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martes, 30 de julio de 2019

Göbekli Tepe, la metrópolis bajo tierra


Göbekli Tepe ha sido uno de los hallazgos más impresionantes y sorprendentes de la arqueología moderna, pues se trata nada más ni nada menos que los restos de una antigua y compleja metrópolis, la cual desconcerta a historiadores y arqueólogos al datarse por sobre los 11.000 años.

Evidentemente, tenemos ante nosotros los vestigios de una antigua cultura que pone bajo tela de juicio todo lo que se nos ha enseñado sobre nuestra historia.


En 1964, un grupo de exploradores señaló que en la provincia de Şanlıurfa, Turquía (llamada antiguamente bajo el nombre de "Edesa" y "Urfa", ciudades mesopotámicas), se encontraba una colina anormal en la que posiblemente yacía un antiguo cementerio bizantino, debido a sus particulares características topográficas. Sin embargo, esta observación no despertó mayor interés en las comunidades académicas, por lo que la zona nunca fue investigada. Fue hasta 1994 cuando el arqueólogo alemán, Klaus Schmidt, decide investigar el área y sumergirse en este montículo de tierra, descubriendo así las ruinas de lo que actualmente conocemos como "Göbekli Tepe", que significa, literalmente, “Colina Panzuda”, haciendo referencia a las características topográficas del lugar, el cual, se encontraba sumergido bajo tierra, barro, rocas, escombros y arena, formando una especie de cerro.

Los historiadores inmediatamente lo bautizaron como el "Templo más antiguo del planeta", al creer que poseía alrededor de 8.000 años de antigüedad. Sin embargo, la cifra posteriormente fue refutada por otros arqueólogos, quienes aseguraban que Göbekli Tepe poseía incluso entre 11.000 a 12.500 años; una cifra abismal. Cabe decir que curiosamente, muchos estudiosos postulan que ciudades como Tiahuanaco, Giza y el Osirión de Egipto, también tienen una antigüedad similar, por lo que podríamos pensar que coexistió con una civilización universal hace más de 10.000 años atrás. Esto es de hecho lo que nos dicen los textos mesopotámicos; los humanos convivieron con los Dioses antes de la extinción masiva, y que muchas ciudades antiguas estaban conectadas entre sí.

Göbekli Tepe es completamente enigmático, pues presenta columnas y bloques de piedra cuyas longitudes más altas llegan a medir 5 metros, con un peso aproximado que varía entre 6 a 50 toneladas, y muchas de ellas perfectamente esculpidas y ensambladas. Un hecho curioso, es que las canteras de piedra más cercanas se encuentran a 500 metros del lugar, por lo tanto, nos enfrentamos nuevamente ante la misma situación que en Egipto, Baalbek, Isla de Pascua, Teotihuacán, Tiahuanaco, etc: pueblos supuestamente primitivos cortando y trasladando bloques estratosféricos de piedra sin ningún tipo de tecnología sofisticada.


Además, se han encontrado relieves y estatuas que guardan una gran similitud con expresiones artísticas, religiosas y arquitectónicas de otras culturas remotas, como Isla de Pascua, Oceanía, Australia y Mesopotamia. Abajo por ejemplo, podemos apreciar a la misma divinidad Anunnaki, en la misma posición y sosteniendo el mismo objeto. Esta es una evidencia de los antiguos saĝ-gi-ga; las civilizaciones remotas que trabajaron para los Dioses.

               
En el lugar también se encontraron antiguas estatuas con forma humanoide, las cuales guardan gran similitud con los Moáis de Isla de Pascua y las esculturas de Tiahuanaco:





El misterio aumenta cuando la comparamos con otras estatuas antiguas que se han encontrado alrededor del mundo.

¿Qué vínculos hay entre todos estos misteriosos lugares? Los textos mesopotámicos nos relatan que existió una civilización universal que convivió junto con los Dioses tras la creación, los "Saĝ-gi-ga", quienes fueron los precursores de civilizaciones como la sumeria y la egipcia. Los Saĝ-gi-ga originales nacieron hace unos 350.000 años, y fueron destruidos por el diluvio universal enviado por Enlil hace aproximadamente 13.000 años atrás, sobreviviendo unos pocos, que más tarde darían origen a otras culturas. El diluvio provocó que las grandes metrópolis de la antigüedad quedasen destruidas y sepultadas bajo escombros, roca y barro, a varios metros de profundidad (como también sucedió con Tiahuanaco). Otras ciudades fueron destruidas por artefactos atómicos o nucleares, como se relata en la tablilla mesopotámica "Lamentaciones Sumerias", en donde leemos que un “viento maligno nunca antes visto aniquiló ciudades enteras, y las convirtió en desierto. Destruyó las montañas y abatió a los animales", "La gente aterrorizada casi no podía respirar". Sumeria fue destruida de esta manera y apostaría que Mohenjo-Daro también. Si desea más información puede visitar las siguientes publicaciones:






Aquí podemos apreciar otros vestigios que evidencian la conexión entre Göbekli Tepe y otras culturas:


Este relieve presenta el mismo símbolo que porta un aborigen australiano: 


Además, se sospecha que la posición de las columnas de piedra más grandes del lugar, representaban un calendario astronómico hacia las constelaciones de Orión y Sirio, lo que aumenta aún más el misterio de esta extinta civilización.  Al ser un sitio arqueológico tan inmenso, y a su vez; tan delicado y frágil, producto del pasar de los milenios, no se ha logrado explorar nisiquiera un 20% de la superficie total que abarca el sitio, por lo que sus misterios y respuestas continúan enterrados bajo tierra.


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