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sábado, 21 de septiembre de 2024

Cosmología Gnóstica: El Uno, los Eones, Yaldabaoth, los Arcontes y la realidad ilusoria del mundo


El Gnosticismo es una antigua religión y corriente filosófica que tiene sus orígenes en los tiempos helénicos. Y si bien es cierto que ganó mayor reconocimiento durante la era cristiana, en realidad se trata de una corriente mucho más antigua y mística de la que todos creemos.

A grandes rasgos podemos decir que el Gnosticismo tuvo dos grandes etapas de desarrollo:


1. La primera se remonta a los inicios de la Grecia Clásica, siendo un movimiento espiritual que estuvo muy arraigado a las enseñanzas de Platón, de Pitágoras, y también, de los cultos en torno a la imagen de Orfeo, incorporando una serie de elementos místicos que fueron muy estudiados en aquel minuto. De igual modo, el Gnosticismo temprano tuvo fuertes influencias de corrientes extranjeras, principalmente derivadas de la India.

2. La segunda etapa tuvo su apogeo y desarrollo durante los primeros siglos de la era cristiana, esta vez, centrando sus enseñanzas en la reinterpretación del Nuevo Testamento, y utilizando la imagen de Jesús para personificar las creencias y cosmovisiones que se venían practicando desde la Grecia Clásica. Como tal, el Gnosticismo terminó siendo prohibido y aplacado por la Iglesia Católica, pues sus pilares se alejaban de las teorías y enseñanzas del cristianismo ortodoxo. 


Sumando y restando lo que el Gnosticismo pregonó en ambas etapas, se explica que antes de que el universo material existiese, moraba una entidad todopoderosa y primigenia al que llamaron "Uno", que es la fuente de todo. 

El Uno es trascendental, incognoscible y perfecto, y por ende, está más allá de cualquier descripción o comprensión humana. De hecho, El Uno tiene tal nivel de pureza y armonía que se encuentra rodeado de un plano perfecto en donde no existe el dolor, la muerte ni el sufrimiento. Algo así como el "paraíso" pregonado por muchas religiones del mundo.

De esta fuente primigenia y absoluta emergieron, bajo su voluntad y deseo, los "Eones", que son ramificaciones de su propio poder. 

Estos Eones se manifiestan en pares complementarios que personifican virtudes y cualidades, las cuales, en conjunto, sostienen un sistema de interconexiones que forman el Pléroma, el reino de la luz.

Sin embargo, en un punto dado del cosmos primigenio, uno de los Eones, tentado a experimentar con su propio poder creativo, huyó del Pléroma. Este Eón fue Sofía, quien, impulsada por su anhelo de conocimiento, decidió explorar lo desconocido más allá de los límites del reino sagrado.

La decisión de Sofía de aventurarse fuera de este entorno perfecto tuvo consecuencias devastadoras. Al actuar sin el consentimiento del Uno y de los demás Eones, su acción desencadenó una serie de eventos que culminaron en la creación de "Yaldabaoth" o "El Demiurgo", una criatura independiente, colérica, arrogante, rebelde y sanguinaria.

Yaldabaoth creó y engañó a la humanidad con el objetivo de autoproclamarse como el Dios supremo, exigiendo veneración absoluta y toda clase de sacrificios. Además, sus mentiras dieron origen a muchas religiones del mundo antiguo que todavía persisten en la actualidad. Algunos le llamaron Jehová o Yahvé, otros Júpiter, Él, Moloch o Alá, pero en estricto rigor, se trata de un Dios falso que tiene como objetivo mantener a la humanidad en un constante estado de ignorancia y sumisión, impidiendo que podamos reconectar con nuestra fuente divina y trascender de este plano.

En la presente publicación conoceremos la cosmogonía del Gnosticismo a fondo, así como el papel de Yaldabaoth y de los Arcontes: sus secuaces. 


lunes, 24 de junio de 2024

La naturaleza sobrenatural de los Duendes


La tradición y la experiencia acumulada a lo largo de los siglos, coincide en describir a los duendes como pequeños seres de rasgos humanoides, generalmente distintivos por su baja estatura, una personalidad juguetona y traviesa, una vestimenta rústica elaborada a partir de hojas, paja y pieles, y un par de orejas puntiagudas.

Los duendes suelen vivir en lo más profundo de los bosques, así como en otros lugares de índole similar, como cuevas, minas, montañas, etc. Sin embargo, también es cierto que muchos duendes no tienen reparo en vivir al interior de grandes ciudades o centros urbanos, e incluso, en casas habitadas por personas, teniendo un muy amplio espectro de manifestación y tolerancia.

Ahora, la peculiar manera en que los duendes suelen operar, refuerza la teoría de que son, en realidad, entidades mucho más complejas que simples habitantes de los bosques. 

Más bien, podrían ser considerados como una especie de entidad sobrenatural, similar a un espíritu, un fantasma, o incluso, una especie de dios menor, puesto que los duendes poseen la capacidad de trascender su dimensión de origen (pues aparentemente no pertenecerían a este plano) para manifestarse entre nosotros, desafiando algunos conceptos de la escala espacio-temporal. Y esto podría explicar muchas de sus costumbres y atributos, como la de volverse invisible, la de aparecer o desaparecer a voluntad en cualquier sitio, la de manipular algunos aspectos de la naturaleza, o bien, la de conceder deseos, casi siempre, a cambio de ofrendas o tributos. 

Los duendes también suelen desarrollar un fuerte sentido de pertenencia con una persona u objeto en particular. Esta conexión puede ser tan poderosa que, si la persona viaja o incluso se muda a otro país, el duende tiene la capacidad de seguirla a donde sea que vaya. Esto indica que los duendes no están en absoluto limitados a las leyes del plano físico, teniendo la capacidad de materializarse a conveniencia en el lugar que deseen. De igual modo, los duendes son conocidos por su habilidad para influir en el entorno, moviendo objetos, causando ruidos inexplicables y creando situaciones que parecen coincidencias. Estas interacciones muestran su capacidad para manipular nuestro mundo y de afectar directamente el entorno que nos rodea.

En la presente publicación analizaremos la naturaleza sobrenatural de los duendes.

domingo, 16 de junio de 2024

Gigantes en la antigüedad: una raza de semidioses y hombres... ¿extintos?


Los gigantes se han convertido en la piedra angular de los mitos, leyendas y tradiciones de casi cada cultura en la Tierra. 

En muchos casos, esas narrativas han proseguido, no disminuidas e inalteradas, durante varios milenios. Tales mitos a menudo describen a una civilización gobernada por gigantes, que es destruida y finalmente olvidada. Sólo el mito y la leyenda ahora sobreviven para ayudarnos a descifrar los secretos de aquel capítulo olvidado de la historia humana.

A modo de vestigio podemos encontrar pruebas sólidas sobre la existencia de una antigua raza de gigantes, algunas veces descritos como Dioses; como descendientes de los Dioses; o incluso como criaturas híbridas que comparten diversos mestizajes. 

Estos gigantes sufrieron un proceso gradual de extinción por la endogamia y por eliminarse en innumerables guerras, y sus recuerdos han pervivido en forma de leyendas. Pero sin duda alguna, genes de ellos sobreviven en el genoma de algunas personas dispersas por el mundo.

En la presente publicación haremos un repaso a dichos vestigios en las diferentes culturas de la antigüedad.