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domingo, 21 de noviembre de 2021

La naturaleza séptuple del hombre (Constitución Septenaria)


Es de gran importancia para nosotros saber y comprender exactamente quiénes y qué somos, y por supuesto; de qué estamos constituidos, ya que el hombre no es únicamente un ser que se compone por elementos de materia física. La mayoría de las personas están familiarizadas con algunos términos: tales como "espíritu", "alma" y "cuerpo", pero estas tres no explican de manera suficiente o adecuada la verdadera naturaleza de la constitución humana. 

En las enseñanzas teosóficas y orientales; se describe que el ser humano es una entidad compuesta por Siete Cuerpos diferentes, los cuales se clasifican en 2 principales categorías; una Tríada Superior (que representan los estados divinos del hombre), y un Cuaternario Inferior (que representan sus estados terrenales). 


Estos siete cuerpos o siete partes de nuestra naturaleza son:

  • cuerpo divino (ĀTMAN)
  • cuerpo espiritual (BUDDHI)
  • cuerpo intelectual (MANAS)
  • cuerpo pasional (KAMA)
  • cuerpo vital (PRANAS)
  • cuerpo astral (LINGA SHARIRA)
  • cuerpo físico (STHULA SHARIRA)

La Triada Superior equivale a nuestra parte divina e inmortal; aquella que perdura tras la muerte y que se encuentra en un estado perfecto e inmutable. Mientras que los cuatro cuerpos restantes, la Cuaternaria Inferior; se asocian al plano terrenal, por lo tanto; son transitorios, duran solo una vida y se ven constantemente afectados por los ciclos de reencarnación. 

En esta publicación vamos a ver el significado y la función de cada uno de estos cuerpos.


En la Teosofía se afirma que la enseñanza sobre los Siete Cuerpos del hombre, junto con la Ley del Karma y la Reencarnación; son de suma importancia para la evolución interna de los seres humanos, pensamiento que también se comparte en varias tradiciones orientales, como el Budismo e Hinduismo. Estos siete cuerpos corresponden a los siete planos del Universo, jerarquizados de lo más material a lo más sutil. El objetivo del ser humano sería dominarlos para evolucionar espiritualmente a través de un proceso de "alquimización del ser". La llave septenaria también tiene un significado simbólico, asociando el número cuatro; símbolo de la Tierra y la Materia, con el número tres; símbolo del Cielo y lo Espiritual, mientras que el siete representa "la totalidad manifestada en el movimiento". Es interesante notar que existe una analogía entre la constitución septenaria inspirada en textos hindúes y orientales en general, con la de los textos sagrados del antiguo Egipto; quienes también enseñaron sobre esta constitución, al igual que Platón y Eliphas Levi.

Cada  uno de los siete cuerpos funciona como un vehículo que es compatible con el siguiente; están todos entrelazados y no funcionan de manera independiente. En los Upanishads (textos sagrados del hinduismo), el cuerpo humano es comparable a un carro; los órganos de los sentidos con caballos; y la mente con las riendas.

Helena Blavatsky, fundadora de la Sociedad Teosófica, expone en su obra La Doctrina Secreta que el Universo está organizado por el número 7. Así como el Espíritu (divinidad) se diferencia en forma de siete estados de la materia durante el proceso de creación y la manifestación del Universo, del mismo modo el Hombre, como "Mónada" o como ser individual, tendría siete cuerpos.

Blavatsky también agrega:

“La ciencia nunca ha llegado tan lejos como para afirmar con la doctrina oculta que nuestros cuerpos, así como los de animales, plantas y piedras, están formados por completo de tales cuerpos: que, con la excepción de las especies más grandes, ningún microscopio puede detectar. Los componentes físicos y químicos de todos los que se encuentran idénticos, la ciencia química bien puede decir que no hay diferencia entre la materia que compone el buey y que forma al hombre. Pero la doctrina oculta es mucho más explícita. Dice: No solo los compuestos químicos son los mismos, sino que las mismas vidas invisibles infinitesimales componen los átomos de los cuerpos de la montaña y la margarita, del hombre y la hormiga, del elefante y del árbol. Cada partícula, ya sea que la llames orgánica o inorgánica, es una vida. Cada átomo y molécula en el universo da vida y da muerte a tales formas (Secret Doctrine, vol. I, p. 281, nueva edición)".

Constitución Septenaria

1. STHULA SHARIRA - El cuerpo físico
Sthula Sharira es el nombre en sánscrito que recibe la primera constitución del hombre; el cuerpo físico, es decir; nuestra parte densa, gruesa, terrenal, material, visible y transitoria. El cuerpo físico es la envoltura que alberga a todos los demás cuerpos, y que nos sirve de vehículo para poder interactuar en cada vida, ya que siempre morirá. Este cuerpo se compone por células y moléculas materiales, y de forma general; por sus cinco órganos de sensación - los cinco sentidos - sus órganos de locomoción, su cerebro y su sistema nervioso, el cual a su vez se clasifica en dos: uno lleva a cabo todas las actividades y funciones vitales del cuerpo, como la respiración, los latidos del corazón o los movimientos digestivos. Este sistema nervioso está compuesto por nervios involuntarios, comúnmente denominado "sistema simpático". En un momento durante el largo pasado de nuestra evolución física, cuando se construyeron nuestros cuerpos; el sistema simpático estaba bajo el control del animal que lo poseía, pero poco a poco comenzó a funcionar automáticamente: desapareció del control de la voluntad, asumió su propia cuasi independencia y realizó todas las actividades vitales del cuerpo. Mientras una persona esté sana, no se dará cuenta de estas actividades, las cuales realiza segundo a segundo. Sin embargo, es posible hacer que nuestro sistema nervioso simpático caiga bajo el control de nuestra voluntad mediante una práctica larga y extenuante, y una clase de yoguis en la India, llamados Hatha Yogis, desarrollan este poder en un grado extraordinario, con el objeto de estimular las facultades psíquicas inferiores. Es posible controlar estos aspectos mediante la acción directa sobre el cuerpo físico. El Hatha Yogui aprende a controlar su respiración incluso hasta el punto de suspensión durante un período considerable para controlar los latidos de su corazón, acelerando o retrasando la circulación a voluntad, y de esta manera lanzar el cuerpo físico a un trance y liberar el cuerpo astral (por eso al principio mencioné que todos los cuerpos están entrelazados entre sí), por lo tanto, también dejan de ser esclavos de los sentidos (lo cual me recuerda también al monje budista Thích Quảng Đức; quien se quemó a lo bonzo durante unas protestas en Vietnam en el año 1963, y a pesar de que las llamas envolvían su cuerpo; jamás movió un solo músculo, y en ningún momento emitió ni el más mínimo quejido, tampoco intentó escapar; su trance fue tan profundo y su poder mental tan fuerte; que simplemente se desconectó de su cuerpo físico, y por ende, de los todos sentidos). Otros monjes y yoguis también aprenden a controlar el hambre, el frío, y otras condiciones extremas. Luego tenemos el sistema nervioso somático, también llamado "voluntario" (que se divide en central y periférico). Este sistema se encarga de transmitir señales eléctricas al cerebro, permitiendo la realización de movimientos voluntarios (contracción de la musculatura esquelética, ejemplo; correr, caminar, escribir, o simplemente mover nuestras extremidades a voluntad), y también de la transmisión de información desde los receptores sensoriales al cerebro. Este es el gran sistema que usamos como instrumento de pensamiento, mediante el cual sentimos y nos movemos en lo físico. Consiste en el eje cerebroespinal, el cerebro y la médula espinal, de donde salen a cada parte del cuerpo los filamentos de materia nerviosa, los nervios sensoriales y motores. El cerebro es el centro de todo sentimiento y de todo movimiento controlable por la voluntad. Este es el sistema a través del cual el hombre expresa su voluntad y su conciencia. El hombre no puede hacer nada en el plano físico excepto a través del cerebro y el sistema nervioso; si estos están fuera de servicio, ya no puede expresarse de manera ordenada. Si el cerebro se ve afectado por drogas, enfermedades o lesiones, el pensamiento del hombre al que pertenece el cerebro ya no puede encontrar su debida expresión en el plano físico. Hay una enfermedad rara, la afasia, que destruye una parte particular del tejido del cerebro, cerca del oído, y se acompaña de una pérdida total de memoria en lo que respecta a las palabras; si se le hace una pregunta a una persona que padece esta enfermedad, no podrá responderla; si le preguntas su nombre, no te responderá; pero si dices su nombre, él lo reconocerá, si le lees alguna frase, el se expresará con asentimiento o desacuerdo; puede pensar pero no puede hablar. Parece que la parte del cerebro que se ha dañado estaba conectada con la memoria física de las palabras, de modo que con la pérdida de eso el hombre pierde en el plano físico el recuerdo de las palabras y se vuelve inválido, pero todavía conserva el poder del pensamiento y puede estar de acuerdo o en desacuerdo con cualquier proposición hecha.

Estos sistemas nerviosos, como todas las partes del cuerpo, están formados por células, cuerpos pequeños y definidos, con paredes y contenidos encerrados, visibles bajo el microscopio, y catalogados de acuerdo con sus diversas funciones; estas células a su vez están formadas por pequeñas moléculas, y estas nuevamente por átomos: los átomos químicos, siendo cada átomo la última partícula indivisible de un elemento químico. Estos átomos se combinan de innumerables formas para formar los gases, los líquidos y los sólidos del cuerpo físico. Cada átomo químico es para el teósofo y el hindú un ser vivo capaz de llevar su vida independiente, y cada combinación de tales átomos en un ser más complejo es nuevamente un ser vivo; también cada célula tiene vida propia, y todos estos átomos químicos, moléculas y células se combinan en un todo orgánico, un cuerpo, para servir como vehículo de una forma más elevada de conciencia que cualquiera que conozcan en sus vidas separadas. Ahora, las partículas de las cuales están compuestos estos cuerpos están constantemente yendo y viniendo, estas partículas son agregaciones de átomos químicos demasiado pequeños para ser visibles a simple vista, aunque muchos de ellos son visibles bajo el microscopio. Si se pone un poco de sangre bajo el microscopio, vemos moviéndose en él a una gran cantidad de cuerpos vivos, los glóbulos blancos y rojos, siendo los blancos agentes amigables que se encargan de atacar y devorar a patógenos o elementos perjudiciales, siendo pieza clave del sistema inmunitario, mientras que los rojos se encargan de transportar oxígeno a todo nuestro cuerpo.

Ustedes se preguntarán; ¿por qué estoy dando clases de "fisiología" en esta publicación. 

La respuesta es sencilla; la gran mayoría de las personas sabe poco y nada sobre estos temas, por ende, no existe preocupación al respecto, a pesar de que todos los seres vivos dependen exclusivamente de estos procesos para vivir y funcionar correctamente.

Y todo lo anterior también se relaciona con un sinnúmero de elementos espirituales y esotéricos, ya que nuestro cuerpo es un templo que alberga a los cuerpos mayores, dándonos todos estos instrumentos para poder funcionar y protegerlos. 

Si nosotros purificamos el cuerpo físico y lo usamos adecuadamente; se convertirá en un vehículo apto para el hombre que lo habita. La persona común deja que su cuerpo viva el día a día, y le suministra alimentos o sustancias sin importar su naturaleza, solo teniendo en cuenta que sean apetecibles y agradables a sus deseos, y no si son adecuados o no para la construcción de una vivienda pura y noble para el Ser, el verdadero hombre que vive para siempre. El hombre común no ejerce supervisión sobre estas partículas a medida que van y vienen, no selecciona ninguna,  no rechaza ninguna, pero deja que todo se construya como se enumera.Hoy en día, el hombre no rechaza las sustancias tóxicas y/o rutinas dañinas para su cuerpo, a pesar de todos los avances tecnológicos y científicos que existen hoy en día. El hombre consume y actúa según sus deseos e impulsos, con el fin de satisfacer los sentidos físicos, sin pensar que nuestro cuerpo es una morada de divinidad. 

Además, el cuerpo físico existe como resultado del trabajo armonioso en el plano de las fuerzas y facultades superiores, y se considera que es el "hijo" de Linga Sharira (el cuerpo astral; su madre) y el Prana (el cuerpo vital; su padre). Este cuerpo, al que también podríamos denominar "cascarón"; se ve constantemente afectado por el Karma y por todas las dificultades que conlleva la vida, ya que es imperfecto y transitorio, como todo lo que mora en el plano material. Siendo el cuerpo nuestro principal vehículo kármico: ¿lo usaremos para obrar bien y satisfacer a la divinidad interior?, ¿o lo usaremos para actuar de acorde a nuestros impulsos?

Cuando un hombre escoge purificar su cuerpo y convertirlo en un instrumento adecuado para el Ser, entonces, da el primer paso hacia la práctica del Yoga, un paso que debe darse en esta o en alguna otra vida. 

Si desea conocer el verdadero significado esotérico y espiritual del Yoga, haga click en el siguiente enlace:


¿Cómo puedo aprender a verificar por mí mismo todas estas aseveraciones? Toda verificación personal de hechos superfísicos o "sobrenaturales" depende de la sujeción completa de lo físico. El hombre tiene que hacer la verificación, y no puede hacerlo mientras se encuentra atado a la prisión del cuerpo, o mientras ese cuerpo es impuro. Incluso si hubiera tenido una vida mejor disciplinada, facultades psíquicas parcialmente desarrolladas, que se muestran a pesar de las actuales circunstancias desfavorables, el uso de estas se verá obstaculizado cuando esté en el cuerpo físico, si ese cuerpo es impuro; atenuará o distorsionará sus facultades, y por ende, hará que sus informes no sean confiables.

Los alcohólicos y drogadictos por ejemplo han perdido el control total de sus propios cuerpos, y les es imposibles poder vivir sin el vicio. Si un hombre ha estado alimentando a su cuerpo con varios tipos de cosas inmundas, su cuerpo las exigirá imperiosamente y se inclinará a ceder ante ellas, pero si no le presta atención y sigue su propio camino y no el del cuerpo, encontrará, quizás para su sorpresa, que su cuerpo pronto reconocerá a su amo y se acomodará a sus órdenes; ahora comenzará a preferir las cosas que le da, y creará un gusto por los alimentos limpios y un disgusto por los impuros. 

El hábito se puede usar como ayuda y también como obstáculo, y el cuerpo cede cuando comprende que usted es el maestro y que no tiene la intención de interferir con el propósito de su vida por el simple instrumento que es suyo para su uso. La verdad es que no es el cuerpo el principal culpable, sino que el Kama, la naturaleza del deseo. El cuerpo adulto ha adquirido el hábito de exigir cosas particulares, pero si observas a un niño, encontrarás que el cuerpo del niño no exige espontáneamente las cosas sobre las cuales los cuerpos adultos se deleitan con placer áspero. Los gustos impuros despiertan los viejos antojos kármicos que podrían haber desaparecido, y el cuerpo gradualmente adquirirá el hábito de exigir las cosas de las que se ha alimentado. A pesar de todos sus hábitos del pasado o actual vida; haga el cambio, y deshágase de las partículas que anhelan estas impurezas, así sentirá que su cuerpo altera sus hábitos y se rebela contra el olor de las cosas que solía disfrutar. Para ello es la vida, para aprender, para evolucionar, para limpiar nuestro karma. La verdadera dificultad en el camino de la reforma radica en Kāma (el deseo, la pasión), y no en el cuerpo.

La muerte del cuerpo físico denso ocurre con la retirada del alma, para luego permitir que los microbios sigan su propio camino; dispersando las partículas de las células e iniciando lo que llamamos descomposición. La muerte no es más que un aspecto de la vida, y la destrucción de un cuerpo físico es simplemente un preludio para la construcción de otro.

Esto ya lo expliqué anteriormente en:


2. LINGA SHARIRA - El cuerpo astral
En simples palabras, el cuerpo astral es el "doble" exacto, sutil e invisible del cuerpo físico, y se encuentra en un estado etéreo, como si fuese una especie de "cuerpo fantasma",

El Linga Sharira nos permite interactuar en los viajes astrales y en la meditación, ya que es el principal puente entre lo terrenal y lo espiritual.

Su punto de conexión con el cuerpo físico radica a nivel del área del bazo, por medio del "cordón de plata", que también es apreciable en los desdoblamientos astrales. El Linga Sharira se comunica y nutre al cuerpo físico a través de los "Nāḍī"; que son canales por donde fluye la energía, también llamadas "venas etéricas". Este cuerpo realiza todas las funciones vitales para mantener con vida al cuerpo físico.

El Linga Sharira puede separarse o proyectarse solo a una distancia limitada del cuerpo. Al morir, los principios internos del ser humano lo descartan junto con el cuerpo físico y, finalmente, se desintegra o se descompone del plano. En otras palabras, después de la muerte física este doble etérico aún permanece vivo durante algún tiempo, formando lo que se llama un "espectro" o "fantasma", los griegos le llamaban "eidolon", y se suelen manifestar durante un corto período de tiempo, antes de que el alma ingrese a Kama-Loka. Por ello también se recomienda la cremación de los cadáveres; para acelerar este proceso y liberar el alma del difunto, evitando que intente aferrarse al plano terrenal, lo cual; sólo le traerá desdicha y problemas, como expliqué aquí:

El Liṅga-Sarîra, como se ha dicho antes, es el vehículo del Prâṇa y sustenta la vida en el Cuerpo. Es el reservorio o la esponja de la vida, que la recoge de todos los reinos naturales circundantes, y es el intermediario entre los reinos de la vida pránica y la física. La vida no puede pasar inmediata y directamente de lo subjetivo a lo objetivo, porque la naturaleza pasa gradualmente de una esfera a otra, sin superar a ninguna. El Liṅga-Sarîra sirve como intermediario entre Prâṇa y Sthûla-Sarîra, extrayendo vida del océano de Jîva y bombeándola en el Cuerpo físico como Prâṇa. Porque la vida es, en realidad, Divinidad, Parabrahman, la Deidad Universal. Pero para que pueda manifestarse en el plano físico debe asimilarse a la materia de ese plano; esto no se puede hacer directamente, ya que lo puramente físico es demasiado burdo y, por lo tanto, necesita un vehículo: el Liṅga-Sarîra. 

3. PRANA - La parte vital
Este cuerpo se compone totalmente por una energía vital llamada "prāṇa", que se divide en siete principales puntos de concentración energética; los chakras, que comienzan desde la base del plexo sacrocoxígeo (primer chakra; mūladhara) hasta la coronilla (séptimo chakra; sahasrāra). Los chakras son los que se comunican entre sí por medio de los nāḍīs  o canales etérico para posteriormente manifestarse en el cuerpo físico a través del sistema nervioso y el sistema endocrino. El prāṇa permite que el cuerpo se mueva y que la mente piense. Es la inteligencia que coordina nuestros sentidos y la manifestación perceptible de nuestro yo superior. Prana es el Principio de Vida, el "aliento de vida" en el individuo. Una persona permanece en la encarnación física mientras el Prana permanece activa dentro de ella. Tan pronto como el Prana se va y deja de fluir, el cuerpo físico no tiene otra opción que fallecer, ya que es la fuerza de Prana la que lo mantiene en funcionamiento. Por ello también se le llama "cuerpo de vitalidad".

4. KAMA - La parte pasional
Kama, que literalmente significa "deseo" en sánscrito, es el principio que posee cada ser humano para mantenerse atado a la encarnación física. Este cuerpo es la fuente y el centro de sus pasiones, lujurias, emociones, volición y naturaleza material.  O dicho de otro modo, es el cuerpo encargado de velar por los sentidos y los sentimientos. Kama se describe como la parte bestial o animal del ser humano, y por lo mismo, debemos concentrarnos en su adiestramiento si queremos llevar una vida limpia y espiritual. 

Sin embargo, cabe decir que el concepto de Kama no es algo malo o negativo, pero debe seguirse con responsabilidad, pensamiento, cuidado y precaución, ya que su poder es tan poderoso que puede cegarnos y transformarnos en almas completamente dependientes del placer mundano, lo que en el hinduismo se conoce como "māyā", que significa ilusión. En la filosofía hindú, el placer en general, y el placer sexual en particular, no es ni vergonzoso ni pecador. Al contrario, se entiende que es necesario para la vida humana y esencial para el bienestar de cada individuo cuando se persigue con la debida consideración del Dharma y el Artha. 

En una de las etapas posteriores a la muerte, la naturaleza del deseo se objetiva en una especie de forma incorpórea y sin sentido que permanece en Kama Loka hasta que finalmente se desvanece gradualmente, hasta que luego se desintegra por sí misma. Kama sobrevivirá y permanecerá hasta que la fuerza de esos deseos y pasiones se haya agotado, y, naturalmente, estará determinado por la orientación terrenal que tuvo el individuo durante la vida que acaba de terminar.

Esto está muy relacionado con los tres tipos de karma: "Prarabdha", "Agami" y "Sanchita", los cuales detallé aquí:


5. MANAS - La parte intelectual
Manas es el principio mental en el hombre, el aspecto de la conciencia, el pensador, la individualidad permanente que encarna y reencarna. 

Es un error confundir la mente y el cerebro como si fueran lo mismo. El cerebro es solo un órgano físico del linga sharira a través del cual la mente puede funcionar y operar en el plano físico. La mente no necesita ni utiliza el cerebro cuando funciona en otros planos de existencia no físicos. El cerebro solo dura una vida, pero la mente continúa. La mente y su capacidad de acción son algo metafísico, no físico o material.

Es este cuerpo el que pone en movimiento las causas en cada vida a través del pensamiento, palabra y acción, y por ende, es el creador y experimentador del Karma. Tiene una naturaleza dual, la de "Manas Superior" (esa parte de nosotros que aspira hacia el reino espiritual y recibe información de una naturaleza que a veces se llama "intuitiva" desde el nivel búdico, permitiendo el funcionamiento del cuaternario) y la de "Manas Inferior" (que abarca todo lo que se limita al cerebro físico). Cuando la mente y la conciencia son elevadas hacia objetivos superiores y espirituales, entonces, el individuo se acerca a la luz divina y brillante de Buddhi, el Alma Espiritual, puesto que está trabajando con su lado superior. Cuando, en cambio se permite que la mente y la conciencia se hundan hacia las cosas más bajas, separativas, egoístas y sensuales de la vida, es el Manas Inferior, apegándose al principio de Kama, el Alma Animal.

Manas no puede ir en ambas direcciones a la vez. Solo puede subir o bajar. La espiritualidad y la sensualidad nunca pueden y nunca se mezclarán. Manas, el alma humana, se encuentra justo en el medio entre los dos y por lo tanto, debemos elegir entre ellos. Nuestro principal campo de batalla en la vida es el de la mente.

  • 6. BUDDHI - La parte espiritual
Buddhi es el segundo cuerpo más alto de la constitución del hombre, y se le conoce como el Alma Espiritual, el vehículo a través del cual el Atma (el principio más alto) irradia su luz y conecta con lo divino. De hecho, en sánscrito dicha palabra significa "iluminar", de allí que por ejemplo a Siddhārtha Gautama se le adjudique el titulo de "Buda", es decir, "El Iluminado", ya que ambos términos comparten la misma raíz de origen ("budh"; iluminar, despertar, conocer).

El plano búdico se ha descrito como el reino de la dicha o, alternativamente, el reino de la intuición. Desde el punto de vista humano, lo búdico es el reino de la armonía y el amor idealista; es de ese reino de donde surgen todas esas motivaciones superiores que inspiran a la humanidad y que lo incitan a su desarrollo interno. En el hombre, buddhi es el alma espiritual, la facultad de discriminar, el canal a través del cual fluye la inspiración divina desde el Atman al ego y, por tanto, esa facultad que nos permite discernir entre el bien y el mal: la conciencia espiritual. Las cualidades del principio búdico cuando se despierta son el juicio superior, la comprensión instantánea, la discriminación del bien y el mal, la intuición, el amor sin límites y en consiguiente el perdón universal.

Como dije al principio de la publicación, los Upanishads nos dicen queel cuerpo humano es comparable a un carro; los órganos de los sentidos con caballos; y la mente con las riendas. Por muy hermoso que sea un carro, por muy buenos que sean los caballos y por muy eficientes que sean las riendas, sin un auriga, todos ellos son inútiles y se desperdician. En este caso, el cuerpo buddhi funciona como el auriga que se encarga de tomar y dirigir las riendas correctamente. Buddhi se relaciona con el reino sutil de lo interno, y también se le entrega otros nombres, como "antaryami", que significa "morador interno". El hombre es guiado por la voz de este morador interno en la conducción de su vida. Cuando surgen problemas, el hombre espera las directivas de la voz interior. Si esta voz interior no le da respuestas satisfactorias, se encontrará en un dilema. Otro nombre atribuido a buddhi es "vijnana" (conocimiento confirmado). Vijnana ayuda a decidir la verdad relativa a objetos externos.

Si el Buddhi se mantiene totalmente puro e inmaculado, será posible transmitir al cuerpo la totalidad poder del Atma. Por lo tanto, el hombre tiene que esfuérzate por mantener el buddhi puro y santo. El buddhi, por lo tanto, no debe ser considerado como un aspecto ordinario de la mente. Solo después de comprender su verdadera naturaleza los estudiantes serán capaces de saber si son guiados por inteligencia o por delirios mentales del plano terrenal.


7. ĀTMAN - La parte divina

El Ātman es el cuerpo más elevado y supremo del hombre; representa nuestra divinidad interior y la perfección pura, es el "alma" como tal. Este cuerpo es eterno e inmortal, y es literalmente uno y el mismo en esencia e identidad con el "Ser Supremo Infinito", es decir, con "Brahman" (ब्रह्मन्); el principio primordial y omnipresente del Universo, de quien se originó el cosmos y la vida. De hecho, es gracias al Ātman que los seres del plano físico pueden ascender, desarrollarse espiritualmente, reencarnar y encontrarse con Brahman; la fuente divina de la cual todos provenimos. 

Las técnicas más complejas y avanzadas de meditación y yoga enseñan a que el ser humano pueda desligarse temporalmente en vida del cuerpo físico y conectarse con Brahman a través de un profundo trance. Este estado se conoce como "Samādhi", que es la unión del alma con la Conciencia Universal (el paramātman), aquí, Brahman es revelado. Cuando una persona dedica sus vidas al desarrollo espiritual y al cultivo de buenas virtudes y Dharma, entonces, esa persona podrá alcanzar tras la muerte un estado conocido como "Mokṣa", que significa liberación, y que en palabras muy simples podríamos describir como un estado permanente de Samādhi, en donde el alma no se verá afectada por la reencarnación ni por las leyes que rigen el plano físico. Ese es el objetivo de todas las criaturas vivas; trascender. En caso contrario, si un alma se aferra empedernidamente a los placeres mundanos de māyā, entonces, esa persona no cultivará buenas virtudes, al contrario: estará construyendo un karma terrible que lo anclará a un ciclo eterno de muerte y renacimientos.

En el Bhagavad-Gītā el Señor Krishna dice: "Así como un hombre descarta la ropa gastada y se pone ropa nueva, el alma descarta los cuerpos gastados y se adhiere a otros nuevos". "Así como en este cuerpo el alma encarnada pasa continuamente de la niñez a la juventud, y posteriormente a la vejez, de la misma manera el alma pasa a otro cuerpo en el momento de la muerte, y a la persona sensata no la confunde ese cambio". "Para el alma nunca hay nacimiento ni muerte. Y, habiendo sido una vez, nunca deja de ser. El alma es no nacida, eterna, siempre existente, imperecedera y ancestral. No se muere cuando muere el cuerpo". "Esta alma individual es irrompible e insoluble, y no se puede quemar ni secar. Es eterna, omnipresente, inmutable, inamovible y eternamente el mismo". "Las entidades vivientes en este mundo condicionado son Mis partes fragmentarias y eternas. Debido a la vida condicionada, están luchando mucho con los seis sentidos, que incluyen la mente". 

El Ātman es quien eres, el Brahman, la verdad última, tu verdadera identidad. Y aunque nunca puedes esperar comprender al Brahman, puedes maximizar tu propio potencial a través de la autorrealización: la verdad última, la sabiduría infinita y la euforia absoluta. Para obtener la salvación, uno tiene que conocerse a sí mismo porque Dios existe en el alma, es una "partícula divina".

Debido a que Ātman es literalmente la Divinidad misma, tiene que tener un vehículo a través del cual irradiar su luz al alma individual. Buddhi es este vehículo y, por lo tanto, los dos en conjunto se llaman Mónada.

La Mónada (que significa "unidad última" o "unidad primaria") es un término utilizado para describir la conjunción de los dos principios más elevados de la constitución humana: Atma y Buddhi. 

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