La astrología fue una de las primeras y más complejas ciencias de nuestra historia. Su objetivo, básicamente consiste en estudiar el movimiento elíptico que ejercen los astros y planetas a lo largo de la bóveda celeste, y la intersección de la misma con el plano eclíptico geométrico (el cual contiene la órbita media de la Tierra alrededor del sol). Para ello se necesita de un gran conocimiento físico, astronómico y matemático; algo que nuestros ancestros dominaban a la perfección, pese a carecer, supuestamente, de cualquier tipo de tecnología avanzada.
Las tablillas de astrología sumeria constituyen el primer registro histórico y científico que hable sobre constelaciones, planetas, estrellas, fenómenos astronómicos, movimientos planetarios, y la relación del hombre con el cosmos. De hecho, ellos fueron los primeros en establecer que el cinturón zodiacal tiene 360° y que se compone por 12 constelaciones diferentes de 30° cada una, estableciendo así la ruta circular aparente del sol. Gracias a este descubrimiento nacen los signos zodiacales, los cuales también se ocupaban para marcar las estaciones del año y para localizar la posición de los astros en el cielo. Posteriormente, esta ciencia fue enseñada a los acadios, babilonios y asirios, y más tarde, a los griegos.
En esta publicación veremos los 12 signos originales del zodiaco, los cuales se establecieron en la Antigua Mesopotamia, además de un análisis final de los mismos.