Dioniso, conocido bajo el nombre de Baco en Roma; fue uno de los principales y más importantes Dioses dentro del panteón Heleno de la Antigua Grecia, y su culto dio origen a una serie de importantes sociedades y escuelas de misterio, las cuales, tenían como objetivo alcanzar la Transverberación y el éxtasis religioso a través del trance, así como difundir las doctrinas relacionadas a la metempsicosis y el ciclo reencarnativo del alma. En efecto; Dioniso fue protagonista de una gran variedad de mitos e historias, las cuales se convirtieron en un pilar fundamental dentro de la filosofía y religión griega.
Sin embargo, estos mitos no deben tomarse a la ligera, puesto que no son textos de carácter explícito, más bien, son textos esotéricos; esto quiere decir que la estructura de los textos se encuentra compuesta por una serie de complejas alegorías y metáforas, las cuales; un no iniciado jamás podría entender, por ello se cae en el error de catalogarlas simplemente como "mitología", cuando en realidad, son mucho más que eso. Por ello es que muchos científicos y eruditos de la época estaban tan aferrados a estas creencias, como es el caso de Pitágoras y Platón; puesto que ellos comprendían el verdadero mensaje de estos mitos, lo mismo ocurre si analizamos las creencias sagradas de otros pueblos milenarios como Egipto, India, Babilonia, Mesoamérica etc: naciones que tuvieron acceso al verdadero conocimiento divino, y lo expresaron a través de diversos mitos que tenían suma importancia en todo ámbito social.
En esta oportunidad analizaremos la imagen del Dios Dioniso y su significado esotérico.
¿Quién es Dioniso? Características y Hazañas
Dioniso es uno de los Dioses griegos más antiguos de los cuales se tenga registro, ya que los primeros indicios de su culto datan de la Creta Minoica (3.000 a.n.e.) y la Grecia Micénica, este último, específicamente alrededor del Palacio de Néstor en Pilos, año 1500 a.n.e.
En la mitología, Dioniso es hijo del poderoso Dios Zeus y la princesa virgen Sémele, aunque luego sería criado por su padre adoptivo; Sileno. Se describe a Dioniso como el Dios del vino, la agricultura, el teatro y el éxtasis religioso. Dioniso era un Dios itinerante, es decir; viajaba de un lugar a otro llevando su mensaje, también instruía a los humanos en diferentes artes y oficios. Dioniso visitó Asia y África, principalmente India y Egipto respectivamente, también se narra que:
- Transformó el agua en vino
- Que sus símbolos sagrados eran: el cordero, el caliz, la uva y el tirso,
- Y que uno de los principales acontecimientos con respecto a su vida; fue su muerte y posterior resurrección.
También, sus seguidores bebían vino en representación de su sangre y comían cordero en representación de su carne.
Muchos de sus devotos eran también esclavos, prostitutas, pobres, extranjeros, rechazados de la sociedad etc; no había discriminación de clases entre sus seguidores.
Dioniso era visto como una figura salvadora que surgía entre los muertos, y era la esperanza para la vida eterna. Además, su nombre significa en griego "hijo de dios", al estar compuesto por las palabras "dio", el nombre genitivo de Zeus (Dios), y "nysos", una palabra usada para designar a los hijos.
¿No nos suena todo, pero absolutamente todo lo anterior familiar? Cuando el cristianismo siglos después sustituyó a los viejos dioses, ahora considerados "paganos", la figura de Dioniso se vio reemplazada por otro personaje victorioso frente a la muerte y poseedor de atributos idénticos: Jesús.
Es totalmente evidente que los líderes cristianos de la iglesia católica romana, tomaron ciertos elementos y características de Dioniso para atribuírselos a Jesús, lo cual se concretó en el primer Concilio de Nicea llevado a cabo en el año 325, en donde los altos poderes religiosos confeccionaron y crearon el Nuevo Testamento bajo el mando del Emperador Constantino.
Hay muchos paralelismos entre las historias de Dioniso y Jesús, lo cual evidencia la gran farsa de los textos bíblicos:
- Sus madres fueron simples mujeres mortales.
- En cambio, sus padres fueron la deidad máxima de cada religión; Zeus y Yahvé.
- Ambos transformaron el vino en agua.
- Ambos usaron el cordero como símbolo.
- Ambos fueron llamados "hijo de Dios"
- Sus cultos tenían la tradición de comer y beber el cuerpo y la sangre de estos dioses en simbolismo de unión y devoción.
- Ambos murieron y resucitaron
En los siguientes enlaces usted encontrará, con sumo detalle, el gran fraude del judeocristianismo:
El Culto a Dioniso
En honor a Dioniso se celebraban diferentes tipos de fiestas y rituales, en donde los participantes eran consumidos por un intenso frenesí que los llevaba a experimentar diferentes tipos de transverberación. Normalmente, los devotos usaban sustancias enteogénicas y otras técnicas que inducían el trance, siempre acompañados por el ritmo de tambores y otros instrumentos musicales, tal como se hace en la cultura y tradición Vudú. Muchos eruditos describen el culto a Dioniso como una "conexión mágica a los poderes caóticos". También se dedicaban al estudio de diferentes hierbas y sustancias con el fin de fabricar bebidas y pociones, similar a lo que hacen los chamanes de Sudamérica. Uno de sus objetivos era eliminar las inhibiciones y restricciones sociales, liberando al individuo para que volviera a un estado natural y elevado, guiado también por el inconsciente. Los iniciados se reunían y realizaban danzas, oraciones y coros, para luego dar inicio a la prostitución sagrada y a los sacrificios de cabras y corderos, que simbolizaban la carne de Dioniso, además de beber el ya mencionado vino, que representaba su sangre. Al ser actividades súmamente reservadas y secretas, por lo general, se realizaban en el corazón de un bosque o en alejadas cuevas y praderas, y los devotos siempre fueron muy rigurosos al momento de desarrollar los rituales ya que requerían de una estricta privacidad, y los iniciados estaban obligados a guardar el secreto. Cabe decir que el Teatro surge a partir de estas actividades, ya que, al igual que los adoradores de Dioniso, los actores se esfuerzan por dejar atrás su propia personalidad y convertirse en otra persona, alcanzando un estado y un comportamiento totalmente nuevo, tal como se hacía en los rituales mistéricos. De hecho, el teatro griego más grande jamás construido fue efectivamente el "Teatro de Dioniso", ubicado al sur de Atenas, y en la mayoría de los teatros griegos los sacerdotes de Dioniso recibían asientos de honor. El culto a Dioniso también dio a luz el género de la "tragedia" (τραγῳδία), que en griego significa textualmente "Canción de la Cabra" o "Canción del Cordero", puesto que sus fieles realizaban bailes, cantos y danzas antes de sacrificar a los corderos en honor al Dios. Y finalmente, para seguir recalcando la importancia y el legado de su culto, la adoración a Dioniso dio origen a la palabra "entusiasmo" (ἐνθουσιασμός), que significa "poseído por la esencia de Dios", el cual era el objetivo de este ritual: el trance, la transverberación.
Teatro de Dioniso:
La imagen de Dioniso sirvió para cimentar importantes pilares de la "religión mistérica"; aquella cuyo objetivo es transmitir el conocimiento a través de la experiencia, de los rituales, y la iniciación hermética. La Religión Dionisíaca se caracterizó por ser exclusivamente mistérica; los iniciados debían intruirse en los misterios de Dioniso a través de rituales y trances.
Para entrar en contexto, un ejemplo claro de religión mistérica es el "Orfismo": una corriente espiritual y filosófica que dentro de sus propósitos tenía el objetivo de transmitir la doctrina de la "metempsicosis", es decir; la inmortalidad del alma, la vida tras la muerte y la reencarnación. Para poder estructurar sus creencias y disciplinas, los órficos crearon una serie de mitos basados en la imagen del héroe y Dios "Orfeo". Representantes famosos del Orfismo fueron Pitágoras y Platón, de hecho, para poder ingresar al culto de la "Hermandad Pitagórica" (que era órfica), los postulantes debían guardar absoluto silencio hasta por 5 años, entre otras exigencias. El Orfismo se encuentra muy ligado a la Religión Dionisíaca, y ambas creencias se complementan perfectamente aunque con leves diferencias.
Los Misterios Dionisíacos
Los misterios dionisíacos son hasta la fecha casi desconocidos, puesto que todos los rituales y celebraciones se llevaban a cabo de forma secreta, y sus seguidores jamás revelaron el proceder de sus actos ni registraron sus creencias de forma escrita. Sin embargo, es posible extraer información a través de diversas fuentes, así como su relación con el Orfismo y lo promulgado por Platón, Pitágoras, y otros eruditos como Sócrates.
A grandes rasgos, el culto tenía como principal tema el estudio de la muerte y el renacimiento, así como la invocación de espíritus y entes de la naturaleza. El principio dionisíaco significa reconocer y comprender el papel que desempeña el dolor y la muerte en la vida, dando una bienvenida a toda una gama de sensaciones como el éxtasis, la euforia y la experiencia traumática. Dionisismo significa la liberación de la atracción infinita, la explosión de la dinámica desenfrenada de la naturaleza animal y divina.
El Dionisismo predicó una fusión con la naturaleza, en la cual el hombre se rinde por completo. Cuando bailando entre los bosques y los valles al son de la música, el iniciado entraba en un estado de frenesí, se bañaba en oleadas de deleite cósmico, su corazón latía en armonía con el mundo entero. Entonces todo el mundo parecía encantador con su bien y su mal, su belleza y su fealdad. Todo lo que una persona ve, oye, percibe y huele es una manifestación de Dioniso, y se derrama por todas partes. El olor a masacre y un estanque somnoliento, vientos helados y calor agotador, flores delicadas y una araña repugnante: todo lo divino está conectado. La mente no puede aceptarlo; condena y aprueba, clasifica y elige. La "locura sagrada de Dioniso", causada por un baile embriagador bajo un cielo azul o de noche a la luz de estrellas, se reconcilia con todo, y la distinción entre vida y muerte desaparece. El hombre ya no se siente divorciado del Universo; se ha identificado con él y, por lo tanto, con Dioniso.
Cito a continuación un extracto del libro "El Crepúsculo de los Dioses", de Friedrich Nietzsche, en donde el filósofo alemán expresa su admiración al culto Dionisíaco y analiza algunos puntos de interés que giran en torno a la figura de este Dios:
El Dionisismo predicó una fusión con la naturaleza, en la cual el hombre se rinde por completo. Cuando bailando entre los bosques y los valles al son de la música, el iniciado entraba en un estado de frenesí, se bañaba en oleadas de deleite cósmico, su corazón latía en armonía con el mundo entero. Entonces todo el mundo parecía encantador con su bien y su mal, su belleza y su fealdad. Todo lo que una persona ve, oye, percibe y huele es una manifestación de Dioniso, y se derrama por todas partes. El olor a masacre y un estanque somnoliento, vientos helados y calor agotador, flores delicadas y una araña repugnante: todo lo divino está conectado. La mente no puede aceptarlo; condena y aprueba, clasifica y elige. La "locura sagrada de Dioniso", causada por un baile embriagador bajo un cielo azul o de noche a la luz de estrellas, se reconcilia con todo, y la distinción entre vida y muerte desaparece. El hombre ya no se siente divorciado del Universo; se ha identificado con él y, por lo tanto, con Dioniso.
Cito a continuación un extracto del libro "El Crepúsculo de los Dioses", de Friedrich Nietzsche, en donde el filósofo alemán expresa su admiración al culto Dionisíaco y analiza algunos puntos de interés que giran en torno a la figura de este Dios:
"Porque es precisamente en los misterios dionisíacos, y en la psicología de los estados dionisíacos en donde se manifiesta el hecho fundamental del instinto helénico: la «voluntad de vivir». ¿Qué es lo que el griego se garantizaba a sí mismo con esos misterios? La vida eterna, el eterno retorno de la vida; el futuro prometido y santificado en el pasado; el sí victorioso dicho a la vida más allá de la muerte y del cambio; la vida verdadera considerada como supervivencia colectiva en virtud de la fecundación y de los misterios de la sexualidad. Esta es la razón de que el símbolo sexual fuera para los griegos el símbolo venerable por antonomasia, el verdadero sentido profundo que contenía toda la religiosidad antigua. Cada detalle del acto de la fecundación, del embarazo y del nacimiento suscitaba los más elevados y solemnes sentimientos. En la doctrina de los misterios lo que se santifica es el dolor: los «dolores de la parturienta» santifican el dolor en general; todo devenir y todo desarrollo, lo que garantiza el futuro, implica dolor... Para que se dé el placer de crear, para que la voluntad de vivir se afirme eternamente a sí misma, ha de darse eternamente también el «tormento de la parturienta». Todo esto significa la palabra Dionisio: no conozco otro conjunto de símbolos más elevado que el simbolismo griego de las fiestas dionisíacas. En él se siente religiosamente el instinto más profundo de la vida, el del futuro de la vida, la eternidad de la vida; la vía misma que conduce a la vida, la fecundación, que es considerada como la vía sagrada... Sólo el cristianismo, cuya base no es otra que el resentimiento contra la vida, ha hecho de la sexualidad algo impuro: ha cubierto de fango el origen, y la condición previa de nuestra vida"
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