> Funeral Vudú: Bodhisattva: los "Budas Compasivos"

domingo, 19 de septiembre de 2021

Bodhisattva: los "Budas Compasivos"

En el Budismo existe una antigua tradición denominada "Bodhisattva", en la cual, los adeptos deciden dedicar su vida al desarrollo espiritual, al cultivo de cualidades morales, a la búsqueda de conocimiento, el ascetismo, el autosacrificio y al estudio de las enseñanzas del maestro Gautama Siddhartha Buda, para así lograr alcanzar un estado de iluminación y plenitud denominado "Nirvana", cuando un ser humano trasciende la vida física para detener el ciclo de reencarnación y acceder a una morada de dicha eterna. Sin embargo, los Bodhisattva se comprometen a NO alcanzar la meta del Nirvana al momento de morir, sino que prefieren, en su gran misericordia y compasión, seguir anclados a nuestro plano terrenal después de la muerte, para así poder ayudar a todos los seres humanos en su evolución espiritual; guiándolos, inspirándolos, y brindándoles ayuda para que podamos iluminarnos y trascender. Por ello se les conoce como "Budas Compasivos" o "Budas de la Misericordia".

"Bodhisattva" viene del sanscrito "Budhi", que significa "iluminación, y de "suttva", que significa "entidad". Por ende, la palabra Bodhisattva se traduce habitualmente como "aquel cuya meta es el despertar o iluminar"

Un Bodhisattva es una persona que busca la iluminación mientras conduce a otros hacia la misma. Es un estado de compasión en donde se deja el egoísmo y la individualidad de lado para trabajar por la felicidad de los demás seres vivos. Aquí, uno se esfuerza por superar las restricciones del egoísmo y trabaja incansable y desinteresadamente por el bienestar y la felicidad de los demás. Renunciando a su propia salvación y su entrada inmediata al Nirvana, los Bodhisattva dedican todo su poder y energía a salvar a los seres que sufren en este mundo, y los ayudan tanto en asuntos espirituales como mundanos. 

El teósofo Gottfried de Purucker menciona al respecto:

"Los Budas de compasión habiendo ganado todo, habiendo ganado el derecho a la paz y la bienaventuranza divina, ellos renuncian al Nirvana por largos eones para poder regresar como Hijos de la Luz con el fin de ayudar a la humanidad. Y de hecho la ayudan mucho, ya que a parte de estar continuamente irradiando energía e impulsos espirituales hacia la Tierra, para de manera sutil influenciar a los humanos a hacer el bien. Ellos también crean una barrera vibratoria alrededor del planeta que protege a la humanidad de muchos males".

Los hombres poco saben del amor inmenso que impulsa las almas de aquellos que asumen la Gran Renunciación durante inconmensurables tiempos, y esto con el objeto de permanecer cerca de la Tierra y ayudar a sus semejantes. Los Budas de compasión permanecen desconocidos, sin recibir agradecimiento, siempre silenciosos, compasivos, trabajando continuamente y observando a los otros iniciados pasar por delante de ellos para ir hacia el Nirvana. Sin embargo estas nobles y grandes almas permanecen firmes como pilares de luz, y aunque saben que un día su recompensa vendrá (y será una recompensa extraordinaria que pocos pueden imaginar). Ellos no piensan en ella y sólo piensan en ayudar, perdurando y perdurando en su labor.

Algunas tradiciones del Budismo también afirman que los Bodhisattvas, habiendo alcanzado la iluminación, pueden volver a reencarnar en cuerpos físicos, permaneciendo en el ciclo del Saṃsāra para actuar como maestros y promover la iluminación. En este sentido, por ejemplo, los Dalái Lamas serían Bodhisattvas que encarnan vida tras vida para guiar y orientar a las personas. 


Cuando se dedican varias vidas al cultivo de cualidades morales y valores, al estudio del Dharma y de las enseñanzas de Buda, a la meditación, al ascetismo, a la búsqueda de sabiduría, control de los sentidos, y cualquier otro método que ayude a despertar nuestro interior y disipar el Karma negativo (el cual nos ata a los ciclos de reencarnación terrenal); cualquier ser humano puede optar por permanecer en un estado de armonía interior absorto en la conciencia infinita, es decir; Nirvana, o bien, decidir ayudar a otros a alcanzar el mismo estado tras la muerte. Cuando un ser iluminado o un Buda toma la decisión de no descansar hasta que cada partícula de la creación haya alcanzado la iluminación, entonces, asume el papel de un Bodhisattva.

El Bodhisattva, sabiendo lo que puede obtener, renuncia a tales glorias de la inexpresable paz y felicidad del descanso nirvánico, prefiriendo posponerlo con el fin de quedarse y ayudar al mundo, volviéndose un "Nirmanakaya" o "Buda Compasivo"; un estado astral que puede tener manifestación en la Tierra. Ellos aconsejan, guían e inspiran a los mortales para el bien general, y se les puede contactar mediante estadíos meditativos. Por ello se tiende a deidificarlos y verlos como seres celestiales, como una manera de honrar la infinita misericordia que tuvieron, ya que recordemos: ellos dedicaron innumerables vidas de práctica experta, autodescubrimiento, meditación, desarrollo espiritual, ascetismo, penitencia, esfuerzo y búsqueda de sabiduría, pero en vez de alcanzar el Nirvana y disfrutar de una dicha eterna y gratificante, deciden seguir aferrados a este plano. Por ello los Budas pueden verse casi como si fuesen Dioses o entidades divinas o celestiales, aunque realmente no lo son. Recordemos que "Buda" es un título honorífico que se utiliza estrictamente para aquellas personas que logran alcanzar la iluminación en vida y posterior trascendencia. 

Y, en cierta manera, todos somos un Buda; es nuestra naturaleza primordial, una de potencial infinito que subyace nuestro cuerpo físico. El mismo Siddhartha Gautama predicó la idea de que todos los seres humanos son capaces de alcanzar un estadío de iluminación y pureza, y de hecho, toda la erudición budista se ha dirigido y compuesto con el objetivo de que nos demos cuenta de que tenemos las cualidades y capacidades necesarias para despertar el estado de Buda, pero que, producto de la contaminación e ignorancia de la mente terrenal; nos hayamos sucumbidos a un estadío o anclaje de materialismo, avaricia y ofuscación. Es por ello que un Bodhisattva, como otros practicantes del budismo, trabajan para eliminar todos los obstáculos y oscurecimientos del plano terrenal, para así poder dejar que esas cualidades innatas brillen y se estimulen. Sin embargo, los Bodhisattva van un paso más allá de eso y realizan votos estrictos de practicar la "bodichita", es decir, trabajar en beneficio de todos los seres sintientes, para que todos puedan tener la oportunidad de descubrir su naturaleza búdica y experimentar la verdadera felicidad. Ellos comienzan trabajando con las emociones negativas, el pensamiento habitual, la naturaleza del Saṃsāra, el sufrimiento, las 4 Nobles Verdades y los métodos de meditación, cultivando una mente estable que domine la bondad amorosa (metta), la compasión (karuna), la ecuanimidad (upekkha) y la alegría empática (mudita). En algunas escuelas del budismo Vajrayana, hay etapas de un Bodhisattva definidas por logros y características específicas. Sin entrar en muchos detalles, el estado final es ser tan consciente de la naturaleza o de la realidad, que uno ya no percibe el mundo a través de los sentidos físicos. El camino de un Bodhisattva no es fácil ni rápido. Se necesita dedicación, consistencia y el deseo de cultivar la bondad amorosa y la compasión desinteresada por todos los seres sintientes, ya sea que estemos de acuerdo con sus acciones o no. El camino del Bodhisattva es parte de las enseñanzas de Prajnaparamita a las que se hace referencia como el Segundo Giro de la Rueda, siendo las enseñanzas del Canon Pali la primera.

A medida que cualquier Bodhisattva avanza por este camino, los desafíos se vuelven mayores, requiriendo un mayor grado de diligencia y dedicación, pero las recompensas también son mayores: una comprensión más profunda de la conciencia de la verdadera naturaleza de la existencia, una capacidad más tranquila y compasiva para interactuar con otros, mayores grados de empatía, etc. Pero también significa enfrentar nuestros demonios mentales más profundamente arraigados. Por ello los Bodhisattva son venerados, queridos, seguidos y admirados, ya que, después de haber atravesado todo ese camino de esfuerzo y dedicación, que incluso pudo haber tomado varias vidas; ellos escogen voluntariamente ayudar a todos los demás seres sintientes a alcanzar ese grado de iluminación, rechazando la recompensa individual en pos del bienestar universal.

Cuando se estudian los sūtras, especialmente los sūtras mahāyāna desde Vimalakirti hasta la Perfección de la Sabiduría, Laṅkāvatāra, Loto Sūtra y Mahāyāna Mahāparinirvāṇa Sūtra, llegaremos a saber que el camino de la iluminación consiste en despertar y alcanzar un paradigma de vida para convertirnos en una manifestación humana de "Buda". Cuando nos embarcamos en un camino determinado de estudio, ascetismo, meditación, penitencia, sabiduría y conocimiento, desarrollamos nuestras percepciones y afinaremos nuestra conciencia hacia la iluminación que nos rodea. Cuanto más desarrollamos esta conciencia, mental y físicamente, nos convertimos en esa conciencia llamada Budeidad. La Budeidad es un estado de plenitud absoluta, pureza, libertad, compasión, valor y sabiduría para realizar la realidad última de nuestras vidas. La budeidad no significa convertirse en un ser especial, sino continuar trabajando en contra de todas las adversidades terrenales e ir derrotando las funciones negativas de la vida, transformando todas las dificultades en una causa de crecimiento y así poder trascender. 

La teósofa y erudita en religiones orientales, Helena Blavatsky, dijo:


"Un Bodhisattva puede alcanzar Nirvana y vivir, como lo hizo Gautama Buddha, y después de la muerte puede renunciar a la reencarnación objetiva o aceptarla y usarla a su conveniencia para el beneficio de la humanidad, a la que puede instruir de varias formas mientras que permanece en las regiones Devachánicas (astrales) dentro de la atracción de la Tierra".



Si bien históricamente se han reportado decenas y cientos de Bodhisattvas a lo largo de 2.500 años, a continuación adjuntaré una breve lista de algunos importantes:


  • Siddharta Gautama

Siddharta Gautama fue el primer Buda, es decir, el primer ser humano "iluminado" o "despertado" que logró alcanzar los niveles más altos de espiritualidad, pureza y conciencia, dejando como legado un amplio y muy extenso abanico de enseñanzas espirituales, esotéricas, morales y metafísicas, las cuales se plasman principalmente en el "Canon Pāli" (Tipiṭaka), un texto sagrado para el Budismo y otras corrientes orientales. Cabe recalcar que Buda no fue un Dios ni tampoco un ser divino; simplemente fue un ser humano de carne y hueso que dedicó todas sus vidas, encarnaciones y fuerzas al desarrollo espiritual.  Este gran maestro nació en el pueblo de Lumbini, actual Nepal, en el año 563 a.n.e., y murió en la localidad de Kushinagar, actual India, en el año 483 a.n.e, a los 80 años. En su última vida, el maestro Buda nació en el seno de una familia poderosa y adinerada, de hecho, era el príncipe y heredero del Reino de Sakia Ganarajya, un clan ubicado en la región de los Himalayas, sin embargo, a los 16 años de edad, Buda rechazó el materialismo y las comodidades para optar a una vida sencilla y humilde, transformándose en un mendigo asceta y eremita que dedicaba su vida al estudio, al desarrollo espiritual y a la búsqueda de conocimiento. Inicialmente, se entrega por 6 años a la enseñanza ascética, en Gaya, India, mientras todavía era un adolescente, para luego estudiar en diferentes Escuelas de Meditación y Yoga, iniciándose en el Sāṃkhya y varias corrientes del Himalaya. Tras más de una década de estudio, meditación, ascetismo, predicación, cultivo de cualidades, desarrollo espiritual y autosacrificio, Gautama se transformó en Buda a los 35 años. Fue en base a sus enseñanzas, vida y obra que sus discípulos y seguidores crearon el Budismo tras su muerte. Buda proporcionó la base para las enseñanzas del Dharma. Los seguidores de estas enseñanzas esperan que esto los lleve por un camino de rectitud y purificación; el mismo que transformó a Siddhartha Gautama en Buda.

El Señor Gautama es el patrón de todos los Adeptos, reformador y codificador del sistema oculto, el jefe de la jerarquía de los Maestros ascendidos. Gautama prefirió rechazar el Nirvana para permanecer cerca de los humanos como un Buda de compasión; ayudándonos en múltiples aspectos de la vida física y espiritual.


  • Guanyin

Su nombre significa "Vigilante de las voces del Mundo", en referencia a su gran compasión hacia todos los seres sintientes. Por ello se le retrata como a una mujer de mil brazos y mil cabezas; producto de su capacidad para acercarse a todos aquellos humanos sufrientes que necesitan ayuda y guía. De esta forma representa a la madre omnipresente, mirando en todas direcciones simultáneamente, sintiendo las aflicciones de la humanidad y extendiendo sus múltiples brazos para aliviarlas con infinitas expresiones de su misericordia. Por esta razón también se le llama "Gran Madre de la Compasión" y "Señora de la Misericordia". Su culto y seguimiento nace en China, principalmente en las comunidades budistas ubicadas en las fronteras noroccidentales de la India, siglo I, para luego extenderse rápidamente a Vietnam, Corea, Japón y el resto de Asia. La tradición budista presenta a Guanyin prometiendo no descansar hasta que se hayan liberado todos los seres sintientes del Saṃsāra, la reencarnación. Es importante decir que el budismo tiene bastantes figuras de Budas femeninas, lo que demuestra que las mujeres también pueden ser autoridades religiosas tal como los hombres, a diferencia de otras culturas en donde se impone el machismo y un estricto régimen patriarcal.


  • Mañjuśrī

Mañjuśrī es visto como un gran guía de los adeptos y discípulos budistas; quien ayuda a superar la ignorancia y a adquirir sabiduría. De hecho, icónicamente se le representa como a un hombre que empuña una espada de fuego en su mano derecha, lo que simboliza la realización de la sabiduría trascendente que corta la ignorancia y la dualidad. En su mano izquierda sostiene el Prajñāpāramitā sūtra, que representa el logro de la realización suprema a partir del florecimiento de la sabiduría. A menudo se representa a Mañjuśrī montado en un león azul o sentado sobre la piel de un león. Esto representa el uso de la sabiduría para domesticar la mente, que se compara con montar o someter a un león feroz.

  • Amitābha

Amitābha fue un antiguo rey que, habiéndose familiarizado con las enseñanzas budistas y, siguiendo el ejemplo de Gautama, abdicó sus bienes materiales y se convirtió en un monje asceta. Para desarrollarse espiritualmente, Amitābha hizo 48 votos y penitencias estrictas, en los cuales, prometió no alcanzar la iluminación más elevada, es decir, el Nirvana, hasta que ayude a todos los seres sintientes en este proceso. Los votos de Amitābha y los principios básicos de la doctrina del amidaísmo se establecen en tres textos canónicos del Budismo Mahāyāna; "Sūtra de la vida infinita", "Amitāyurdhyāna Sūtra" y el "Sutra Amitābha". Estos Sūtras, aparte de abordar cuestiones éticas, morales, espirituales y metafísicas, también explican que Amitābha, después de acumular una inmensa virtud durante un gran número de vidas, finalmente alcanzó la Budeidad, y que uno de sus antiguos nombres era Dharmakāra. La técnica más importante que enseñó fue visualizar el mundo entero a su alrededor como una tierra santa. Cualquiera que vea su mundo como tierra pura despertará su energía de iluminación. El mundo puede verse como una tierra pura reuniendo pensamientos positivos (pensamientos de iluminación) o enviando amor a todos los seres (deseando que todos los seres sean felices).

  • Kṣitigarbha

Ksitigarbha fue un antiguo monje que hizo un voto de no alcanzar el Nirvana hasta que los mismísimos infiernos estén vacíos. Recordemos que el infierno budista, el "Naraka", es únicamente de carácter temporal, al cual van a parar las almas difuntas que en vida fueron crueles, malvadas e impuras. Estas personas serán castigadas y atormentadas en el Naraka hasta que sus Karmas negativos sean consumidos, para luego volver a reencarnar. Entonces, el objetivo de Ksitigarbha es brindar herramientas y guías para que los seres humanos se concentren en vivir armónicamente a través de metas espirituales y morales, y así, alcanzar el Nirvana. Su actividad también se concentra en los mundos infernales, ya que es allí en donde los seres vivos sufren más y necesitan apoyo. La tradición afirma que Ksitigarbha, al ser un maestro ascendido que conoce toda la doctrina de Buda, no solo es un gran aliado para el desarrollo espiritual, sino que también para la vida terrenal; brindando prosperidad para quien invoque su nombre y cumpla con sus votos. En los textos leemos: "Si esa persona puede pronunciar el nombre del Ksitigarbha mil veces al día, luego de mil días, el bodhisattva ordenará a los espíritus y demonios, los patrones del área donde se encuentra, que protejan a esa persona hasta el final de su vida. Esta persona siempre tendrá suficiente ropa y comida, no se enfermará ni sufrirá. En la casa donde vivirá, no habrá problemas. Nada amenazará a esa persona. Practicando diligentemente, logrará que un día el Bodhisattva toque su cabeza con su mano y le anuncie la profecía de que en el futuro ciertamente alcanzará la iluminación".

Si desea leer más información acerca de los infiernos, visite mi siguiente publicación:



No hay comentarios.:

Publicar un comentario