A diferencia de las explicaciones del universo de otras religiones, la antigua comprensión hindú del mismo está mucho más cerca de los hallazgos científicos modernos.
La imagen de Shiva realizando la danza cósmica de la destrucción, es uno de los símbolos más icónicos y enigmáticos del hinduismo, y a su vez, una alegoría mística que explica el funcionamiento básico y primordial del universo, siendo maravillosamente rica en iconografía y significado oculto.
En pocas palabras, la Danza Cósmica de Shiva representa el flujo de energía constante a través del universo, la cual se expresa mediante una red de interacciones que ocurren incesantemente a nivel subatómico, siendo un proceso pulsante de creación y destrucción sin fin que rige las propiedades del movimiento de los subátomos y la relación intrínseca entre materia y energía.
Es por ello que hay una estatua de Shiva bailando la danza cósmica de la destrucción en el CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear) en Suiza; el laboratorio de física más grande del mundo, y lugar en donde reposa el colisionador de hadrones (LHC).
El Naṭarāja no es solo un principio esotérico, sino que también científico, y en esta publicación veremos su significado oculto.
Estatua de Shiva, Laboratorios CERN, Suiza
Naṭarāja
"Ciencia y Misticismo"
Las exploraciones del mundo subatómico del siglo XX nos muestran que la materia es intrínsecamente dinámica por naturaleza. Por lo tanto, podemos decir que las partículas subatómicas no existen simplemente como entidades aisladas, sino como patrones dinámicos, formando una red de interacciones que ocurren incesantemente a nivel subatómico. Toda interacción implica un flujo de energía que se manifiesta como el intercambio de partículas. Se crean patrones de energía sin fin a medida que se crean y destruyen partículas en estas interacciones. En un nivel visible, estas interacciones y partículas dan lugar a estructuras estables que construyen el mundo material visible que vemos a nuestro alrededor. Una vez más, no permanecen estáticos, están formados por partículas de naturaleza dinámica y tienen un orden y ritmo observables en los patrones. Por tanto, desde un punto de vista científico, podemos asegurar que todo el universo está en un estado constante de movimiento o actividad, una danza cósmica continua de energía, tal como lo promulga la teoría cuántica, que nos dice que la destrucción es la base de la existencia misma de la materia; y que cada partícula subatómica realiza una "danza" de energía que envuelve fenómenos de creación y destrucción, que justamente es el mensaje que transmite Shiva por medio del Naṭarāja. De hecho, fue recién en los años 70' cuando muchos científicos se percataron de que la teoría cuántica ya era explicada por los antiguos indios y religiones orientales. Uno de estos académicos fue el destacado físico austriaco; Fritjof Capra, pionero en las investigaciones de física de partículas y teoría de sistemas:
"La física moderna ha demostrado que el ritmo de creación y destrucción no solo se manifiesta en el cambio de estaciones y en el nacimiento y muerte de todas las criaturas vivientes, sino que también es la esencia misma de toda la materia inorgánica, y que, para los físicos modernos, entonces, la danza de Shiva es la danza de la materia subatómica".
Este pensamiento también fue compartido y estudiado por el científico Carl Sagan, quien trazó la metáfora entre la danza cósmica del Naṭarāja y el estudio moderno de la danza cósmica de las partículas subatómicas:
"El más elegante y sublime de estos bronces es una representación de la creación del Universo al comienzo de cada ciclo cósmico, un motivo conocido como la Danza Cósmica de Shiva. El Dios tiene cuatro manos. En la parte superior derecha está el tambor cuyo sonido es el sonido de la creación. Y en la parte superior izquierda hay una lengua de fuego; un recordatorio de que el universo ahora recién creado, dentro de miles de millones de años, será completamente destruido. Creación. Destrucción".
Nota: Carl Sagan habla de "ciclos cósmicos", lo cual lo detallo y profundizo en el siguiente enlace:
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La Danza de Shiva fue la comprensión que tuvieron los antiguos rishis y científicos de la India hace miles de años atrás con respecto al funcionamiento del universo, y es eso lo que representa la imagen de Shiva como Naṭarāja, que etimológicamente proviene del sánskrito "Naṭa", que significa "danza", y "Raja", que significa "Rey" o "Señor", por lo tanto, el nombre se traduce literalmente como "Señor de la danza" o "Rey de la danza".
La física moderna nos muestra que el movimiento y el ritmo son propiedades esenciales de la materia. Toda la materia, aquí o en el espacio exterior, está involucrada en esta continua danza cósmica de creación y destrucción.
Justamente, la danza atómica está teniendo lugar dentro de cada uno de nosotros en este mismo momento.
Si desea leer absolutamente todo acerca del Gran Dios Shiva, haga click en el siguiente enlace, el cual lo llevará a otra de mis publicaciones:
Al lado de la estatua de Shiva en el CERN, hay una placa que dice:
"Conocido como el Naṭarāja: esta forma particular de la Danza de Shiva es uno de los mayores regalos para el mundo del arte. Shiva simboliza Shakti o fuerza vital, en la Trinidad Hindú. Él es el creador, el sustentador y el destructor. Más allá de la forma artística del Naṭarāja hay un significado profundo que debe comprenderse en muchos niveles. El Naṭarāja en Ananda Tandava, muestra a Shiva bailando en el universo desde su creación, sosteniéndolo con su ritmo y baile, hasta su extinción. La creación es provocada por la vibración del tambor que Shiva sostiene en una de sus manos derechas, mientras que la palma abierta de su otra mano derecha, invoca protección y sustento; un gesto de seguridad que garantiza la libertad ante el miedo. El fuego en el brazo izquierdo disuelve el universo mientras que el brazo izquierdo delantero apunta hacia abajo, a la pierna izquierda levantada, que representa el consuelo de los mundos. El enano representa la ignorancia, que es pisado bajo el pie derecho. La aureola representa el cosmos, el sol, la luna y las estrellas girando en perpetuo y ardiente movimiento. Ananda K. Coomaraswamy, viendo más allá del ritmo, la belleza, el poder y la gracia insuperable del Naṭarāja , una vez dijo al respecto; 'Es la imagen más clara de la actividad de Dios de la que cualquier arte o religión puede jactarse'. Más recientemente, Fritjof Capra explicó que 'la física moderna ha demostrado que el ritmo de creación y destrucción no solo se manifiesta en el cambio de estaciones y en el nacimiento y muerte de todas las criaturas vivientes, sino que también es la esencia misma de la materia inorgánica, y que, para los físicos modernos, entonces, la danza de Shiva es la danza de la materia subatómica'. Capra concluyó diciendo: 'Hace cientos de años, los artistas indios crearon imágenes visuales de Shivas bailando en una hermosa serie de bronces. En nuestro tiempo, los físicos han utilizado la tecnología más avanzada para retratar los patrones de la danza cósmica. La metáfora de la danza cósmica unifica así la mitología antigua, el arte religioso y la física moderna'.
La danza como tal se llama "Tāṇḍavam", y se describe como un baile frenético y vigoroso, con el cual Shiva mantiene la existencia del cosmos. Esta danza se clasifica en dos categorías; "Ananda Tandava" (un baile feliz y pasivo de creación), y "Rudra Tandava" (un baile de ira y violencia, destrucción). La energía y el desenfreno de la danza se manifiestan en las rodillas dobladas y en la extravagante extensión del cabello del Dios.
Shiva es el epítome de todo lo conocido y desconocido; es quien controla y polariza las energías destructivas del cosmos, razón por la cual se le conoce bajo epítetos como: "Dios de la Destrucción" o "Destructor del Universo", pero es también quien permite la creación y la transformación de la materia. Shiva disuelve la existencia física y la desprende de toda ilusión material, manteniendo así un ciclo infinito de equilibrio cósmico que rige a todo lo existente. Los antiguos rishis sabían que la energía no puede ser creada ni destruida, solo transformada (primera ley de la termodinámica), y que por lo mismo, debía haber un principio metafísico que diese sostén a todo. Ese sostén es Shiva, el Señor de la creación-preservación-destrucción. Su danza está llena de energía que destruye fácilmente mundos y universos enteros, pero que al mismo tiempo los nutre de vida y los transforma para un nuevo comienzo. La danza de Shiva es necesaria para mantener el ritmo de la vida y crear el cosmos, ya sea en esta o en otras dimensiones. Cuando la danza cesa, los universos se destruyen y vuelven a nacer.
Ahora vamos a profundizar en la iconografía del Naṭarāja, puesto que en cada símbolo y detalle de su figura se aprecia un importante mensaje encriptado. El anillo de fuego que rodea a la figura es el cosmos encapsulado de masa, tiempo y espacio, cuyo ciclo interminable de aniquilación y regeneración se mueve en sintonía con el ritmo del tambor de Shiva y el ritmo de sus pasos:
En la mano superior derecha, Shiva sostiene el "damaru", el tambor cuyos latidos reflejan el acto de creación y el paso del tiempo (por ello tiene forma de reloj de arena), además de ser el instrumento que emitió las primeras vibraciones de creación:
Su mano inferior derecha con la palma levantada y mirando hacia el frente, ejecuta el "Abhayamudra", que simboliza paz y seguridad. Es como si Shiva dijese: "No temas, porque los que siguen el camino de la justicia recibirán mi bendición":
La mano inferior izquierda de Shiva se extiende diagonalmente a través de su pecho con la palma hacia abajo, haciendo el mudra de "Gajahasta", símbolo de salvación y liberación, mientras que, paralelamente, su pierna izquierda también realiza el mismo movimiento. Esto simboliza la gracia espiritual y la satisfacción que se obtiene a través de la meditación y el dominio de los sentidos. También nos indica que Shiva se encuentra en un nivel de conciencia imperturbable y elevado, más alla de cualquier barrera o deseo físico. El hecho de que tenga una de sus piernas en el aire indica que él es el camino a la liberación de las ataduras terrestres.
El pie derecho de Shiva se muestra aplastando el cuerpo de Apasmāra, un demonio que representa ignorancia e ilusión; los grandes males que alejan a la humanidad de la verdad. Por supuesto, esta iconografía tiene varios significados asociados:
1) El primero y más importante, es que Shiva tiene el poder de purificar y destruir la maldad. Un devoto que sea recto jamás se contaminará ni con la ignorancia ni con la ilusión, puesto que Shiva brinda los conocimientos necesarios para alcanzar el desapego de ataduras y deseos terrenales. Es por ello que este demonio es apenas un enano indefenso al lado de Shiva, quien lo tiene en la más absoluta sumisión bajo su pie.
2) Que Shiva tenga un pie en la Tierra y el otro en el aire; simboliza una especie de "puente" o "conexión" entre ambos mundos; el material y el divino.
La mano superior izquierda sostiene una llama, que representa la energía destructiva con la que Naṭarāja destruye el universo al final de cada era cósmica, limpiando los pecados y eliminando la ilusión del mundo. La llama también hace referencia al señor Agni, el sacerdote de los Dioses y Patrón del Fuego, quien transmuta el cuerpo de los difuntos y los eleva hasta Shiva, para que así den paso a su destrucción total y posterior renacimiento:
La serpiente que sobresale de su hombro izquierdo, simboliza la reencarnación, puesto que el proceso natural de muda de piel de estos animales se utiliza como símbolo alegórico para explicar la transmigración de los cuerpos a otra vida. Esto también era sabido y predicado por los cultos gnósticos y mistéricos de Grecia y Siria, quienes usaban el "uróboro" como símbolo sagrado. Además, el hecho de que la serpiente esté sumisa ante Shiva, demuestra el poder que tiene este Dios sobre las criaturas más letales.
El cabello de Shiva fluye a través del espacio dentro del halo de fuego que constituye el universo. A lo largo de todo este proceso de caos y renovación, el rostro de Shiva permanece tranquilo, sereno. Si uno observa la estatua, podremos darnos cuenta de que la figura no está estática sino que se mueve, gira, solo observe las trenzas; fluyen como si la figura girara a gran velocidad y se congelara por una fracción de segundo.
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Nota final: esta publicación será reeditada y reposteada al sitio web HINDUISMO SAGRADO, del cual yo también soy dueño y administrador.
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