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lunes, 1 de marzo de 2021

Lakṣmī (लक्ष्मी): Diosa de la prosperidad, el desarrollo interno y la buena fortuna


Lakṣmī es una de las Diosas Madres, y por ello se le conoce bajo el nombre de "Loka-Mātā", que significa "Madre del Mundo", en sánscrito. Ella representa el aspecto creativo y femenino de lo Divino; polarizando la prosperidad, el desarrollo espiritual y la riqueza interior. Ella es la gran dadora y benefactora; cualquiera que se acerque a Lakṣmī con sinceridad y sin codicia será bendecido con buena fortuna y éxito en lo que respecta a sus metas y objetivos.

En el Rig Veda, el texto hindú más antiguo y que data desde hace unos 4.000 años atrás, Lakṣmī es descrita como la "encarnación de la "Bienaventuranza Absoluta", la "personificación del cumplimiento de todos los deseos", aquella que es "magnánima", "adorada por todos los Dioses" y capaz de hacer "perecer las desgracias", razón por la que se le dio el título honorífico de "Shri-Lakṣmī".


Nota: esta publicación será reeditada y reposteada al sitio web HINDUISMO SAGRADOdel cual yo también soy dueño y administrador. 

Todas las cualidades positivas que puedas encontrar en el universo emanan de ella. Ella es la fuente de todas las formas de riqueza. A nivel físico, Lakṣmī es fuerza, riqueza material, salud, belleza y gracia. A nivel mental ella es paz, felicidad, actitud positiva y armonía interior. A nivel espiritual, Lakṣmī simboliza todos los poderes yóguicos o los siddhas; iluminación, desinterés, bondad, servicio desinteresado, Dharma. Ella es la Diosa que nutre la conciencia. 

En el "Lakṣmī Tantra", un texto sagrado que data del año 900, la Diosa dice sobre si misma:

“Soy inherente a la existencia. Yo soy el incitador, el potencial que toma forma. Me manifiesto. Me ocupo de la actividad y finalmente me disuelvo. Impregno a todas las creaciones con vitalidad, voluntad y conciencia. Como aceite que mantiene encendida una lámpara; lubrico los sentidos de los seres vivos con la savia de mi conciencia ”.

Lakṣmī es el poder divino que transforma los sueños en realidad. Ella es "Prakriti", la energía vital y primordial que compone todas las cosas existentes. Ella es naturaleza autosuficiente, y la expresión onírica de la divinidad que hace que la vida sea comprensible y, por lo tanto, digna de ser vivida. Ella también es "Shakti"; la energía femenina ilimitada y el principio activo de la creación, y que en el tantrismo se identifica con la "Kuṇḍalinī"; el cuerpo astral del ser humano que se divide en 7 puntos de concentración energética, los cuales se conectan por medio de Nāḍīs; canales etéreos por donde fluye la energía, que parten desde la base del plexo sacro hasta la glándula pineal y coronilla (veáse; Chakras). 

Lakṣmī tiene una larga historia de adoración, atestiguada por el hecho de que su primer himno, el "Shri Shukta", se agregó en el Rig Veda, la más antigua y venerada de las escrituras hindúes, escrita hace más 4.000 años atrás. En el texto podemos leer sus himnos e invocación, las cuales hacen hincapié en su rol como Diosa benefactora, la "encarnación de la Bienaventuranza Absoluta" y la "personificación del cumplimiento de todos los deseos";

"Invoca para mí, Oh Agni, a la Diosa Lakṣmī, que brilla como el oro, de color amarillo, con guirnaldas de oro y plata, que florece como la luna, y que es la encarnación de la riqueza. ¡Oh Agni! Invoca para mí a Lakṣmī, la infalible. Ella que bendice con riquezas, ganado, caballos y hombres. Invoco a Shri-Lakṣmī, que tiene una fila de carros y caballos delante de ella, y que le acompaña un trompeteo de elefantes, divinamente resplandecientes. Que la divina Lakṣmī me honre. Invoco a Shri-Lakṣmī, que es una encarnación de la Bienaventuranza Absoluta; que tiene una agradable sonrisa en su rostro; cuyo brillo es como el del oro bruñido; que está húmedo, por así decirlo, que resplandece con esplendor y que es la personificación del cumplimiento de todos los deseos; que satisface los deseos de sus devotos; que está sentada sobre el loto y que es hermosa como aquella flor. Para refugiarme en este mundo, recurro a Lakṣmī, que es hermosa como la luna, que brilla intensamente, que resplandece de renombre, que es adorada incluso por los Dioses, que es sumamente magnánima y grandiosa como el loto. Que perezcan mis desgracias. Me entrego a Ti. ¡Oh tú, resplandeciente como el sol! Por tu poder y gloria han crecido las plantas, como el árbol de bael. Que tus frutos destruyan a través de Tu Gracia todo lo desfavorable, tanto de los órganos internos como de la propia ignorancia, así como de los sentidos externos. Nos comunicamos con la Gran Diosa y meditamos en la Consorte de Vishnu. Que Lakṣmī nos dirija. Om. Que haya Paz, Paz, Paz".

Nota; el texto menciona al Señor "Agni", quien es el gran sumo sacerdote de los Dioses y principal heraldo divino, responsable de transmutar las ofrendas y de dirigir las invocaciones. Si desea leer más sobre Agni visite mi publicación:


Según los textos sagrados, Lakṣmī emergió como uno de los catorce tesoros del océano de leche (se le llama "Ksirabdhitanaya", que significa "hija del mar de leche"), cuando los Devas (Dioses) y asuras (demonios) lo espumaban con la ayuda de los kurma en busca de amrita (la bebida de la inmortalidad). Este relato continúa contando cómo, después de salir del agua, sentada en una flor de loto, eligió a Vishnu como su marido. El mundo entero se regocijó con ella por su nacimiento, por eso fue elogiada por los Rishis y Gandharvas. El océano le dio una corona de flores que nunca se marchitan. Incluso los grandes ríos de la India, como el Ganges, les piden que se bañen en ellos para bendecirlos.


Lakṣmī es la esposa del Señor Vishnu, y lo acompaña encarnando en nuestra dimensión cada vez que Vishnu desciende en forma de avatar, puesto que ella le prometió a su esposo que dondequiera que estuviera en los tres mundos, ella siempre estaría a su lado. Esotéricamente, esto refuerza los atributos y polarizaciones de ambos Dioses, sobretodo la dualidad femenino-masculino que compone el universo. 

Así como su esposo tiene muchos avatares cuando desciende a la Tierra, Lakṣmī también adopta diferentes formas:

  • Bhūma, esposa de Varāha
  • Malola-narasiṃha, esposa de Narasiṃha
  • Kīrti, esposa de Vāmana
  • Dharani, esposa de Parashurāma
  • Sītā, esposa de Rama
  • Rukmiṇī, esposa de Krishna

En el Vishnu Purana leemos sobre la pareja:

"Ella, la Madre del Universo, es la eterna compañera de Vishnu. Así como Él es omnipresente, Ella también lo es. Si él piensa, Ella habla; Él es comportamiento, Ella es moralidad; Él es entendimiento, Ella es intelecto; Él es Dharma, Ella es buenas obras. Él es creador, Ella es creación; Él es el partidario, Ella es la Tierra; Él es felicidad, Ella es satisfacción".


Si desea saber más sobre el Señor Vishnu, visite mi anterior publicación:


Lakṣmī y Puruṣārtha: Diosa Guía y Benefactora en el camino de la liberación

En el Hinduismo existe un principio denominado "Puruṣārtha" (पुरुषार्थ), el cual tiene que ver con la satisfacción de las necesidades físicas, emocionales y espirituales de una persona, con el objetivo de poder llevar una vida correcta y alcanzar la liberación tras la muerte. Precisamente, es la Diosa Lakṣmī la que vela y acompaña al devoto durante este ciclo, puesto que nos ofrece equilibrio y moderación, en especial las que tienen que ver con nuestra interacción en el mundo material, ya que Puruṣārtha se divide en dos categorías; lo terrenal y lo espiritual, y esto puede verse expresado en los cuatro brazos de la Diosa Lakṣmī, y en algunos otros elementos de su simbología, que a continuación explicaré. 

La existencia física y material de Lakṣmī se representan por medio de sus dos brazos delanteros, los cuales se extienden hacia abajo, mientras que los dos brazos de la parte posterior, que miran hacia arriba, representan su presencia en el mundo espiritual y divino. 

El aspecto terrenal se compone por:

  • Kama: "Kama" significa "Deseo" y "Anhelo", y generalmente connota erotismo, pasión, deseo sexual, y otros tipos de disfrute sensorial y/o físico. 

  • Artha: "Artha" significa "Medio de Vida", y se refiere a la búsqueda de una estabilidad económica y financiera, así como la satisfacción material que ello conlleva.

El Hinduismo entiende que tanto Kama como Artha son necesarios para la vida, puesto que nos permiten saciar las necesidades básicas de nuestro ser. Sin embargo, el problema es que el mundo material de Kama y Artha generan ilusión (Māyā); provocando que las personas terminen siendo totalmente absorbidas y dependientes del placer y el disfrute material, por lo que vivirán una mera ilusión en este mundo, alejados de la gracia divina. Un devoto puede disfrutar de Kama y Artha siempre y cuando no descuide los otros Puruṣārtha, y es aquí en donde la Diosa Lakṣmī juega un papel importante, puesto que ella brinda equilibrio y guía. Lakṣmī le recuerda al devoto sus funciones y deberes, y lo ayuda a regular internamente sus deseos e impulsos. Un devoto de la Diosa Lakṣmī podrá disfrutar del placer material sin dejarse absorber por ellos. Sus dos brazos delanteros nos ofrecen un mensaje importante; la mano inferior izquierda sostiene una jarra con monedas de oro, que representan dinero, apoyo financiero y las cosas que permiten a una persona ganarse la vida. Lakṣmī está derramando las bendiciones monetarias sobre sus devotos de corazón, y sobre quienes no han descuidado los otros Puruṣārtha. La Diosa permite que el hombre disfrute de los placeres terrenales con equilibrio y prudencia, es por eso que su mano inferior derecha está ejecutando el "Abhayamudrā", indicando que no debemos tener miedo ni pavor, ya que ella nos está protegiendo, manteniéndonos alejados de la Māyā o ilusión terrenal . Generalmente, en esta mano la Diosa tiene retratado el OM o la Esvástica, símbolos que potencian sus atributos protectores y benefactores.


El aspecto espiritual se compone por:

  • Dharma: "Dharma" tiene diferentes significados según el contexto, entre ellos; "ley universal", "ley eterna", "conducta piadosa" o "deber religioso", haciendo referencia a una inmensa colección de guías morales, filosóficas, metafísicas y religiosas que se plasman en los libros sagrados del hinduismo, los cuales fueron canalizados por los antiguos rishis (sabios videntes) y gurús (maestros espirituales) para poder ayudar al hombre en su camino de autodescubrimiento y el desarrollo espiritual. De hecho, "Hinduismo" en realidad se llama "Sanātana Dharma", que significa "Verdad eterna", "Camino verdadero", o en una traducción más específica; "Pautas para vivir la vida en Armonía", y son el principal pilar tanto del Hinduismo como del Budismo, Jainismo y otras corrientes. Las personas que viven de acuerdo con las normas del Dharma pueden alcanzar el Mokṣa o Nirvāṇa, que es cuando el alma se libera de todo vínculo físico al romper las cadenas del Saṃsāra (ciclo eterno de nacimiento, muerte y reencarnación), para así alcanzar un estado divino. El antónimo de Dharma es "Adharma", que se compone por todos aquellos elementos que corrompen y degeneran a la humanidad, como la ignorancia, el odio, la violencia, la injusticia, la mentira, el vicio, entre otros.

  • Mokṣa: "Mokṣa" significa "Liberación Espiritual", y es el principal objetivo que tiene un seguidor del Dharma. El Mokṣa otorga un estado divino de iluminación perpetuo, puesto que el alma no se verá sometida ni a las leyes materiales ni a las leyes cósmicas como el Saṃsāra, por lo tanto, el hombre se fundirá con la propia divinidad, volviendo a sus origenes. El Dharma precisamente busca la degradación del Karma, para así poder ir limpiándonos en cada vida, ya que no podemos acceder a los Reinos Celestiales si nuestra alma está contaminada por el pecado y el Adharma.

Todo lo anterior se entenderá de mejor forma y en mayor profundidad si visita una de mis publicaciones anteriores:


Es por ello que Lakṣmī tiene los otros dos brazos apuntando hacia arriba; ya que representan el camino del Dharma y el Mokṣa, que alegóricamente se expresan con un loto entreabierto. 

El Loto es una flor hermosa e inmaculada que emerge desde las profundidades del agua estancada, y a pesar del entorno turbio y sucio en el que nace y crece; jamás se ensucia. Esta alegoría sirve para indicar que así mismo deberíamos vivir en este mundo; permaneciendo limpios de la contaminación que impregna nuestro entorno. Por ende, esta flor es símbolo de pureza, riqueza espiritual, armonía, abundancia y evolución. 


Sin el apoyo espiritual del Dharma y la correspondiente fijación en el Moksha, una vida en pos de Artha y Kama genera caos, vicio, ilusión, ignorancia. La Diosa Lakṣmī nos recuerda que podemos disfrutar de los placeres terrenales sin caer en el vicio y el materialismo de Māyā, y que con su ayuda, jamás nos descarrilaremos del verdadero camino. Por eso mencioné al principio que la Diosa misma ofrecerá éxito y realización, tanto física como espiritual, a quienes la veneren de corazón y que a su vez sigan los principios del Dharma, que son la clave para llevar una vida justa y honrada.

Lakṣmī ignora a quienes únicamente la adoran y buscan por dinero, y de igual modo, abandona a quienes caen en las redes de Māyā, puesto que son los seres humanos los que eligen voluntariamente el camino a seguir. 



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