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miércoles, 11 de diciembre de 2019

Ludlul-Bel-Nemeqi (completo): El Job original de Babilonia o el Justo Sufriente


En los anales de la Antigua Babilonia encontramos un texto llamado "Tablilla de Ludlul-bel-Nemeqi", un poema de 4 capítulos que narra las desgracias y fatalidades que afectan a un hombre justo, gentil y religioso, llamado "Shubshi-meshre-Shakkan"; quien ha sido abandonado y castigado, sin ningún motivo aparente, por su propio dios; Marduk, al que siempre le  había sido fiel y obediente. Shubshi-meshre-Shakkan debe afrontar todo tipo de calamidades, desdichas y dolorosas enfermedades que lo llevan al borde de la muerte, además, perdió todos sus bienes y propiedades, llenándose de angustia y dolor mientras vivía en la absoluta miseria. A pesar de que Shubshi-meshre-Shakkan sabía que su dios Marduk le estaba enviando las desgracias y calamidades; nunca perdió la fe. Por ello es que los académicos bautizaron el poema como "El Justo Sufriente", ya que todas las desgracias narradas en el texto le ocurren a una persona justa y buena.

El nombre de este poema significa: "Alabaré al Señor de la Sabiduría", y fue escrito alrededor del año 2.000 a.C. en Babilonia.

Este texto fue la inspiración original para que los hebreos escribieran el relato de "Job", cuya antigüedad no supera los 700 a.C. El Libro de Job es uno de los plagios más evidentes que podemos encontrar en la Biblia, ya que técnicamente; los hebreos se limitaron a sustituir al justo sufriente de Babilonia, Shubshi-meshre-Shakkan, por "Job", y a Marduk por "Yahvé"; el dios judío. El paralelismo entre ambos es completamente increíble y el plagio resulta más que evidente. 




No hay duda de que una serie de narraciones bíblicas del Antiguo Testamento tienen su origen en las obras sumerias, acadias, babilonias y asirias, y en el siguiente enlace usted podrá encontrar pruebas irrefutables de ello:
Uno de los plagios más evidentes es el relato bíblico del Libro de Job: una copia sincretizada de un texto casi 1.500 años más antiguo, el Ludlul-Bel-Nemeqi.

Breve reseña:

Shubshi-meshre-Shakkan -al igual que Job-, era un hombre bondadoso, recto, justo y muy devoto a Dios. Gozaba de salud y de una buena situación económica y social. Pero de pronto, todo cambió drásticamente, Marduk, su dios (a quien siempre le fue leal y obediente), ha decidido alejarse de Shubshi-meshre-Shakkan sin ninguna razón aparente, y de paso, le envió una serie de desgracias y fatalidades que probarían su fe. Shubshi-meshre-Shakkan perdió todos sus bienes materiales y fue condenado a vivir en la miseria, también fue privado de su vigor, de su dignidad y de su hogar, al poco tiempo llegan dolorosas enfermedades que lo afligen día a día durante años, llevándolo al borde de la muerte, además, la desnutrición y la ceguera comenzaban a afectarle, y por si fuera poco, todo esto acontecía mientras las personas de su pueblo conspiraban en su contra, lo rechazaban, lo perseguían e incluso lo agredían verbal y físicamente. El sufriente se llena de ansiedad, angustia y dolor. Aquel hombre vigoroso y respetado que era antes, se había transformado en una criatura moribunda y enferma que vivía entre sus propios desechos. A pesar de que Shubshi-meshre-Shakkan sabía que su dios le estaba enviando las desgracias y calamidades; nunca perdió la fe, y al final fue recompensado y cada uno de sus males curados.

Ludlul-Bel-Nemeqi es un texto muy importante puesto que documenta un trabajo realizado hace más de 4.000 años atrás, y en esta publicación usted lo podrá leer completo y en español:

Ludlul-Bel-Nemeqi 


EMPIEZA:

TABLILLA 1:

Alabaré al Señor de la sabiduría, al dios sensato, 
que se irrita por la noche, pero se calma llegado el día. 
A Marduk, señor de la sabiduría, el dios sensato, 
que se irrita por la noche, pero se calma llegado el día; 
que con su furia envuelve todo como un día de tormenta, 
pero cuyo soplo es agradable como la brisa del amanecer. 
Su cólera es irresistible, su irritación es un diluvio, 
su corazón es misericordioso,
 y su mente dispuesta al perdón. 

Los cielos no pueden soportar el choque de sus puños, 
pero su mano es cordial, y ayuda al desesperado. 
Marduk; los cielos no pueden soportar el choque de tus puños, pero tu mano es cordial, ayuda al desesperado. 

Alabaré al Señor de la sabiduría,
Pero mi dios me ha abandonado, 
desapareció de su Montaña, 
mi Diosa también partió, se fue de mi lado, 
se apartó el espíritu Shedul que estaba a mi lado, 
y se separó mi espíritu Lamassus que buscó a otro.

Fue arrebatada mi dignidad, se ensombreció mi ánimo, 
mi esencia se desvaneció, mi protección desapareció, 
los presagios de horror me afligen. 
He sido expulsado de mi pueblo,
por las afueras he errado sin rumbo, 
las visceras de mi augurio están confusas, inflamadas siempre.

Según el presagio del adivino y del intérprete de sueños:
mi rumbo no está definido, 
el mago no ha logrado iluminar mi situación, 
lo que se dice en la calle es de mal augurio para mí.

Cuando me acuesto de noche;
paredezco de pesadillas terroríficas,
el Rey, carne de los dioses y sol de sus pueblos;
tiene contraído su corazón hacia mi, 
difícilmente puede ser calmado. 

Los cortesanos profieren injurias contra mí, 
se reúnen, conjuran e incitan calumnias. 
Cuando el primero dice: «Le haré derramar su vida», 
el segundo exclama: «Le haré quitar su cargo», 
y el tercero se expresa así: «Me apoderaré de su posición», 
agregando el cuarto: «Allanaré su casa», 
y señalando el quinto: «¡Derríbalo de su oficio!», 
mientras el sexto y el séptimo persiguen a mi espíritu Shedu.

La banda de los Sibitti ha agrupado sus fuerzas, 
y como una tempestad, sin piedad, semejante a [...]
Ellos se han transformado en una sola carne, 
y en una sola boca,
sus corazones se exacerban contra mí, 
se encienden como llamas, 
y conciertan contra mí todo tipo de calumnias y mentiras. 
Han cerrado mi noble boca con bridas,
y mis labios que se movían libremente para hablar; 
se han vuelto mudos.

Mi grito sonoro se ha reducido al silencio, 
mi cabeza erguida se ha curvado hasta el suelo. 
El pánico ha debilitado mi corazón vigoroso,  
a mi ancho pecho un luchador novato le resiste,
y mis brazos, antes tan fuertes, han quedado ambos paralizados. Yo, que solía a caminar como un noble; ahora debo arrastrarme.
De dignatario que era me he convertido en un esclavo,
y a pesar de mi numerosa familia me he convertido en un marginado.

Cuando camino por la calle, mis orejas se levantan a escuchar,
y si entro en el palacio, los ojos miran de soslayo. 
Mi ciudad me mira con enojo, como a un enemigo,
y mi país se muestra hostil, como contra un enemigo. 
Mi hermano se transformó en un extranjero
y mi amigo se transformó en un criminal y en un demonio. 
Mi furioso compañero me denuncia, 
mi colega constantemente afila sus armas,
mi buen amigo pone mi vida en peligro. 
En la asamblea públicamente me maldice mi esclavo,
y ante la gente, mi esclava me ha calumniado. 
Cuando un conocido me ve, da un rodeo, 
mis parientes me tratan como si no fuera de su misma carne.

Para el que habla bien de mí, se abre la tumba, 
pero el que me difama es puesto en primera fila,
y al que profiere injurias contra mí; un dios lo ayuda. 
El que exclama «¡Piedad!» encuentra rápidamente su muerte, 
y al que grita sin razón su espíritu Shedu lo protege. 
No tengo a nadie que camine a mi lado, 
no veo a nadie que me ayude.

Entre cadenas y hierros está aherrojado todo lo que me pertenece, y los bueyes [...]. 
De mis campos hicieron desaparecer los gritos de los segadores, y silenciaron mi ciudad como a una ciudad enemiga. Mi cargo se lo hicieron tomar a otro,
e hicieron celebrar el oficio de mis ritos a un extraño. 
El día es suspiro y la noche es lamento, 
el mes es ofuscamiento, el año es calamidad. 
Gimo la totalidad de mis días como una paloma,
y en lugar de cantar me lamento en voz alta. 
Mis ojos se muestran empapados de lágrimas,
y la abundancia de las mismas queman mis párpados.
Sin descanso, los temores de mi corazón han ensombrecido mi rostro, y el terror y el espanto han puesto lívida mi piel.

TABLILLA 2:

De aquel año al siguiente ya había pasado su término normal.
Si miro hacia atrás no veo más que desdicha sobre desdicha. 
Mi mala suerte crece. ¡No encuentro la prosperidad! 
He clamado a mi Dios, pero él no ha mostrado su rostro, 
he suplicado a mi Diosa, pero ella no ha levantado su cabeza. 

El vidente con su oráculo no discernió mi futuro,
Ni el mago con una libación iluminó mi camino.
Imploré al espíritu Zaqiqu, pero no abrió mi entendimiento,
y el exorcista, mediante su ritual; 
no aplacó la ira divina contra mí.

¡Cómo se invierten los hechos en el mundo!
Si miro hacia atrás; hay persecución y desgracia.
Como a alguien que no trajo un sacrificio para Dios,
y que al momento de comer; no dio gracias a su Diosa,
Como alguien que inclinó su cabeza pero su ofrenda no fue vista.
Como a quien de su boca faltan súplicas y oraciones,
como el que dejó de celebrar los días santos y despreció las fiestas mensuales.
Como el que fue negligente y desdeñó los cultos a los dioses, como el que no enseñó a su gente reverencia y veneración, como el que sin invocar a su Dios hubiese comido su comida, como el que abandonó a su Diosa por no haber llevado la ofrenda.
Como quien se vuelve frenético y olvida a su Señor,
como el que, frivolamente, ofreció a su dios un juramento solemne.
¡En verdad, como ese hombre, yo soy tratado!


Pero, al contrario, yo he sido fiel a la súplica y a la oración; 
la oración fue para mí sabiduría y el sacrificio mi obligación.
El día consagrado a los dioses: esa era la alegría de mi corazón,
y el día de la procesión de la Diosa era para mí beneficio y ganancia. 
Rezar por el rey, ¡esa era mi alegría! 
Y su acompañamiento musical era un deleite sobreañadido. 

Enseñé a mi país a cumplir con los ritos de mi Dios, 
y enseñé a honrar el nombre de mi Diosa. 
¡Instruí en ello a mi gente! 
La gloria de mi rey la hice similar a la de un dios,
y enseñé a la muchedumbre a reverenciar al palacio.
¡Ojalá supiera si esas cosas le agradan a mi Dios! 
Pero lo que le parece bueno a uno mismo, 
¡para su dios podría ser una ofensa! 
Y lo que para el corazón de uno es desagradable, 
¡para su dios podría ser bueno!

¿Quién entiende la voluntad de los dioses del cielo? 
¿Quién conoce la decisión de los dioses de las profundidades?
¿Dónde aprendieron los humanos el comportamiento de los dioses? El que ayer estaba vivo, hoy está muerto, 
el que hace un momento estaba triste, se alegró de inmediato,
el que hace un momento cantaba una alegre canción; 
un paso más adelante gime como un plañidero. 
Como en un abrir y cerrar de ojos, su condición cambia. Cuando están hambrientos son como cadáveres, 
cuando están saciados, rivalizan con sus dioses, 
en la prosperidad hablan de ascender al cielo, 
cuando sufren se quejan de descender a los infiernos.

¡He meditado en todo eso, sin comprender su significado! 
Y a mí, el miserable, la tempestad me arrastra, 
una enfermedad debilitante ha caído sobre mí, 
un viento destructivo sopló desde el horizonte. 
El mal de la enfermedad se levantó del mundo subterráneo, 
el malvado espíritu Shulu salió de su Apsu,
el Utukku irresistible, fue hecho salir del E.kur.
Lamashtu descendió de la Montaña, 
junto con la crecida del mar, vino el viento frío, 
la languidez me hace palidecer como al verdor de la tierra. 

Todos estos males, al mismo tiempo, se han echado sobre mí; han aplastado mi cabeza y apretado mi cráneo, 
ensombrecieron mi rostro, inundaron de lágrimas mis ojos,
tomaron mi cuello, debilitaron mi nuca, golpearon mi pecho,
y azotaron mi seno, atacaron mi carne, 
me causaron convulsiones. 
En los rincones de mi estómago encendieron fuego, 
perturbaron mis entrañas y deformaron mis órganos; haciéndome expulsar flema, 
infectaron mis pulmones,
infectaron mis miembros, 
sacudieron la grasa de mi vientre, 
abatieron mi alta estatura como a un muro,
doblaron mi robusta figura como a un junco, 
y como una planta de pantano he sido derrumbado, 
de cara al suelo. 

El Alu se vistió con mi cuerpo como si fuera un vestido,
y el sueño me ha envuelto como una red. 
Mis ojos miran fijo, pero no pueden ver,
mis oídos están abiertos, pero no pueden escuchar. 
La parálisis se apoderó de todo mi cuerpo, 
la conmoción cayó sobre mi carne, 
la inmovilidad tomó mis brazos, 
la debilidad cayó sobre mis rodillas,
y mis pies, antes tan ágiles, se han detenido.

Un golpe me ha herido, me ahogo como un hombre hundido, 
la marca de la muerte cubrió mi cara. 
El intérprete de sueños me menciona, pero no respondo. «¡Ay!», llora la gente, pero yo he perdido la conciencia. 
Una mordaza está puesta en mi boca y un cerrojo cierra mis labios, mi puerta está cerrada y se ha taponado mi fuente, mi hambre se prolonga, mi garganta está seca. 
Cuando se sirve el grano yo lo trago como hierba mala, 
y la cerveza, vida de la humanidad, me repugna. 
Además, con ello, se prolonga mi enfermedad. 
Por falta de comida, mi apariencia desmejoró, 
mi carne está flácida, mi sangre se ha secado, 
mis huesos se notan demasiado: están cubiertos sólo de piel,
mis tejidos están inflamados, 
golpeados por la enfermedad uriqtu. 
He guardado cama como si fuera una prisión,
y salir es sólo gemidos, 
y mi casa se ha convertido para mí en un calabozo.

Mi carne es como un grillete que inmoviliza mis brazos, 
en mis propias cadenas están paralizados mis pies, 
los golpes fueron dolorosos para mí, la herida es profunda; 
el látigo que me marcó estaba lleno de espinas, 
el aguijón que me traspasó estaba lleno de puntas.
Todos los días el perseguidor me persigue, 
¡durante la noche no me deja descansar ni un instante! 
A donde me vuelvo están desechos mis tendones, 
mis miembros están descuartizados, esparcidos aparte. 
Por las noches duermo encima de mi propio estiércol como un buey, y me revuelco en mi propio excremento como un cordero. 

Mis síntomas atemorizaron al exorcista y mis presagios confundieron al adivino. 
El exorcista no descubrió la naturaleza de mi enfermedad,
y el adivino no logró saber el término de mi mal.

Mi Dios no viene a ayudarme, no tomó mi mano, 
mi Diosa no fue misericordiosa conmigo, no vino a mi lado. 
Mi tumba está abierta y está listo mi ajuar funerario. 
Antes incluso de morir, 
los lamentos para mí ya habían terminado. 

Todo mi país dijo de mí: «¡Qué injustamente lo han tratado!». Cuando escuchó eso el que desea mi mal, su rostro se iluminó, cuando la que desea mi mal se enteró;
su corazón halló regocijo. 
Pero conozco el día en que para toda mi familia, cuando, 
en medio de mis amigos, Shamash tenga piedad.

TABLILLA 3:

Su mano era pesada, yo no podía soportarla, 
el miedo que de él tenía era terrible, [...], 
su rostro está furioso, su voz era un huracán, [...], 
su andar era [...], su [...]. 

He perdido la conciencia, 
la enfermedad grave a mí no me deja en paz, 
día y noche gimo del mismo modo;
tanto en el sueño como en la vigilia me encuentro afligido. 

[Primer sueño-visión]
He aquí que veo a un hombre joven, 
de extraordinario físico, 
de espléndidos miembros, 
con trajes nuevos, 
que en una madrugada y cubierto de esplendor, se apareció ante mí, 
él iba vestido de terror, y se paró encima mío. 
Lo vi y mi carne se paralizó, me dijo: 
«La Señora me ha enviado [...]
Ellos callaron y no [...] 

Por segunda vez tuve un sueño, 
y en mi sueño vi que durante la noche había allí un remarcable 
sacerdote ramku, que sostenía en su mano una vara de tamarisco: era Laluralimma, que vive en Nippur, y ha sido enviado para purificarme. Luego roció sobre mí el agua que traía y pronunció el encantamiento dador de vida, y me frotó el cuerpo. 

Por tercera vez tuve un sueño. 
Y en el sueño que vi durante aquella noche; 
había una joven de apariencia humana, de delicados rasgos, 
una reina de [...], semejante a una diosa. 
Entró y se sentó [...]: «Pide mi misericordia[...]». 
«No temas —dijo ella— yo [...], 
cualquiera que sea el sueño que se haya visto». 
Ella dijo: «Que sea liberado de su gran sufrimiento, quienquiera que durante la noche haya tenido esa visión»
En el mismo sueño se apareció Urnindinlugga, el babilonio, 
un joven barbudo, con turbante en su cabeza, un exorcista, portando una tablilla: 
«Marduk me ha enviado, y a Shubshi-meshre-Shakkan le traigo prosperidad. De sus puras manos traigo la prosperidad». 

Marduk me confió en las manos de su enviado. 
En la madrugada envió el mensaje y mostró la señal de su favor a mi gente. En el mal que se prolonga [...], mi enfermedad cesó rápidamente, mis cadenas se rompieron. Después de que el ánimo de mi Señor se calmó, cuando el corazón de Marduk, el misericordioso, se apaciguó, cuando hubo acogido mis súplicas; su radiante bondad concedió el perdón. 
Y me dijo:
 «Liberado sea quien tanto sufre».

[...] para hacer resonar [...] 
[...] para glorificar [...], 
[...] mi culpa [...] 
[...] mi castigo divino [...]
[...] mi ofensa [...] 
e hizo que el viento se llevara todos mis dolores.

Él me aplicó su encantamiento que hizo ceder mi falta. 
Condujo al Viento maligno hasta el horizonte, 
llevó el mal de las enfermedades al seno de los infiernos, 
hizo descender a su Apsu al espíritu Shulu malvado, 
al Utukku irresistible lo hizo volver al E.kur, 
venció a la Lamashtu, la expulsó a la Montaña, 
hizo volver al viento frío a la crecida del mar,
arrancó la raíz de la debilidad como si fuera hierba. 
Al mal sueño, que desemboca en mi insomnio, 
lo hace disipar como al humo que llena el cielo. 
¡Ay! ¡Qué desdicha! [...]. 
Las condujo como lluvia tormentosa al Más allá. 
Al persistente dolor de cabeza que pesaba como una piedra de molino, lo arrojó como al rocío nocturno y lo alejó de mí. 
Mis ojos estaban velados, estaban cubiertos con una mortaja, que él arrojó a 3.600 leguas y así iluminó mi visión. 
A mis orejas, que estaban tapadas y obstruidas como las de un sordo; les quitó su sordera y me devolvió el oído. 

A mi nariz, que tenía obstruida su respiración por la fiebre, 
él calmó su afección y ahora respiro libremente. 
De mis labios, que estaban secos y habían tomado [...], 
expurgó su terror y desató su atadura. 
A mi boca, que estaba cerrada y le era difícil el habla, 
él la lustró como si fuese un objeto de cobre y [...] su suciedad. De mis dientes, que estaban apretados y al mismo tiempo contraídos, él abrió sus cerrojos y descubrió sus raíces [...]. 
A mi lengua, que estaba anudada y no podía conversar, 
él le removió sus residuos y ahora mi habla es clara. 
A mi laringe, cerrada y obstruida como por un bocado, 
le restableció su sonido y ahora suena como una flauta. 
A mi garganta, que estaba inflamada y no dejaba pasar los alimentos, le sacó su hinchazón y abrió sus trabas. 
A mi [...], que [...] [...] sobre [...] [...] que estaba velado como [...]

El intestino grueso que, debido al hambre, estaba vacío y trenzado como una cesta, ahora recibe comida y toma bebida. 
A mi cuello, que estaba débil y doblado de raíz; 
él lo fortaleció como si fuese una montaña, 
y lo erigió como una columna. 
Hizo mi físico como el de un hombre de fuerza perfecta,
hizo cortantes mis uñas como para el prurito de la sarna.

El quitó la debilidad y enderezó mi [...], 
mis rodillas que estaban ligadas [...] como el pájaro busu. 
La estructura de mi cuerpo [...], 
él quitó mi gangrena y limpió el pus, 
hizo iluminar mi apariencia sombría. 
A la orilla del río, donde se decide los juicios de las gentes, 
me raparon mi frente y fui liberado de la marca del esclavo, 
[...] piedad.
Liberado, ¡transito por la vía Kunusuk-Kadru!
Aquel que faltó al respeto al Esagil, ¡que aprenda de mi ejemplo!
Quien puso una mordaza en la boca del león que me estaba devorando fue Marduk, pero fue Marduk quien despojó de su honda a mi perseguidor y desvió de mí su piedra.

TABLILLA 4:

Mi Señor [...] 
Mi Señor me tomó. 
Mi Señor me fortaleció.
Mi Señor me ha hecho revivir. 
Mi Señor me rescató de mi fosa, me sacó de la destrucción, 
me extrajo [...] del río Hubur, [...] tomó mi mano. 

Marduk que al principio me castigó, ahora me ayuda.
Él golpeó las manos de quien me golpeó, 
Marduk hizo caer sus armas, él [...] al león [...]
Los babilonios vieron cómo Marduk me devolvía la vida,
y todas las regiones exaltaban su grandeza. 

¿Alguien podría haber dudado de que yo vería otra vez la luz del día?
¿Quién pudo pensar que yo no volvería a caminar por las calles?
¿Quién sino Marduk puede devolver vida a la muerte?
Aparte de Zarpanitu, ¿qué otra diosa otorga vida? 
Marduk puede devolver la vida en la tumba, 
Zarpanitu sabe cómo salvar de la destrucción. 
Dondequiera que esté la tierra y se extiendan los cielos, dondequiera que Shamash brille y Girra arda, 
dondequiera que el agua fluya y el viento sople, 
dondequiera que las criaturas que Ninhursag modeló en arcilla, 
sin importar cuántos mortales sean;
¡que todos glorifiquen a Marduk!

Yo, que descendí a mi tumba, 
volví a la Puerta del Sol naciente. 
Y en la Puerta de la Abundancia, me fue dada la abundancia, 
en la Puerta del Lamassu, Lamassu se aproximó a mí, 
en la Puerta del Bienestar, encontré el bienestar, 
en la Puerta de la Vida, se me otorgó la vida, 
en la Puerta del Sol Naciente, fui contado entre los vivientes, 
en la Puerta de los Signos Claros, 
mis presagios se hicieron muy claros, 
en la Puerta del Perdón de los pecados, mis pecados fueron absueltos, 
en la Puerta de la Interrogación, mi boca interrogó, 
en la Puerta del Fin de los Suspiros, finalizaron mis suspiros, 
en la Puerta del Agua Pura, me rociaron con agua pura, 
en la Puerta del Reencuentro, con Marduk me reencontré, 
en la Puerta de la Plena Opulencia, besé el pie de Zarpanitu. Con la súplica y la oración no dejé de implorar delante de ellas. Deposité incienso fragante delante de ellas, entregué ofrendas y dones, montones de regalos, sacrifiqué toros grasos, degollé borregos engordados, hice libación tras libación de cerveza dulce y de vino puro. Al Shedu y al Lamassu, deidades tutelares de los muros del Esagil, les alegré sus espíritus mediante libaciones. Con excelentes manjares les hice regocijar sus corazones. El umbral, el pestillo, el cerrojo, las puertas, [...] aceite de sésamo, mantequilla y grano abundante, continué los ritos del templo.

FIN


LIBRO DE JOB

El libro sincretizado de Job trata de lo mismo: Tenemos a un Job que a lo largo de toda la narración sufre de diferentes malestares y dolores, acomplejado igualmente por el hecho de que Yahvé no interfiriera en su ayuda, incluso le implora pero no obtiene respuesta, tal como Shubshi-meshre-Shakkan con Marduk. Job pierde a su familia, sus propiedades, sus animales, vive en la miseria, sufre de enfermedades y múltiples padecimientos, al igual que Shubshi-meshre-Shakkan. Incluso hay versículos casi plagiados. A continuación presento algunos versículos como comparación:


Incluso hay paralelismos con Isaías: 
Isaías 38:14: "Como la grulla y como la golondrina me quejaba; gemía como la paloma"
Ludlul-Bel-Nemeqi: "Gimo la totalidad de mis días como una paloma".
Rechazo de la sociedad, de los familiares y de los siervos-esclavos:
Job 19:13-19: "Él ha alejado de mí a mis hermanos, Y mis conocidos se han apartado completamente de mí. Mis parientes me fallaron Y mis íntimos amigos me han olvidado. Los moradores de mi casa y mis criadas me tienen por extraño, Extranjero soy a sus ojos. Llamo a mi siervo, y no responde, Con mi propia boca tengo que rogarle. Mi aliento es odioso a mi mujer, y soy repugnante a mis propios hermanos. Hasta los niños me desprecian, Me levanto, y hablan contra mí. Todos mis compañeros me aborrecen, Y los que amo se han vuelto contra mí". 
Ludlul-Bel-Nemeqi: "Mi ciudad me mira con enojo, como a un enemigo, y mi país se muestra hostil, como contra un enemigo. Mi hermano se transformó en un extranjero y mi amigo se transformó en un criminal y en un demonio. Mi furioso compañero me denuncia, mi colega constantemente afila sus armas,mi buen amigo pone mi vida en peligro. En la asamblea públicamente me maldice mi esclavo, y ante la gente, mi esclava me ha calumniado. Cuando un conocido me ve, da un rodeo, mis parientes me tratan como si no fuera de su misma carne".

Dios esconde su rostro:
Job 13:23-24: "Hazme conocer mi rebelión y mi pecado. ¿Por qué escondes tu rostro y me consideras tu enemigo?  
Ludlul-Bel-Nemeqi: He clamado a mi Dios, pero él no ha mostrado su rostro.
Job clama no entender sus desgracias ya que siempre fue un hombre justo que oraba, al igual que Shubshi-meshre-Shakkan:
Job 16:16-17: Mi rostro está inflamado con el lloro, y mis párpados entenebrecidos, A pesar de no haber iniquidad en mis manos, Y de haber sido mi oración pura.
Ludlul-Bel-Nemeqi: Pero, al contrario, yo he sido fiel a la súplica y a la oración; la oración fue para mí sabiduría y el sacrificio mi obligación.
Desnutrición y ceguera:
Job 17:7: Los ojos se me cierran de dolor; de mí sólo quedan huesos. 
Job 19:20: Mi piel y mi carne se pegaron a mis huesos
Ludlul-Bel-Nemeqi: Mis huesos se notan demasiado: están cubiertos sólo de piel. [...] Mis ojos miran fijo, pero no pueden ver,
Se acortan los días del sufriente:
Job 17:1: "Mi aliento se agota, se acortan mis días, Y se me está preparado el sepulcro".
Ludlul-Bel-Nemeqi: "Mi tumba está abierta y está listo mi ajuar funerario. Antes incluso de morir, los lamentos para mí ya habían terminado".
Job también padece de terroríficas pesadillas:
Job 4:13-16: "En visiones nocturnas, Cuando el sueño cae sobre los hombres, Me sobrevino un espanto y un temblor, Que estremeció todos mis huesos; Y al pasar un espíritu por delante de mí, Hizo que se erizara el pelo de mi cuerpo. Paróse delante de mis ojos un fantasma, Cuyo rostro yo no conocí"
7:14 "Entonces me asustas con sueños, Y me aterras con visiones".
Ludlul-Bel-Nemeqi:"Cuando me acuesto de noche; paredezco de pesadillas terroríficas [...] Se apareció ante mí, él iba vestido de terror, y se paró encima mío. Lo vi y mi carne se paralizó"
Atento a los siguientes versículos, ya que Job sufre casi las mismas desgracias y dolores de que Shubshi-meshre-Shakkan:
Job 7:5: "Mi carne está vestida de gusanos, y de costras de polvo; Mi piel hendida y abominable".
Job 30:27: "Mis entrañas se agitan, y no reposan; Días de aflicción me han sobrecogido". Job 30:30: Mi piel se ha ennegrecido y se me cae, y mis huesos arden de calor"
Job 19:9-11: Me ha despojado de mi gloria, Y quitado la corona de mi cabeza. Me arruinó por todos lados, y perezco; Y ha hecho pasar mi esperanza como árbol arrancado. Hizo arder contra mí su furor, Y me contó para sí entre sus enemigos.
Llanto y malestar en los ojos y párpados:
Job 16:16: "Mi rostro está inflamado con el lloro, Y mis párpados entenebrecidos" 
Ludlul-Bel-Nemeqi: "Mis ojos se muestran empapados de lágrimas,y la abundancia de las mismas queman mis párpados".
El pueblo entero los maldice y hablan de ellos:
Job 17:6: Porque Él me ha hecho proverbio del pueblo, y soy uno a quien los hombres escupen. 
Ludlul-Bel-Nemeqi: lo que se dice en la calle es de mal augurio para mí [...] Los cortesanos profieren injurias contra mí, se reúnen, conjuran e incitan calumnias. 
Los versículos anteriores no son más que una breve recopilación de algunos paralelismos. Invito al lector a analizar el libro de Job y ver que tanto su estructura, temática y contenido son exactamente los mismos que el de Babilonia, y que a lo largo de sus capítulos el sincretismo queda totalmente evidenciado.



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