Baalbek fue una vez uno de los lugares más sagrados del mundo, y sus templos; megalíticas y perfectas construcciones, son claros vestigios de un pasado extraordinario, y a su vez desconocido.
En tiempos modernos, sin embargo, Baalbek está olvidado, borrado del mapa por la ciencia y la arqueología, probablemente al ser un enigma cuyo origen contradice lo que pensamos sobre la historia ortodoxa de la humanidad.
A pesar de todo, Baalbek es de aquellos sitios a los que simplemente podemos catalogar como "imposibles", y que puede ser comparado con la misma ingenieria y arquitectura que fue empleada en sitios como Tiahuanaco, Sacsayhuaman o Giza, y todos, coincidentemente: lugares sagrados, en donde alguna vez habitaron los Dioses provenientes de las estrellas, como nos narran los antiguos textos mesopotámicos. Con un pequeño análisis de mitología comparada también descubriremos que Baalbek fue una metrópolis levantada por el Dios Mesopotámico Enlil, adorado en tiempos romanos bajo el nombre de Júpiter, y en tiempo judaico como Yahvé; el destructor de la humanidad.