con Tus lenguas de fuego estás lamiendo las huestes de seres vivientes por todos lados y devorándolos con Tus bocas ardientes. Oh Vishnu, estás quemando el universo entero con los rayos feroces y omnipresentes de Tu refulgencia".
"Cuando Krishna abrió la boca por orden de madre Yaśodā, ella vio dentro de Su boca todas las entidades móviles e inmóviles, el espacio exterior y todas las direcciones, junto con montañas, islas, océanos, la superficie de la tierra, el viento que sopla, el fuego, la luna y las estrellas. Ella vio los sistemas planetarios, el agua, la luz, el aire, el cielo y la creación por transformación de ahaṅkāra. También vio los sentidos, la mente, la percepción de los sentidos y las tres cualidades, bondad, pasión e ignorancia. Vio el tiempo asignado a las entidades vivientes, vio el instinto natural y las reacciones del karma, y vio deseos y diferentes variedades de cuerpos, móviles e inmóviles. Al ver todos estos aspectos de la manifestación cósmica, junto con ella misma y Vṛndāvana-dhāma, se volvió dudosa y temerosa de la naturaleza de su hijo".
"Habiendo hablado así, el gran sabio Nārada ascendió al espacio sideral junto con su vīṇā (instrumento de cuerda)"
"Shounaka tenía una duda. ¿Cómo escuchó Nārada y cómo participó del consejo de Sanaka Munis de siete días cuando él (Narada) deambula constantemente por el universo sin pasar tiempo en un solo lugar?"
Por otro lado, los textos también nos hablan sobre la existencia de muchos planetas espirituales.
Cuando se dice que un planeta es espiritual, quiere decir que radica en un plano completamente diferente al nuestro. No es posible verlo con nuestros sentidos terrenales, ni tampoco visitarlos como si se tratase de un planeta físico. En un lenguaje simple, se afirma que dichos planetas pueden clasificarse en dos categorías: cielo e infierno.
Los textos sagrados del hinduismo, nos enseñan que después de la muerte física, nuestra alma emprende un largo viaje a otros planos de existencia, los cuales se encuentran ubicados justo entre la muerte y la reencarnación, por lo tanto, son intermedios. En términos simples, podríamos definir a estos planos como "cielo" e "infierno", dependiendo del caso. Y si bien existe una gran diferencia entre estos conceptos con el de otras religiones, lo cierto es que el "castigo" o la "recompensa" que obtenemos por nuestros actos (Karma) comienza a dar sus frutos.
Según la cosmología hindú, nuestra alma nace en diferentes mundos basados en la Ley del Karma. Las acciones que haces desde el momento en que naces en cualquier mundo, hasta el momento en que mueres, acondicionará a tu alma con cierta información, experiencia, aprendizajes, y evoluciona en base a eso, vibrando en una frecuencia determinada. La frecuencia de tu alma coincidirá con uno de los planetas en donde nacerás.
En el Bhagavad-gītā 14.18 se lee:
"Aquellos que están situados en la modalidad de la bondad ascienden gradualmente a los planetas superiores; aquellos que están en la modalidad de la pasión viven en los planetas terrenales; y aquellos que están en la abominable modalidad de la ignorancia caen a los mundos infernales".
El Bhagavad-gītā habla sobre los muchos Dioses y sus respectivos planetas espirituales en donde moran. Algunos son planetas de recompensa y otros de castigo, y se entiende que hay entidades vivientes en todos y cada uno de ellos. En pocas palabras, si las personas fueron buenas y acumularon un karma positivo, podrán acceder a un plano totalmente gratificante y hermoso, en el cual disfrutarán de dicha, paz y bienaventuranza, una especie de "cielo" o "paraíso" en donde serán recompensados por sus buenas acciones. Entre ellos destaca "Satya-loka", "Svar-loka", "Tapa-loka" y "Swananda-loka".
Por otro lado, aquellas personas que en vida fueron malvadas, crueles, impuras y pecadoras, serán castigadas y torturadas en los planetas infernales, por ejemplo, en el "Naraka-loka", "Patala-loka" o "Yama-loka".
Nótese que todos estos mundos llevan la palabra "loka" en sus nombres, puesto que "loka" precisamente significa "planeta" en sánscrito.
Todos estos planetas, sean de recompensa o castigo, se subdividen a su vez en muchas otras regiones y planos, algunos diseñados específicamente para cada tipo de pecado o recompensa.
La estancia en los planetas celestiales e infernales son únicamente de carácter temporal, NO SON ETERNOS. El tiempo que un alma pasará en cada planeta dependerá exclusivamente de su karma; algunos tendrán estancias más cortas o más largas que otros, y, una vez que el karma se consuma totalmente, sea positivo o negativo, el alma volverá a reencarnar (esto es lo que se conoce como "saṃsāra": ciclo eterno de nacimiento, muerte y reencarnación). La única forma que tenemos para desprendernos del saṃsāra, es alcanzando mokṣa, que precisamente significa "liberación", en sánscrito. Las personas que alcancen este estado no volverán a reencarnar ni a sufrir jamás.
El Señor Krishna dice en el Bhagavad-gītā que aquellos que logren moksha vivirán eternamente en su morada, "Vaikhunta", también llamada "Vishnu-loka", y jamás volverán a anclarse al ciclo kármico ni samsárico. Por ello, se dice que Vaikhunta es el planeta más elevado y supremo de todos:
“Todos los planetas del mundo material, ya sean los más elevados o los más bajos, son lugares de miseria en los que se producen repetidos ciclos de nacimiento y muerte. Pero quien llega a Mi morada, Vaikuṇṭha, ¡oh, hijo de Kunti, nunca vuelve a nacer! ”.
Y añade:
"Aquellos que adoran a los semidioses, nacerán entre los semidioses; aquellos que adoran a los antepasados, irán donde los antepasados; aquellos que adoran a los fantasmas y espíritus, nacerán entre esos seres; y aquellos que Me adoran a Mí, vivirán conmigo".
Si uno tiene algún deseo de ir a la Luna, al Sol o a cualquier otro planeta o plano existencial, puede lograr ir al destino deseado si sigue los principios védicos específicos que se recomiendan para ese fin, tales como el proceso técnicamente conocido como darśa-paurṇamāsī. Dichos principios se describen vívidamente en la porción de los Vedas que trata de las actividades fruitivas, y en la que se recomienda una adoración específica de los semidioses que están situados en diferentes planetas celestiales. De igual modo, uno puede llegar a los planetas Pitā si realiza un yajña específico. Y, así mismo, uno puede ir a muchos planetas de fantasmas, y volverse un yakṣa, rakṣa o piśāca (demonios). La adoración de estas entidades regresivas se conoce como «artes negras» o «magia negra». Hay muchos hombres que practican ese arte negro, y ellos creen que es espiritualismo; pero esas actividades son totalmente materialistas. Mientras que los puros y nobles de corazón, ya con todo el mal karma despojado, llegan a Vaikuṇṭha.
Vaikuṇṭha se compone por muchos tipos de planetas, los cuales se ubican a 26.200.000 yojanas (337.318.502 kilómetros) sobre Satya-loka.
Por lo tanto, estas enseñanzas nos dicen que no solamente existe vida en los planetas físicos pertenecientes a los universos materiales, sino que también en diferentes tipos de planos.
Incluso, en el capítulo 15 del Bhāgavata Purāṇa, se narra que los habitantes de Vaikhunta utilizan avanzados aeroplanos para desplazarse:
"Los habitantes de Vaikuṇṭha viajan en sus aeroplanos hechos de lapislázuli, esmeralda y oro. Aunque abarrotados por sus consortes, que tienen grandes caderas y hermosos rostros sonrientes, no pueden ser estimulados a la pasión por su alegría y hermosos encantos".
Esto es evidencia de que los rishis pudieron tener visiones sobre estos maravillosos planos, siendo esta una de las descripciones más antiguas sobre artefactos voladores. Algunos pueden pensar que se trata de alienígenas ancestrales, como se dice en un famoso programa de televisión, pero la verdad de las cosas es que es algo mucho más complejo que eso.
El resto del pasaje habla sobre el desinterés sexual en Vaikuṇṭha. Los residentes de Vaikuṇṭha tienen un mejor estándar de placer, por lo que no hay necesidad de placer sexual. Las personas están tan absortos en la conciencia de Krishna, que los hermosos cuerpos del sexo opuesto no resultan atraíbles ni tentadores. En otras palabras, hay disfrute de la asociación del sexo opuesto, pero no hay relación sexual. Tal es el nivel de vida en Vaikuṇṭha, que sus residentes no tienen necesidad de placer sexual.
[Nota: la imagen anterior la puede ver con su calidad original haciendo click AQUI].
También se narra la existencia de un plano de fantasmas y espíritus errantes llamados "bhoots", quienes no accedieron a ningún plano intermedio, ya sea por muertes violentas y repentinas, suicidios, negación a morir, fuertes apegos terrenales, o simplemente por asuntos no resueltos en sus vidas con los que están obsesionados, entre otros motivos. En el Gita también se dice que los adoradores de fantasmas y espíritus llegarán a estos planos. Por lo general, se cree que los bhoots se encuentran perturbados e inquietos debido a estos factores, lo cual les impide poder seguir evolucionando y reencarnar. Se dice que a veces "poseen" a las personas en su afán de volver a nuestro plano o de desquitarse con los vivos producto de su condición. Existen antiguos rituales de exorcismo en el Āyurveda y otros textos para curar casos de posesión de fantasmas.
En los yugas anteriores hubo interacciones entre las entidades vivientes de la tierra y los habitantes de un plano diferente. Sin embargo, debido a la conciencia degradada y la imperfección creciente en los yugas sucesivos, tales posibilidades son actualmente muy raras. La única razón por la que no logramos comprender la existencia de vida en otras partes del cosmos, es porque dependemos demasiado de nuestros sentidos imperfectos y creaciones materiales. Por lo tanto, debemos obtener conocimiento de las Escrituras para poder tener acceso a todo aquello que nuestros sentidos físicos actualmente no captan.
En los libros sagrados también se habla de la existencia de criaturas y seres infernales como "rakshasas", "asuras", "danavás" y "pisachas", que podrían traducirse a nuestro idioma como "demonios". Estas criaturas de naturaleza perversa y malvada abundan en otros planos de existencia, morando también en los planetas infernales. E incluso, suelen manifestarse entre nosotros para alimentarse de nuestra energía, causas tragedias, atormentar a los vivos y alejarlos del Dharma.
“La teoría habitual de la inflación eterna predice que globalmente nuestro universo es como un fractal infinito, con un mosaico de diferentes universos de bolsillo, separados por un océano inflado. Las leyes locales de la física y la química pueden diferir de un universo de bolsillo a otro, que juntos formarían un multiverso".
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