La pintura que podemos observar en pantalla tiene un sinnúmero de secretos y complejos mensajes ocultos, los cuales están estructurados con suma y rigurosa precisión, haciendo que pasen inadvertidos para la mayoría de las personas. A simple vista parece tratarse de un típico cuadro cristiano, con Jesús al centro de la imagen rodeado de otras figuras bíblicas, pero la verdad es muy diferente y mucho más profunda, ya que todos y cada uno de los elementos del cuadro se encuentran basados nétamente en enseñanzas y simbologías gnósticas y masónicas, así como también alquímicas, astrológicas y cabalísticas.
El gnosticismo y la masonería son corrientes espirituales y filosóficas súmamente antiguas, las cuales se remontan a los tiempos de Babilonia, Egipto y Grecia. Una particularidad muy destacable de estas corrientes era el carácter hermético que las envolvía; toda clase de conocimientos y enseñanzas se resguardaban bajo complejas alegorías, metáforas y simbología sagrada, además de otros métodos que solo los iniciados podrían entender, y no así las personas ajenas a estos movimientos, tal como también ocurría con la alquimia. Dado que estas corrientes se desarrollaron en paralelismo con la iglesia católica; muchas de sus enseñanzas debieron camuflarse bajo el cristianismo, de este modo evitaban ser perseguidos y asesinados por predicar una doctrina distinta, como solía ocurrir con casi todos los pensadores libres de la Edad Media, además, esto también sirvió para que sus enseñanzas pasasen completamente desapercibidas para los cristianos y líderes religiosos, lo cual permitía que sus conocimientos pudiesen impartirse, tal como hicieron los gnósticos griegos y coptos al escribir los evangelios apócrifos, de los cuales ya he hablado en reiteradas ocasiones. Por ende, estas corrientes tuvieron que adaptarse al cristianismo para poder explicar sus propias cosmologías sin tener que despertar la curiosidad de la iglesia.
Luego de explicar lo anterior, les quiero dejar el desciframiento de esta pintura, la cual se encuentra repleta de simbolismo, alegorías y otras referencias casi imposibles de percebir a simple vista. La pintura en sí aparenta ser cristiana, razón por la cual reposa dentro de una iglesia católica desde hace siglos, pero la verdad es que su mensaje es completamente diferente y mucho más profundo.