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sábado, 3 de julio de 2021

Sekhmet: Diosa dual de la protección y la destrucción. Significado esotérico y espiritual


Sekhmet es una de las Deidades egipcias más antiguas e importantes del panteón, y a su vez, poseedora de un profundo mensaje esotérico. 

Se le canalizó con la imagen de una mujer zoomorfa, ya que tiene el cuerpo de un ser humano y la cabeza de un animal, específicamente; de una leona. En sus manos la Diosa porta la cruz de la vida; el Ankh, y en la otra lleva el Ouas, el gran Cetro divino, emblema de supremacía y poder. En su cabeza, Sekhmet lleva un halo de luz (el Disco Solar) que señala su calidad de santa y atributos relacionados a la sabiduría y el misticismo, siendo un indicador de que la Diosa se encarga de abrir las puertas al conocimiento sagrado y a otros planos de conciencia, además de relacionarse con el culto solar. 

En esta publicacion analizaremos el mensaje esotérico y espiritual de la gran Sekhmet.


Sekhmet, la Diosa egipcia de la guerra y la medicina, era una fuerza temible e inquebrantable, canalizada como una prolífica guerrera y cazadora, cuya imagen era temida y adorada en todo el país. Su apariencia reflejaba la ferocidad dentro de su corazón, a menudo se le retrataba con ropa de color rojo para señalar su insaciable sed de sangre. Sin embargo, su interpretación esotérica es aún más importante y espiritual. 


  • Origen
Sekhmet es una Diosa tan antigua, que resulta casi imposible poder rastrear sus raíces. Probablemente su culto se originó o proliferó en los tiempos protodinásticos del faraón Menes-Narmer, en el año 3.200 a.n.e. Esto se sabe porque en aquel minuto, la Diosa Sekhmet ya era adorada en el Gran Templo de Ptah, en la ciudad de Menfis, lugar en donde estuvieron sus principales cultos. En esta región, Sekhmet conformó la sagrada trinidad egipcia, en la que se encontraba su esposo Ptah y su hijo Nefertum.


  • Etimología
Su nombre se traduce literalmente como: "La más Fuerte", o, "La más Poderosa", ya que la palabra "Sekhmet" proviene etimológicamente de "sḫmt", que significa: "fuerza" o "poder".


  • Atributos y epítetos

En efecto, los egipcios visualizaron que la Diosa poseía una fuerza inconmensurable, así como la capacidad de poder intervenir en diferentes aspectos terrenales de la vida. Los egipcios principalmente la invocaban para solicitar protección, sabiduría, vigor, ímpetu, sanación y coraje. Sus dotes para curar enfermedades y para guiar a los soldados en la batalla, la convirtieron en la patrona de la medicina y la guerra.

Sekhmet es una Diosa de carácter dual: ella expresa su poder a través de la benevolencia, y al mismo tiempo; de la destrucción. Esto la hizo ser amada y temida, ya que por un lado podía perfectamente castigar a los hombres por medio de plagas, pestes y enfermedades, y por el otro; curarlos y protegerlos, e incluso otorgando buenas cosechas. Se sabe que la Diosa Sekhmet bendice especialmente a los que también respetan y siguen a su padre: Ra, el Dios del Sol. Y aquí llegamos a un punto muy importante de la historia, ya que Sekhmet es de hecho la manifestación violenta e iracunda de Ra, quien generalmente es tranquilo, pacífico y benevolente.  De hecho, la Diosa fue concebida específicamente para este fin: imponer orden y respeto en el mundo, aunque sea por la fuerza. Es por ello que se le bautizó bajo el epíteto sagrado del "Ojo de Ra", una fuerza extremadamente violenta, vengativa y arrolladora. Los egipcios sabían que podían ser bendecidos por el Dios del Sol, o bien, castigados por su ojo furioso (Sekhmet), dependiendo del comportamiento y el mérito de la nación. Esto también le otorgó la fama de ser una Diosa de la justicia, puesto que castigaba o premiaba a los hombres según sus propios méritos y acciones.

Algunos epítetos y nombres sagrados de la Diosa fueron:

- Señora del Terror
- Dama de la Matanza
- Dama del Temblor
- Diosa Aterradora
- Diosa Terrible
- Diosa de la Pestilencia
- Dama Roja (como el desierto y la sangre)
Dama de las llamas
- Diosa que respira y escupe fuego
- Dama de la Vida
- Diosa Protectora
- Gran Diosa Madre
- Gran Madre Mágica
- Abridora de caminos
- El Ojo de Ra
- Diosa que frena la oscuridad
- Diosa de la Curación
- Patrona de la medicina
- Ojo hermoso que da vida a las dos tierras
- La que protege a Ma'at
- La que ama a Ma'at
- Señora de la Sanación
- Diosa que repudia el mal
- La amada por Ra, Su Padre
- La amada por Ptah, Su Esposo
- Dama del Júbilo
- Protectora del Orden Divino 
- La que retiene las tinieblas 
- La hermosa
- La que da gozos inquebrantables

Como pudimos notar, los epítetos y nombres sagrados de Sekhmet reflejan tanto su naturaleza compasiva, como su naturaleza destructiva. Y esto también se veía reflejado en el día a día de los egipcios, puesto que la sociedad prácticamente giraba en torno a la Diosa. 

Por ejemplo, los sacerdotes de Sekhmet fueron hombres reconocidos por ser médicos y cirujanos de notable calibre, mientras que los guerreros y los comandantes destacaban por su inmenso valor y destreza, invocándola para obtener vigor, motivación y poder, e incluso, se llevaban imágenes de la Diosa al campo de batalla, y se adoptaba como emblema de lucha. De igual modo, se solicitaba su protección para cuando acontecían pestes, sequías y catástrofes, por lo cual, fue muy común que los faraones erigiesen miles de estatuas de esta Diosa con el fin de llamar a la prosperidad. Diariamente, la población egipcia le realizaba ofrendas a las estatuas, entregándoles comida, danzas, sacrificios, ceremonias, oraciones, y muchos otros tributos. Incluso, en la antigua ciudad de Luxor, había una estatua de Sekhmet para todos los días del año, y el templo de Mut parecía ser un bosque de estatuas de la Diosa, al igual que el templo del faraón Amenhotep III, en donde hubieron cerca de 700 estatuas de Sekhmet. Por otro lado, los féretros y cámaras utilizadas para las tumbas reales y los ataúdes, fueron esculpidos con la imagen de la Diosa,  ya que también protegía a los difuntos en su viaje al más allá. Debido a su conexión con Hathor, se la asociaba con el sexo, la música, el amor, la alegría y la fertilidad, aunque en este sentido solía ser vista como una dura antítesis de la amabilidad de Hathor.


  • Cosmovisión religiosa

[En este punto se explicará el nacimiento de Sekhmet]

Al principio, el universo era una extensión infinita de aguas oscuras y sin dirección llamada "Nun", similar al "caos" griego y al "engur" sumerio. Nun fue personificada como cuatro pares de deidades masculinas y femeninas, quienes representaban sus principales propiedades:

  1. ocultamiento o invisibilidad
  2. agua infinita
  3. extravío o falta de dirección
  4. oscuridad o falta de luz

De esta masa negra, acuosa y caótica, emerge el Dios Ra, quien nace en un acto de auto-creación, luego de haber proyectado su poder y su conciencia infinita. Posteriormente, Ra crea a dos Dioses; Shu, hombre, y Tefnut, mujer, para ayudarlos a cimentar la Tierra. Estos gemelos simbolizan los dos principios universales; la polarización masculina y femenina del cosmos, también enseñada en la filosofía china con el "Yin y el Yang", o en la hindú con el "Shiva - Shakti".

Sin embargo, la oscuridad todavía regía en el cosmos, y Ra no podía observar dónde estaban sus hijos. Entonces, el Dios halcón creó dos grandes ojos: el sol y la luna. Con la luz creada, los gemelos Shu y Tefnut se encargaron de separar y disolver las aguas del caos, para así comenzar a crear la Tierra. De este proceso emanaron los Dioses Geb y Nut, quienes se encargarían de crear a los Dioses del orden y el desorden, es decir; a Osiris, Isis, Set y Nephthys, para así poder rellenar el vacío y cimentar el planeta, además, a estos Dioses se le encomendaron tareas más ligadas a lo terrenal.

Cuando las aguas del caos retrocedieron por completo y la Tierra estaba apta para la vida y la convivencia, los Dioses descendieron de los cielos con el objetivo de establecerse en nuestro planeta, dando por inicio la era de "zp tpj" o "Zep Tepi", que significa, "primeros tiempos". En este período nacen los hombres, los animales, y todos los seres vivos, quienes convivían junto con los Dioses.

Tras haber gobernado 1.000 años, la salud de Ra comenzó a deteriorarse, y su cuerpo había envejecido drásticamente, producto de haber pasado tantos años en este plano material. Algunos Dioses comenzaron a conspirar en su contra, puesto que pretendían arrebatarle el trono, y la población humana, por consiguiente, entró en caos, división y desesperación. Algunos hombres se mantenían fieles a Ra, obedeciendo sus mandatos y enseñanzas, orándole continuamente y ofreciéndole tributo, como era de costumbre, mientras que otros lo rechazaron y se alejaron de él, tornándose crueles y malvados, desviándose del camino de luz. Bajo esta terrible problemática, el Señor Ra, no confiando en ningún otro ente, se encargó de crear a su hija primogénita, la Diosa Sekhmet, a quien le encomendó la misión de restaurar el orden en la Tierra. 

Sekhmet descendió desde los cielos para cumplir la tarea encomendada por su padre. Sin embargo, los métodos de la Diosa no fueron los más sofisticados, puesto que masacró y asesinó brutalmente a todos los seres humanos que se alejaron de su padre y que menospreciaron su palabra, yendo mucho más allá de lo que Ra le había ordenado. La Diosa convirtió el planeta Tierra en una verdadera carnicería producto de la matanza que llevó a cabo, a tal punto, que se decía que Sekhmet exhalaba y escupía fuego por la boca, y que bebia la sangre de sus víctimas, llegando a teñir los ríos y mares de rojo. También se encargó de crear pestes y plagas para azotar al planeta. Pero Ra, en su amor y compasión infinita, no le deseaba la muerte a los hombres, y, al ver la carnicería que había provocado la ira de su hija,  supo que debía actuar de forma inmediata. Para ello, el Dios con cabeza de halcón derramó cerveza teñida con ocre rojo y hematita para hacerla lucir como sangre, y la vertió sobre los ríos y fluviales del mundo, para que de este modo, Sekhmet pensase que era sangre de sus víctimas. Confundiendo la cerveza con sangre, la Diosa se emborrachó tanto que renunció a la matanza y regresó pacíficamente a su padre. 

Tras esto, Ra decide retornar a los cielos. Su sucesor fue el Dios Shu, quien gobernó durante 700 años, lo siguió Geb, quien tomó el trono por 500 años, luego vino Osiris, que gobernó el planeta Tierra durante 450 años, posteriormente rigió Seth, quien, tras asesinar a Osiris, gobernó por 350 años (o alrededor de 100 según la versión), y finalmente, reinó Horus por 300 años, tras haber vengado la muerte de su padre y haber recuperado el trono. Horus fue el último rey divino que gobernó el planeta, ya que luego le sucederían, a petición propia; los faraones, "sus hijos".


  • Significado esotérico y espiritual

Sekhmet, aunque es una Diosa feroz y aterradora, es más que una fuerza salvaje brutal o irracional: ella también es la curación que vino después de la ira; la protección que se esconde detrás de una acción violenta. Ella es la rabia y la ferocidad que surge producto de un espíritu profundamente protector y justiciero. Ella es es la esencia de la venganza, tanto en su brutalidad como en su profundo e inmortal amor.

Como Diosa guía, Sekhmet nos dice:

"No te dejes intimidar por una situación, ni sucumbir a la ansiedad, la desesperanza o la apatía. Como una leona que protege a sus cachorros; debes tomar las medidas adecuadas para obtener dignidad y seguridad personal. Canaliza tu enojo en actividades que promuevan el bienestar de los heridos y oprimidos. Te atraen las artes curativas y la ley. Brilla como el sol del mediodía y disipa todas las sombras. Ruge y el camino se abrirá ante ti"

 

La Diosa Sekhmet representa el poder femenino de Marte y Plutón. Ella es la Diosa de la curación física y la transmutación psicológica; los misterios de la sangre de las mujeres, que gobiernan el nacimiento, la vida y la muerte. La Luna Llena de Aries ilumina los misterios del guerrero comprometido que está dispuesto a defender o luchar por algo que sienten que es una causa justa y digna. 

Entendemos que la Diosa Sekhmet es la manifestación colérica, terrorífica e iracunda de Ra, a quien se le encomendó la tarea de restaurar el orden y la justicia en la Tierra, además, una de sus principales características es que tiene la cabeza de una leona. Esto se asemeja bastante a lo que ocurre con el Dios hindú "Narasiṃha," quien es el avatar iracundo, terrorífico y violento de Vishnu; enviado a nuestro planeta para restaurar el orden (el Dharma) y la justicia, y por si fuera poco; también tiene la cabeza de un león. Además, ambos fueron enviados por el Dios supremo de sus respectivas religiones; Ra y Vishnu, canalizados como padres bondadosos y benevolentes. Esto no es coincidencia, ya que tanto los egipcios como los indios transmitieron el mismo principio y mensaje esotérico, evidenciando también la influencia de la polarización energética de los Dioses. 

Si desea leer más sobre el gran Señor Narasiṃha, visite el siguiente link:



Para los hombres crueles, Sekhmet se manifiesta bajo su forma original, es decir; como el Ojo de Ra; que es arrollador e indomable. Pero para entregarle ayuda y protección a los justos y fieles, la Diosa puede manifestarse pacíficamente, e incluso, también puede tomar la forma de "Bastet"; su lado más sereno y amoroso. Bastet tiene la cabeza de un gato, en señal de representar un aspecto mucho más gentil y sumiso que Sekhmet, la leona, que generalmente es violenta e iracunda. 


Esta es una de las tantas razones por las cuales los gatos fueron animales sagrados en Egipto, ya que se les asociaba esotéricamente con Sekhmet y Bastet. El respeto por estos animales era tan grande, que el asesinato de un gato, intencional o accidental; se pagaba con pena de muerte. También se sabía que los gatos iban vestidos con joyas de oro, y que se les permitía comer de los platos de sus dueños. Al morir, estos animales eran momificados en elegantes cámaras funerarias, siendo despedidos por ritos y ceremonias, mientras que los dueños generalmente se afeitaban las cejas en señal de luto. 

La adoración e invocación de Sekhmet sirven para:

- Ayudarnos a vencer los obstáculos que se interponen en nuestros caminos. 

- Para cortar las fuerzas energéticas estancadas. 

- Para fomentar el deseo y la pasión sexual.

- Para limpiar nuestros hogares de fuerzas y energías negativas.

- Para inspirar coraje, valentía, fuerza y determinación.

- Para conectar y reconectar con nuestro lado femenino y su correspondiente energía (Yin / Shakti). Esto aplica tanto para hombres como para mujeres, ya que todas las criaturas vivas son poseedoras de ambas energías, sea en menor o mayor grado.

- Para meditar y despertar nuestra energía divina interna, es decir, la kundalini, puesto que los símbolos sagrados de Sekhmet y de otros Dioses egipcios, representan de manera secuencial el flujo de nuestra energía y el despertar de la conciencia. Dicha energía se denomina "sekhem" (que significa "poder"), un equivalente al "prana" hindú. El sekhem se libera o se despierta por medio del "Ankh", la cruz de la vida que funciona como si fuese una especie de llave encargada de abrirnos las puertas al mundo espiritual y divino. Una vez liberado, el sekhem debe circular a lo largo de la columna para así poder llegar a la cabeza, con el objetivo de conectar hacia los planos superiores. Es por ello que en Egipto, la columna vertebral se retrató por medio del "Iaret" (Cobras o serpientes), y que en otras culturas se llamó: "Caduceo de Hermes" (Grecia - Roma), "Caduceo de Ningizzida" (Mesopotamia), y "Kundalini" (hinduismo - budismo). Cuando la energía fluya hasta la cabeza se producirán los cambios más sorprendentes en torno a este viaje, ya que se despertarán los sentidos encargados del desarrollo espiritual, la intuición, las habilidades extrasensoriales y meditativas, con las cuales seremos capaces de acceder a planos superiores. Esto fue retratado en Egipto a través del "Udjat" u "Ojo de Horus", localizado a la altura del entrecejo, abarcando las regiones anatómicas de la silla turca o fosa hipofisaria, lugar en donde reposa la glándula pineal. También se le denomina "tercer ojo", siendo el equivalente del sexto chakra hindú "Ājñā". Finalmente, cuando el tercer ojo esté abierto, la persona alcanzará un estado de conciencia superior en el cual será capaz de recibir la luz divina: aquella que no podemos captar a través de los cinco sentidos físicos, y que también se asemeja con el estado meditativo de samādhi; en donde el hombre y Dios son uno. Esto fue representado en Egipto a través del "Disco Solar", y es por ello que siempre vemos a los Dioses con este símbolo en sus cabezas; indicando que son entidades espirituales súmamente elevadas y despiertas. En el hinduismo, el Disco Solar se retrata con el séptimo chakra, el Sahasrāra, ubicado en la coronilla. Este es el Chakra más sutil y elevado de todos; habla sobre conciencia pura y la dominación del ego. Es el punto de encuentro entre lo finito (lo físico) y lo infinito (el alma y los planos superiores). Ahora sabes la razón por la cual los Dioses egipcios, hindúes, mesopotámicos etc., llevan el disco solar o un halo radiante en sus cabezas.



  • Adoración, tributos y ofrendas: 

Como he dicho en múltiples ocasiones; a los Dioses no les interesan los bienes materiales ni tampoco la opulencia: ellos quedarán satisfechos con cualquier tipo de tributo, siempre y cuando sea entregado con humildad, respeto y amor. A los Dioses se les puede construir un pequeño altar para entregarles agua, frutas, incienso, hojas, etc., y como dije; siempre serán bien recibidas si las intenciones de la persona son sinceras. Sin embargo, también es cierto que existen algunos objetos que pueden funcionar de mejor manera para canalizar la energía de un Dios en particular. Es distinto un objeto de ofrenda que uno de invocación, aunque en el fondo ambos pueden complementarse entre sí y funcionar correctamente.

En el caso de Sekhmet, sus objetos predilectos son:


1) Objetos de color rojo o escarlata, ya que apelan y honran su aspecto guerrero. En este sentido, se le pueden entregar ofrendas tales como rubíes, ágatas rojas, granates, cornalina, piedra de sangre, jaspe, y cualquier otra gema, piedra o artículo de este color, incluyendo velas e inciensos. En cuanto a comidas se recomienda el jugo de granada, cerveza roja, vino tinto, frutos rojos como las frambuesas y las moras, curry, sangre de dragón, té, carne cruda, entre otros.

2) Objetos de color amarillo, naranja y café claro, los cuales honran su apariencia de leona, así como también el epíteto de; "La Dama de las Llamas". Entre estos objetos encontramos piedras y gemas como la citrina, crisoberilo, calcita naranja, ámbar, oro, cobre, topacio, copal, y ojo de tigre. Flores brillantes, arena, jengibre, pan, frutas amarillas y naranjas, así como cualquier incienso o vela de dichos colores.

3) Otros: Dagas, cuchillas, espadas, leche, campanas y carillones de viento, cestas, figurillas o estatuillas de animales tales como leones, gatos, cobras, serpientes y halcones. Estatuas e imágenes Ra, Ptah, Nefertum y Bastet, así como de pirámides, el Ankh y el Udyat.

 



En el altar usted puede meditar, orar y mentalizar a la Diosa.

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