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lunes, 28 de junio de 2021

La reencarnación y la sobrepoblación del mundo; refutación

La reencarnación es una de las creencias y principios filosóficos más importantes del Hinduismo, constituyendo una de sus principales bases espirituales y metafísicas. 

Esta creencia nació en la India hace aproximadamente 5.000 años atrás, bajo el nombre original de "Punarjanma" (पुनर्जन्म), que significa literalmente "volver a nacer", en sánscrito. Con el pasar del tiempo, esta creencia fue extendiéndose a lo largo de diversas religiones, filosofías y disciplinas, transformándose no solo en un pilar del hinduismo, sino que también del budismo, sijismo, jainismo, gnosticismo, taoismo, y muchas más.

El concepto de reencarnación se basa en la noción lógica de que la vida en la tierra no surgió repentinamente, sino que evolucionó de forma gradual, involucrando grandes épocas de tiempo y una vasta multitud de seres. Durante este proceso, la conciencia estática e inerte de la materia cedió su lugar al movimiento dinámico y evolutivo del ser, provocando que cada criatura viva disponga de un vehículo espiritual interior; el alma. El alma no muere, es eterna, a diferencia del cuerpo físico que perece con el paso del tiempo. Para nosotros, la reencarnación es un hecho científico y comprobable, al cual están sujetos todos los seres vivos que conforman los diferentes planos y realidades.

Sin embargo, muchas personas, ignorantemente, suelen criticar este pensamiento, argumentando que la reencarnación no puede ser posible debido al constante crecimiento de la población,  alegando que hace milenios atrás no existía la cantidad de gente que hay ahora en el mundo, por lo tanto; asumen que la reencarnación se invalida.

En esta publicación desmentiré esta falsa acusación, puesto que generalmente, la realizan personas que no tienen conocimiento en las sagradas escrituras indias.


Breve introducción a la Reencarnación

Primero que todo, me parece pertinente adjuntar el siguiente link, en donde usted podrá acceder a las 10 principales creencias del hinduismo, para así poder tener una mejor concepción de lo que vamos a tratar el día de hoy, puesto que la reencarnación prácticamente sirve como base para cada una de las creencias hindúes, y es muy importante entender todo el trasfondo que engloba (por lo menos leer el punto 1, 2, 3 y 4):




En palabras simples, el hinduismo enseña que la vida física es una especie de ilusión, o más bien; una especie de velo que nos impide conocer nuestra verdadera esencia, además de alejarnos de la fuente divina de la que todos provenimos. Sumado a ello, la vida física lamentablemente se compone por un mar de dolor, caos y sufrimiento, en donde cada criatura viva, sin excepción, se encuentra sujeta a un ciclo infinito de nacimientos, enfermedad, vejez y muerte. 


Esto se conoce como "Saṃsāra", palabra que se traduce del sánscrito como "flujo", "transmigración", o "errante", haciendo referencia a los infinitos viajes post-mortem del alma tras cada muerte física. 

En consiguiente, el hindú tendrá como objetivo romper las cadenas del Saṃsāra, para así poder liberarse de la reencarnación y de los eternos renacimientos del alma, que siempre estarán acompañados de dolor y sufrimiento. 

El acto de trascender la reencarnación y la vida física se conoce como "Mokṣa", que significa "liberación" en sánscrito, y cuando una persona alcanza dicho estado; disfrutará eternamente de paz y armonía,  y no volverá a reencarnar jamás, puesto vivirá en los Reinos Superiores a la diestra de Dios.


Pero aquí hay que tener en consideración un punto muy importante; la reencarnación en sí, no es maligna ni perjudicial, al contrario; es una oportunidad que se nos entrega para poder perfeccionarnos, limpiarnos, y adecuar nuestra alma (que funciona como un vehículo divino) para que pueda acceder a reinos de conciencia superior, como; Vaikuṇṭha, en donde solo existe paz, felicidad y armonía eterna. Estos lugares son tan puros y elevados, que no cualquier alma puede acceder a ella, entonces; ¿por qué las almas reencarnan? Porque necesitan perfeccionarse, desarrollarse, y evolucionar espiritualmente, ya que no podemos entrar al Reino Celestial si nuestra alma se encuentra impregnada de corrupción, contaminación, y mal Karma. Sin embargo, el hinduismo no acepta la premisa de que los seres humanos puedan superar todas sus imperfecciones en una sola vida, ni mucho menos volver a sintonizar con su Creador como almas liberadas. Esto recién ocurre después de que un alma ha pasado por innumerables nacimientos y muertes. Ahora pongamos un caso contrario; si un ser humano jamás intenta corregirse ni mejorar, aferrándose por siempre a la vida física y a sus falsos placeres, ignorando su naturaleza divina y su verdadera procedencia, entonces; ese individuo estará anclado a un ciclo de renacimiento eterno, lo cual es negativo ya que en el fondo la vida física es un mar de dolor, y la única forma de hallar consuelo y paz eterna es volviendo a la fuente divina, el Reino Celestial.

Para más información visite:



En el Bhagavad-Gītā, uno de los libros sagrados más importantes del hinduismo, el Señor Krishna dice lo siguiente:

“Todos los planetas del mundo material, ya sean los más elevados o los más bajos, son lugares de miseria en los que se producen repetidos ciclos de nacimiento y muerte. Pero quien llega a Mi morada Vaikuṇṭha, ¡oh, hijo de Kunti, nunca vuelve a nacer! ”.

De igual modo, el Señor Ganesha nos dice en su Purana:

"El hombre que se deleita en sí mismo, y que está apegado a sí mismo, no alcanzará la dicha ni la felicidad indestructible, porque no hay felicidad en los sentidos que nos rodean. Los goces que surgen como resultado de los sentidos son las causas del dolor, y están conectados con el nacimiento y la destrucción eterna"

Por lo tanto, tenemos que entender que un alma se reencarna una y otra vez hasta que se vuelve perfecta, y durante el proceso conocerá diversos cuerpos y formas, como dice el Bhagavad-Gītā

"Así como un hombre descarta la ropa gastada y se pone ropa nueva, el alma descarta los cuerpos gastados y se adhiere a otros nuevos". 



La reencarnación vs la sobrepoblación

Ahora pasaremos a lo que nos convoca, y para ello, iré refutando esta crítica por medio de diversos puntos argumentativos:


1) Primera encarnación en el plano físicoEste punto es el más básico y sencillo de todos: en el planeta existen muchas almas primerizas que jamás han reencarnado antes. Por lo tanto, un porcentaje de la población se encuentra naciendo y viviendo la vida física por primera vez, sin provenir de ninguna era pasada. Un alma joven o primeriza está aprendiendo a llevarse bien en la Tierra y está comenzando su evolución para volver a la conciencia de Dios, sin embargo, no es sofisticada en su acercamiento al mundo espiritual, perdiéndose fácilmente y confundiéndose sobre el bien y el mal, incluso, a veces parecieran carecer de una brújula moral (es por ello que se requiere de muchas vidas para alcanzar Mokṣa).


2) Los animales también reencarnanLas entidades vivientes nunca son aniquiladas, simplemente transmigran de una forma de vida a otra, sin importar cuál sea. Esto quiere decir que todos los seres vivientes, sean del reino animal, vegetal, fungi, etc; pueden reencarnar en seres humanos, y viceversa.

La elección entre un cuerpo y otro dependerá exclusivamente del grado de conciencia desarrollada por un ser en cada vida. Uno experimenta diferentes grados de conciencia en diferentes formas. La conciencia de un perro es diferente a la de un hombre. Incluso dentro de una especie, encontramos que la conciencia de una persona es completamente diferente a la de otra, y así sucesivamente. Cuando vemos diferentes estados de conciencia, podemos dar por sentado que los cuerpos son diferentes. Nuevamente cito al Bhagavad-Gītā:

"La conciencia de uno en el momento de la muerte, determina el tipo de cuerpo de uno en la próxima vida". 

Aunque el alma está presente en todas las especies, su potencial se exhibe en diferentes grados. En los animales acuáticos y en las plantas, la conciencia está prácticamente dormida, mientras que en los humanos está más despierta.

Esta progresión de la conciencia se manifiesta a través de seis amplias clases de vida, a saber: 

(1) acuáticos
(2) plantas
(3) reptiles e insectos
(4) aves
(5) animales mamíferos
(6) humanos. 

Por ende, al momento de fallecer, una persona no tiene por qué reencarnar precisamente en el cuerpo de otro ser humano, todo dependerá de su nivel de conciencia. Uno obtiene el cuerpo que se adapta mejor a nuestra comprensión de la vida y sus respectivas lecciones. Cualquiera puede reencarnarse como un ser humano, un animal o incluso una planta, independientemente de sus creencias individuales o colectivas, ya sean hindúes, budistas, cristianos, musulmanes, ateos, o cualquier otro pensamiento, la reencarnación es un hecho para todos. Y de la misma forma, un animal puede reencarnar en un ser humano. 

En sus comentarios al Bhagavad-gītā, Bhaktivedanta Swami Prabhupada nos dice más de lo mismo: 

"En cambio, para aquellos que actúan en los planos de las modalidades de la pasión y la ignorancia, no hay ninguna posibilidad de liberarse. Ellos tendrán que, o bien permanecer en este mundo material como seres humanos, o bien descender a las especies de animales o a formas de vida aún inferiores".

Y aquí radica otro importante aspecto: si un humano asesina a un animal, independientemente de su especie o el motivo, entonces, ese animal se reencarnará inmediatamente en un ser humano, y lo peor, es que conservará sus rasgos salvajes y primitivos al no haber alcanzado un mayor grado de conciencia. Esto es sumamente peligroso, ya que la reencarnación de un animal en una persona, contribuirá a la violencia y al caos de nuestra sociedad; ¿por qué? Porque nacerán como hombres violentos, salvajes e iracundos. 

Las sagradas escrituras nos dicen que la matanza de animales promueve inmediatamente al nacimiento humano. Hoy en día, nuestro planeta Tierra no solo está sufriendo los terribles efectos de una sobrepoblación desmedida, sino que también está atravesando una era en donde la moral y la ética se ha desvirtuado, corrompido y degenerado por completo. Parte de esto, se debe a que el ser humano lleva siglos asesinando a los animales inescrupulosamente para diversos propósitos. Y esto no solo aplica para animales de consumo como ganado o peces, sino que también a insectos y toda clase de criatura viva.

"Aquellas personas que ignoran los principios religiosos reales, pero que se consideran completamente piadosas, y sin escrúpulos cometen violencia contra animales inocentes que confían plenamente en ellos. En sus próximas vidas, esas personas pecadoras serán devoradas por las mismas criaturas que han matado en este mundo".
Śrīmad-Bhāgavatam 11.5.14

"El gran santo Nārada dijo: 'Oh, gobernante de los ciudadanos, mi querido rey, por favor mira en el cielo a estos animales que has sacrificado sin compasión y sin misericordia en la arena de los sacrificios. Todos estos animales esperan tu muerte para vengar las heridas que les has infligido. Después de tu muerte, te perforarán el cuerpo con furia como con cuernos de hierro".
Śrīmad-Bhāgavatam 4.25.7-8


En la literatura védica se establece claramente que las personas que matan animales inocentes sin duda serán asesinados en la próxima vida mediante un proceso similar, y que los animales reencarnarán como seres humanos primitivos. 

Aunque los animales son tratados muy bien en la religión hindú, e incluso, muchos de ellos son sagrados y santos, la reencarnación de humanos en animales se considera inferior, o incluso se ve como un retroceso o especie de castigo, destinada para aquellos que en vida carecieron de cualidades espirituales y éticas, como el conocimiento, la autoconciencia, el habla, la inteligencia y la devoción. El budismo afirma lo mismo: la reencarnación de un hombre en un animal es un castigo o un retroceso para su trascendencia espiritual (tiryak).


3) El hinduismo enseña la existencia de planetas, dimensiones y universos infinitos, en los cuales también existe vida y reencarnación: El hinduismo siempre ha enseñado el concepto de multiversos y múltiples dimensiones, los cuales se extienden a lo largo de un vasto océano cósmico de billones y cuatrillones de sistemas planetarios. En consiguiente, esta religión siempre ha establecido y propagado la idea de que existen millones de universos, dimensiones, y planetas con vida, siendo la Tierra un granito de arena en una playa gigante. Según los Vedas, la vida se distribuye por todo el universo, por lo tanto, nuestra alma puede reencarnar o provenir de diferentes mundos. Esto es posible debido a que todos los sistemas planetarios se encuentran regidos por una misma ley: el Karma. Todas las acciones que hicimos en vida, sean positivas o negativas; repercutirán indiscutidamente en nuestra próxima encarnación. Es como si nuestra alma llevase experiencia, aprendizajes e información de nuestra última vida, e irá evolucionando en base a ello, vibrando a una cierta frecuencia. La frecuencia de tu alma coincidirá con uno de los reinos en donde nacerás (al igual que su correspondiente cuerpo). Cada planeta existe para albergar vida de algún tipo en un escenario u otro, generalmente dividiéndose en dos categorías: planetas físicos y planetas espirituales. 

Los planetas físicos son idénticos al nuestro; regidos por las leyes físicas del universo 3D, siendo la realidad visible del espacio, el tiempo, la energía, la materia y la muerte. Aquí viven civilizaciones como la nuestra; seres de carne y hueso que se rigen por las leyes de la reencarnación y el Karma. En los planetas físicos las personas se ven enfrentadas a las mismas adversidades y dificultades que nosotros, debiendo desarrollarse espiritualmente para poder alcanzar la liberación. El hinduismo nos dice que hay millones de billones de universos, y cada uno de esos universos tiene, nuevamente, miles y millones de galaxias y planetas con vida. Por lo tanto, las personas pueden reencarnar intercaladamente en cada uno de estos planetas. Ahora, también es cierto que cada planeta puede tener mejores o peores condiciones que otro.

Por su parte, los planetas espirituales son completamente diferentes al nuestro o a cualquier otro planeta físico, ya que se encuentran en un plano sutil de existencia que trasciende las limitaciones del espacio-tiempo. La vida, al ser espiritual, no depende de una determinada mezcla de sustancias químicas ni leyes físicas, pudiendo existir dentro de formas sutiles e imperceptibles para el ojo humano. Un planeta espiritual se compara con aquellos lugares a los que accedemos mediante la meditación, los viajes atrales, los sueños lúcidos, los trances, los registros akáshicos, entre otros, ya que allí no utilizamos nuestro cuerpo físico para desplazarnos, sino que el espiritual; el alma. 

Existen diversos planetas espirituales, y al igual que los físicos; algunos tendrán mejores o peores condiciones que otro, además, generalmente son gobernados por un Dios en particular y su correspondiente polarización energética, por ejemplo, el Señor Brahmā vive y rige "Satya-loka", un planeta de felicidad y bienaventuranza, el Señor Indra vive y rige "Svar-loka", el Señor Ganesha en "Swananda-loka", y así sucesivamente. 

Pero también existen planetas espirituales de castigo y tormento, como el "Naraka"; que podría ser comparado con el infierno cristiano o islámico, puesto que es un sitio de caos, sufrimiento, martirio, tortura y angustia, al cual llegan las personas malvadas que acumularon grandes cantidades de karma negativo.

Si desea leer más información al respecto, visite mi siguiente artículo:


Pero atención: la estadía de las almas en los planetas espirituales son momentáneas y temporales, no eternas. Por ejemplo, en Satya-loka descansan y gozan las almas que fueron rectas, puras y bondadosas, pero que aún no están del todo listas para alcanzar Mokṣa. En consiguiente, estás almas estarán en Satya-loka según lo permitido por su Karma, y luego volverán a reencarnar físicamente. El tiempo que un alma pasará en cada planeta espiritual dependerá exclusivamente del Karma de cada individuo, algunos tendrán estancias más cortas o largas que otros. Lo mismo aplica para los planetas de castigo; son temporales, una persona podrá librarse de ellos tras haber consumido su mal karma. Por su parte, el planeta espiritual más elevado, perfecto y dichoso de todos, es, como mencioné anteriormente: "Vaikuṇṭha", la morada de Vishnu. Vaikuṇṭha es el paraíso eterno en donde los hombres jamás vuelven a reencarnar. A este último solo acceden las almas más puras y desarrolladas; aquellas que lograron romper las cadenas del Saṃsāra a través de Mokṣa. 

En el Bhagavad-Gītā leemos:

"Habiendo probado los placeres celestiales y habiendo agotado el suministro de karma piadoso [o negativo], regresan nuevamente a la tierra mortal".

El mismo Platón, quien estaba influenciado por los pensamientos hindúes, y que además fue un maestro ascendido que predicó el espiritualismo en Occidente, logrando cimentar las bases para la religión griega, como el orfismo, gnosticismo y pitagorismo (que curiosamente también fueron religiones que predicaron la reencarnación), mencionó que el número de almas es igual al número de cuerpos celestes en el universo, y que cada alma tiene asignada una estrella. Hoy en día sabemos que hay más de 200 millones de estrellas solo en esta galaxia, y se estima que existen nada más ni nada menos que 300.000.000.000.000.000.000.000 (300 trillones) de estrellas en el universo, y que por lo tanto, ha de existir el mismo número de personas o almas a lo largo de todo el cosmos. Este también es un indicio de que tanto Platón como los sabios indios estaban en la misma sintonía, pregonando un mensaje casi idéntico. 

En conclusión, las almas pueden reencarnar en millones de planetas y dimensiones diferentes, así como provenir de cualquiera de ellos. Todo dependerá del grado de conciencia alcanzado. 


4) El universo se ha creado y destruido a lo largo de millones de años, siendo mucho más antiguo de lo que creemos: Este punto es un poco más complejo y extenso de comprender, y también, va de la mano con el punto número 3, el cual se entenderá mejor con esta explicación.
 
La ciencia moderna nos dice que la humanidad ha estado circulando por este mundo durante más de 300.000 años, un lapso estratosférico en donde muchas almas han tenido oportunidad de reencarnar. Pero pasa lo siguiente: el hinduismo nos dice que la humanidad se remonta no solo desde hace 300.000 años, sino que más bien; desde hace miles de millones de años, postulando rigurosamente que el tiempo es cíclico, y no lineal. Esto quiere decir que el universo está destinado a cursar un vaivén infinito de ciclos cada "X" cantidad de tiempo, en los cuales habrá nacimiento - desarrollo - destrucción. Los sabios indios lograron calcular matemáticamente la duración de estos ciclos, definiendo que se encuentran compuestos por un total de 4.320.000 años, los cuales se denominan "Mahā Yuga", que significa "Gran Ciclo". A su vez, el Mahā Yuga se divide en 4 diferentes etapas o eras, que cronológicamente son:

  1. Satya Yuga ( सत्य युग, que dura 1.728.000 años)
  2. Treta Yuga (त्रेता युग, que dura 1.296.000 años)
  3. Dvapara Yuga (द्वापर युग, que dura 864.000 años)
  4. Kali Yuga (कलि युग  ,que dura 432.000 años.)

Estos años no han sido tomados al azar ni mucho menos. Incluso, la comunidad científica aplaude al hinduismo por sus precisos cálculos matemáticos, puesto que fueron la única religión del mundo que entendió el funcionamiento del cosmos, logrando concluir que el universo fue formado millones de años atrás debido a una especie de "eclosión", tal como postula el Big Bang. Y esto se pone todavía más interesante cuando analizamos lo siguiente: el rol del Dios Vishnu y el rol del Dios Brahmā.

En la cosmología hindú, el Señor Vishnu fue el principal responsable de crear el universo, los planetas y las múltiples dimensiones que moran en distintos planos, así como el tiempo, el espacio, la materia, y todo lo que podemos ver y percibir. 

A continuación daré un resumen de ello: En un principio no existía absolutamente nada, a excepción de un microcosmos de aguas primigenias y amorfas, las cuales se encontraban dotadas de una energía infinita y eterna (Brahman; lo cual concuerda con lo que dice la ciencia actual, la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma). En un acto de auto-creación; el señor Vishnu emerge de este caos primigenio en su forma de "Mahā-Viṣhṇu"; un ser sin conciencia que se haya en profundo estado de trance y sueño, pero con un poder inconmensurable con el cual es capaz de expandir su mente para crear lo que quisiera. De pronto, Vishnu soñó con crear el universo, y de su ombligo brotó una flor de loto del cual emanó una energía llamada Púrusha, que los hinduistas consideran como el "alma" del Universo. El Púrusha concebió los primeros principios de la materia, llamados Prakriti, y la unión de ambos formó un  "huevo dorado" llamado Hiranyagarbha, en donde todo el potencial creativo (energía, tiempo, materia) estarían contenidos. En un momento dado, el huevo eclosiona, generando una explosión inmensa que terminó creando el universo material. A partir de aquel minuto, Mahā-Viṣhṇu crea los innumerables universos, y luego adopta diferentes formas para regirlos, como "Garbhodakashayi Vishnu", que entra en cada uno de ellos para supervisarlo, y "Kṣīrodakaśāyī-Viṣṇu"; que entra en cada átomo de cada universo, sentándose en nuestras almas como Paramātmā (y es por ello que "Vishnu" significa "Todo penetrante" o "El que todo impregna": porque está en todas partes). De este acontecimiento también se crea al primer ser vivo del Universo; Brahmā (no confundir con Brahman), quien heredó el poder creativo de Vishnu, siendo por lo tanto; el responsable de darle forma a todo el universo primitivo. Brahmā crea los sistemas solares, los planetas, las estrellas y todo lo que compone el universo. 

Los primeros principios de energía y materia; junto con la eclosión del huevo cósmico y el nacimiento de Brahmā, son idénticos al proceso científico del Big Bang, y si miramos la narración hindú bajo esa perspectiva, entonces, todo se torna lógico y científico. En la cosmología hindú, Vishnu representa la conciencia del universo en su forma no manifestada, que nace del caos primigenio (Mahā-Viṣhṇu). Luego, Vishnu engendra el Púrusha, que perfectamente podría equivaler al "período de recalentamiento" del Big Bang; aquella fase transitoria en la que el universo estaba comenzando a formar las primeras partículas y constituyentes del futuro universo. Luego, la eclosión del huevo equivale a lo que establece el bosón de Higgs con los inflatones; los responsables de producir la gran explosión. Los científicos afirman que la explosión del Big Bang se expandió hacia todas las direcciones, echando a andar el tiempo e impregnando a toda la materia. Ahora recordemos el nombre de Vishnu; "el que todo penetra o impregna".

Mahā-Viṣhṇu sigue dormido, pues es la fuente energética de la cual nace todo, siendo eterna e indestructible. Cuando Mahā-Viṣhṇu exhala en su profundo sueño; surgen miles de universos y nace un Brahmā en cada uno. Cuando Mahā-Viṣhṇu inhala, todos los universos son absorbidos y Brahmā muere. Entre cada exhalación e inhalación existen 100 años de diferencia, por lo tanto, podríamos decir que Brahmā vive durante un siglo, luego muere y vuelve a nacer, viviendo otros 100 años.

Pero el tiempo de los Dioses es completamente diferente al de los mortales. Profundizaré: Brahmā vive 100 años, cada año se compone por 360 ​​días, los cuales se dividen en 12 meses iguales de 30 días cada uno, y cada día tiene la misma cantidad de días y noches (la suma de ambos se conoce como "Kalpa"). Cada Kalpa tiene 14 manvantaras con 15 sandhyas (coyunturas parciales de devastación) que las separan. Cada manvantara tiene 71 mahā yugas  (chatur-yugas). Y como mencioné anteriormente, cada  mahā yuga  tiene cuatro yugas: Satya Yuga, Treta Yuga, Dvapara Yuga y Kali Yuga, cada una con una relación de duración de 4: 3: 2: 1.

Un día en la vida de Brahmā, equivale en tiempo terrenal a 2.000 Mahā Yugas, esto es: 8.640.000.000 años, y esta cantidad se denomina 1 Kalpa. Ahora, también se nos dice que Brahmā actualmente tiene 51 años, y sabemos que cada año está compuesto por 360 días. Por lo tanto  para saber la edad de actual Brahmā en tiempo terrenal, debemos multiplicar 1 Kalpa (8.640.000.000) por 360, lo que nos arroja un resultado final denominado "Año de Brahmā", que dura 3.110.400.000.000 años. Y esto lo multiplicamos por 50, la edad del Señor ([No se multiplica por 51 ya que todavía estamos cursando el 28º Mahā Yuga de Kali Yuga, que comenzó en la medianoche del 17-18 de febrero del año 3102 a.n.e., según el calendario juliano. Quedan por lo tanto 426.878 años para completar este 28º Kali Yuga y terminar el ciclo, y recién allí multiplicamos por 51], lo que nos da como resultado: 155.520.000.000.000 años terrestres

Por lo tanto, el hinduismo establece que los cosmos nacen, existen y finalmente se destruyen en este lapso de tiempo, en el cual han existido miles y millones de universos, civilizaciones, planetas y seres vivos. Quizá para algunos esto suene difícil de digerir, pero en el hinduismo nada se dejó al azar. Además, la transición entre cada yuga se ve acompañada por catástrofes y colapsos mundiales, como guerras, pobreza, hambruna, enfermedades, catástrofes medioambientales y climáticas, entre otras. Esto termina provocando extinciones masivas que incluso llegan a borrar civilizaciones enteras, obligando a que los pocos sobrevivientes tengan que empezar desde cero. Es por ello que no existen vestigios ni rastros de aquellas civilizaciones que vivieron hace 155.520.000.000.000 de años. Piensa lo siguiente; si para la arqueología moderna ya es difícil rastrear a las civilizaciones que vivieron hace apenas 10.000 años, desconcertándose con viejas ruinas y megaconstrucciones que parecen estar "adelantadas a su época", imagina lo complejo que sería remontarnos a cientos y miles de millones de años, y ojo, que esto no solo aplica para la Tierra sino que para todos los cuerpos celestes del Universo. Por ende, el hinduismo establece que una civilización nace en un determinado momento y planeta, se desarrolla, evoluciona, y se extingue en un punto dado, por ABC motivo. Los científicos modernos están de acuerdo en que nuestra humanidad podría extinguirse producto de diferentes factores, y no solamente humanos, si no que también a eventos naturales que están más allá de nuestro alcance, como por ejemplo, cuando el sol deje de existir para convertirse en una estrella gigante roja, la cual absorberá a los demás planetas del sistema (hecho que podría ocurrir dentro 100.000 millones de años). Si te preguntas por qué actualmente hay tantas personas en el mundo, recuerda que tienes ancestros que se remontan desde hace unos 155.520.000.000.000 de años. 


5) La Tierra es un mundo intermedioEste punto se basa en lo expuesto en el 3 y 4. Nuestro planeta Tierra es un mundo predilecto para que las almas de otros universos reencarnen, ya que está relativamente libre de la felicidad extrema o del sufrimiento extremo que se encuentra en otros planetas, lo que la hace "perfecta" para que los humanos se desarrollen en condiciones intermedias; escogiendo ser parte del mundo terrenal, o bien; escogiendo la trascendencia. 


----- O -----


El proceso de reencarnación funciona en un vasto campo de posibilidades casi ilimitadas. Después de la muerte, las almas pueden comenzar a construir un nuevo cuerpo en cualquiera de las millones de especies de vida y en cualquiera de los muchos planetas del universo, en función del nivel alcanzado por su conciencia. 

Estos argumentos refutan cualquier intento de invalidar la reencarnación.

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